• MI MEJOR AMIGO • [✔️]

𝒅𝒊𝒆𝒄𝒊𝒔𝒆𝒊𝒔

T/n Hayashi

Es lunes, el viernes Mika y Hotaru terminaron y no tengo idea del porque. Mika no ha querido contarme, tampoco es que le haya preguntado varias veces pero eso es porque no quiero hacerla sentir presionada. Si no quiere contarme no tiene porqué hacerlo.

Me dirijo a mi casillero antes de empezar las clases. No veo a Mika por ningún lado, su casillero está junto al mío. Lo más probable es que no haya venido a clases, no la ha de estar pasando bien.
Tomo mi celular decidida a llamarle, pero no contesta la llamada, me envía directo a buzón de voz.

« Mika-chan... »

Dejó salir un largo suspiro, seguido abro mi casillero pero una hoja cae al suelo. Mis ojos se abren como platos al ver que es una carta. Rápidamente me agachó y tomo la carta para sentarme en el casillero con la espalda apoyada en la pared.

Hola T/n-chan.

Perdoname, ¿Si?
Siento que han sido años desde que no te eh dado una carta.
¿Quieres una pista de quién soy?
Te conozco y tu me conoce.

Siempre he querido preguntarte si te gusta que te llamen T/n o prefieres Hayashi, pero no he tenido el valor suficiente para preguntarlo por miedo a que lo veas de otro modo y yo no sepa cómo reaccionar. Sería algo muy vergonzoso si algo así pasará. Creo que estoy exagerando con eso, pero lo linda que eres me altera la cabeza que se me hace imposible aclarar mis pensamientos.

Pronto sabrás guíen soy T/n Hayashi.
Hasta luego.

« ¿Pronto sabré quien es? »

La carta ha echo que me sienta nerviosa y a la vez feliz, quiero saber quién escribe las cartas, ¿Quien está enamorado de mi? Me voy a volver loca, eso está seguro.

- hola.

- ¡Ah! - grite por el susto. Los demás en el pasillo me ven extrañados. - Tsukaza. - lo miro con el seño fruncido, se encoje de hombros.

- ¿Que lees? - pregunta curioso.

- nada - me pongo de pie y sacudo mi ropa.

- ¿Cómo que nada? - vuelve a preguntar.

Tomo mi mochila y empiezo a caminar a dirección a mi clase. El fantasma me sigue.

- si, nada. - afirmó.

- Clarito vi que estabas leyendo una hoja, ¡Déjame ver! - insiste. Se posiciona delante de mí obstruyendo el camino por lo cual me detengo.