Represalias.

Introducción.

No sabía exactamente que estaba haciendo ahí. Todo era demasiado confuso.
Habían luces palpitando sin cesar, la música estaba demasiado alta y yo no era consciente de lo que había ingerido, que para entonces ya era demasiado tarde, no estaba en mi mejor momento.
Tengo un recuerdo borroso de estar bailando al ritmo de la canción "I Put A Spell On You" de Annie Lennox con un vaso de cualquier substancia alcohólica que se pudiera pedir y que perfectamente podría parecer que me acababa de dejar el amor de mi vida.
Bailaba sin parar, sin perder fuerzas, y entre tanta multitud ahí estabas tú.

- ¿Quién eres? Juraría que por tu aspecto, eres estudiante- pensé
hacia mis adentros.

Llevas una blusa blanca lino, no muy ajustada. Buscas llamar la atención. Muy bien, ya tienes la mía.
Estas bailando cómo si quisieras que alguien en concreto te viese.
No te gustan las miradas lascivas pero por lo que he podido observar, tú si las haces.
No eres la típica ninfa insegura a la caza de un Faulkner que no acabarás y demasiado bronceada para Stephen King.
Pareces humilde, cómo si te avergonzara ser buena chica.
Y sin darme cuenta, me susurras tu primera palabra.

-Hola.

Tienes una voz muy dulce, muy relajada.

- Hola.- Contesto intentando que no hacer notar mi ebriedad.

- ¿Me estás mirado?- Soltó con una sonrisa pícara.

- Me has pillado.

Sonreí pero acto seguido noté una llamada intermitente, necesitaba ir al baño.

- Discúlpame, tengo que irme. Pero antes...¿Podrías decirme tu nombre?

- Elizabeth- contestó- Elizabeth Gallagher.

Su nombre retumbó en mi cabeza una y otra vez. Se notaba que estaba borracho.
Simplemente sonreí y me fui, dejándolo todo atrás.