Capítulo Único

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¡Finalmente terminé esta pequeña historia! Una idea que tuve mientras veía cierta escena en Floricienta~ (¿Cuánto escribiré basado en esta serie?)

Es algo pequeño, pero muuuuuy dulce. Me dediqué a hacerlo lo más poético posible y espero puedan percibirlo ¡Estaba muy antojada de algo así para ellos!

El título y el resumen lo tomé de la canción "Sin despedidas" que es el OP del donghua de Tian Guan Ci Fu. Casualmente lo escuchaba y me pareció perfecto para la historia.

(La imagen de portada pertece a 54riza910)

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Kaoru sueña con manos cálidas y gentiles, besos dulces y embriagantes. Sueña con ese amor inocente e intenso que aspiran todos los adolescentes tener. Sueña con momentos felices y ser adorado como el tesoro más valioso que existe. Sueña con una etapa despreocupada en la que no duda en seguir a su corazón e ir junto a su dueño sin importar nada más... Entonces, llegan las responsabilidades con la familia, las inseguridades sobre el futuro y la impresión hacia una sociedad egoísta e injusta. Y el color rosado se tiñe de gris, masacrando la alegría y la vitalidad de un corazón joven e ilusionado.

Hay ruidos afuera y Kaoru despierta, las imágenes de sus memorias se desvanecen como si de humo se tratasen. Está oscuro, mucho más de lo habitual, y el silencio de la estancia le confirma que se ha cortado la electricidad. Las voces que apenas escucha desde la privacidad de su habitación le dicen que ya se están ocupando de ello, de lo que sea que haya ocurrido, y no se molesta en intervenir, simplemente perdido en los sueños que desde el fin de su adolescencia siguen apareciendo...

Hace cinco años atrás existió un Kaoru más liberal y atrevido. Cabello largo y estilizado a la moda, aros plateados y ropas ajustadas. Era el más grande dolor de cabeza de su familia, cómo olvidarlo, pero Kaoru vivió esos días como lo deseó porque sabía que no les dudarían mucho... Especialmente al conocerlo a Kojiro. Un muchacho de su misma edad, un poco más alto y de piel bronceada, de cabello verde y la sonrisa más encantadora que haya visto a sus diecisiete años. Por supuesto, fue un flechazo tan inmediato que le daba vergüenza admitirlo.

Jóvenes y despreocupados amantes, escribiendo su historia a partir de cada pequeño momento. Los besos en los lugares más recónditos, largos y profundos, los toques más breves pero no menos cariñosos en público. Las escapadas de la escuela, los viajes a base de mentiritas blancas, las promesas de amor que aún al pasar los años siguen tatuadas en sus corazones...

"No es una despedida"

De repente la puerta se desliza, provocándole a Kaoru un pequeño respingo, y una silueta grande y desconocida irrumpe en su habitación oscura y silenciosa. Kaoru no distingue de quien se trata, la falta de luz y de sus anteojos olvidados junto al futón no lo ayudan, pero no pasa mucho para que lo descubra.

-Kaoru...-

Una voz varonil y profunda, un cariño que Kaoru jamás olvidaría a pesar de que el tono ha madurado, un sueño que amenaza con atravesar la realidad. Él único que lo ha llamado así, con ese afecto capaz de derretir su corazón, ha sido Kojiro... Su tan anhelado Kojiro.

El intruso se mueve, aunque grande es sigiloso, y se deja ver sentándose frente a él. El cabello ha crecido, rizos más pronunciados caen en la nuca, y el cuerpo probablemente ha duplicado su tamaño. Ojos rubí lo miran con adoración, a esa distancia Kaoru ya es capaz de distinguir hasta estos detalles, y las manos dudan en alcanzarlo todavía... Es como si temiera que fuera a desaparecer en cualquier momento.

Sin despedidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora