I wish that it was me

Uno.

Para Manjiro Sano saber que este era el día de su boda con Ken Ryuguji le ponía los pelos de punta, pues claro, no todos los días ibas a casarte con el  hombre que has amado prácticamente toda tu vida, quién diría, que después de doce años el de pelos rubios, ahora ya negros, seguiría enamorado de la misma persona, la cuál en su momento era su mejor amigo, ahora, si todas las cosas salían perfectamente, futuro esposo.

Volviendo al presente, Manjiro era una combinación de nervios y cafeína en todo su cuerpo, eran las cuatro de la mañana y el se casaría a las 11 de la mañana de ese mismo día, la causa de su desvelo eran algunos pequeños problemas, aunque de pequeños no tenían nada. Lo más importante que sería su traje, había tenido algunos fallos cuando estaba siendo confeccionado por Mitsuya, quien ahora era un diseñador de modas bastante reconocido, siendo aplazado para acabar en la mañana, parecía que el mundo estaba en su contra, pues siempre había un obstáculo para alcanzar algo que realmente era importante para llevar acabo en la boda tan esperada por el pelinegro.

Decidió que era mejor ir a dormir aunque sea tres horas para recuperar un poco el sueño perdido, ya que quedó con mitsuya de ir a buscar su preciado traje a las 8 de la mañana.

Manjiro sólo veía el lado bueno de todo este ajetreo, se casaría con la persona perfecta para él, Draken valía más que horas de sueño perdidas, casarse con Draken lo valía, Draken es suyo y de nadie más.

El sonido de la alarma acabó con su inexistente sueño, obligando a su cuerpo a despertar de esa inconsciencia, se estiró cuál gato, y dió constantes palmadas a su cama esperando encontrar su preciado teléfono, después de encontrarlo procede a revisarlo, tenía en notificaciones varios mensajes de sus amigos, pero sólo una le llamó la atención y esa fue la que abrió, tenía dos mensajes del contacto agendado por su persona cómo "Ken<3"

Ken<3:
[6:30 AM]

"¿Ya has despertado, mikey?"

[7:00 AM]

"hombre, levanta el culo que hay cosas que hacer..."

Tú:

[7:03 AM]

"Buenos días, ya he despertado"

"A penas y pude dormir :["

"Saldré a recoger mi traje a donde Mitsuya, nos veremos después. ¿Nervioso, Ken-chin?"

Ken<3
[7:04 AM]

"¿Nervioso? De seguro tú estás más nervioso que yo, idiota."

"Ve a donde Mitsuya, porque sino te va a regañar por llegar tarde."

"<3"

Decidió no contestarle a Draken, tenía el tiempo medido para bañarse y poder cambiarse, desayunar algo e irse a donde Mitsuya, saltó de la cama para entrar al baño, fue al lavamanos para así poder lavarse la cara. Miró su rostro en donde unas leves bolsas se asomaban debajo de sus ojos dando así un leve tono morado en su pálida piel, mostrando las pocas horas de sueño que había conseguido Manjiro.

Tuvo que tomarse un baño de aproximadamente quince minutos, no era lo que acostumbraba pero el tiempo corría, y lo menos que quería ahora era aguantar los regaños de Mitsuya por ser tan impuntual.

De desayuno sólo tomó un café, ahora mismo siente que si ingiere algo más acabará vomitando por los nervios, sin más, salió rumbo a donde Mitsuya.

10 minutos antes de la boda.

No sabía cuantas veces ya se había visto en el espejo, buscando algún imperfecto en su rostro o ropa aunque todo estaba perfectamente, en su rostro se podía apreciar un lindo maquillaje que apenas se notaba al ser tan claro, todo el mundo sabía que Manjiro no necesitaba tanto, el ya era perfecto por naturaleza.

— ¿Estás listo? Ya debemos salir. — Emma preguntó, Manjiro soltó una leve risa mientras veía a su hermana.

— ¿Cómo? Yo debería preguntarte eso, Emma — La sonrisa del pelinegro nunca abandonó su cara — Después de todo, tú eres la novia, hermanita.

Después de varias risas compartidas por los hermanos Sano emprendieron camino hacia la iglesia, al llegar, se podía ver la multitud de todos sus conocidos, todos miraban fascinados a los dos recién llegados, pero todas esas miradas iban hacía sólo una persona, Emma, y claro, cómo no, su hermana estaba realmente preciosa, Emma era perfecta en todo.

Después de dejar a su hermana en el altar, se hizo a un lado para que empezaran la ceremonia, Draken estaba ahí, esperando por fin poder casarse con la preciosa mujer que tenía al frente, Emma sonreía cómo nunca, ella estaba feliz por poder formar una familia con alguien cómo Draken, después de todo, Emma siempre había deseado a Ken Ryuguji, y si ella era feliz, Manjiro también lo era.

Pero por dentro, Manjiro sólo podía pensar en una sola cosa, que es un expectante más en esa boda, cuándo podría estar en el lugar de Emma, aplaudiendo, cuándo podría estar besando al novio, yéndose a casa, cuando podría estar de luna de miel con el increíble hombre que era él, y eso sólo le dolía más y más, claro que estaba feliz por Emma y Draken. ¿Pero porqué no él? Él también tenía derecho a ser feliz, pero Draken amaba a Emma, y eso nadie lo cambiaría, nisiquiera Mikey.

Desearía poder ser ella.