san valentín entre flores » chaesoo

ÚNICO

Estúpida, se sentía como una estúpida adolescente sintiendo por primera vez lo que era enamorarse; Un cosquilleo en su estomago cuando pensaba o veía a quien reinaba sus pensamientos en el último mes, su corazón agitándose, sus manos sentían cosquilleos cuando estaba frente a ella, sintiéndose nerviosa sin poder evitarlo o controlarlo.

Su única distracción en esos últimos días era estar haciendo tatuajes. Cuando llegaba a su trabajo, un local de tatuajes, y empezaba a atener a los clientes que tenían una hora agendada, con tal, no por nada era tatuadora.

Aun así, luego de acabar su jornada de trabajo del día, al salir del local y luego de despedirse de sus colegas, el encontrarse de frente con la florería donde atendía el hijo menor de la señora Park, sin duda hacía que se sintiera igual que antes. Y sin pensarlo demasiado, caminaba directo a la tienda de flores.

No tenía pareja, y su familia vivía en su ciudad natal, por lo tanto, no vivían en Seúl. No había necesidad en comprar una flor cada semana para alguien, pero el comprar una de esas preciosas flores implicaba ver y estar un ratito con la joven vendedora de la tienda.

— Muchas gracias. —Escuchó apenas entró a la florería de parte de un señor de ya ochenta años de edad, tomando entre sus manos un precioso ramo de flores que iba para su esposa, siendo compuesto por unos lindos girasoles, achileas, ruscus y Gypsophila, siendo rodeados por papel amarillo pastel y blanco, terminando con un lazo amarillo.

— Gracias a usted. Que tenga una linda noche. —Dijo la vendedora una vez el señor se daba la vuelta sonriente para emprender camino a su casa.

Ji Soo miró la felicidad e ilusión que dominaba al señor, sonriendo enternecida por lo feliz que se veía el hombre con aquel ramo que iba para su esposa.

Hizo contacto visual con la joven de pelirosa, la dueña de su distracción, en definitiva.— ¿Vienes a por una nueva flor? —Preguntó sonriendo Chae Young un poco burlona. Ji Soo solo se rascó su nuca tímida y asintió.— ¿Esta vez quieres una flor de colores claros u oscuros?

— Claros, por favor, y de cualquier tipo. Y esta vez que sea un ramo, pequeño eso sí. —Dijo la castaña tratando parecer lo más tranquila y relajada posible. Chae Young asintió y empezó a ver las flores que tenía en los mostradores, buscando la que más le pareciera llamativa y bonita visualmente.— ¿Algo nuevo el día de hoy?

— ¿Aparte de enterarme de la vida privada de los demás? No, ya nada es nuevo. Siempre son los mismos problemas de parejas y tal. —Tomó algunas flores de colores claros, como tres rosas celestes y unas mini rosas del mismo color.

— ¿Esta vez que fue? —Preguntó curiosa sonriendo divertida, mirando cada movimiento de la menor.

La pelirosa suspiró cansada y empezó.— Un hombre de, no lo sé, quizás treinta y cinco años, compró un ramo de rosas rojas solo para que su esposa ya no esté enojada con él. Dijo que su señora hace poco le había dicho que ya no sabía si estaba enamorada de él, y claro, el idiota este dijo que su señora era solo una exagerada. —Negó con su cabeza mientras fruncia el ceño, haciendo un leve mohín molesta sin darse cuenta.— Le pregunté que hizo, y en ese momento le llamó una chica que le hablaba muy amorosamente, demasiado. Por supuesto, era su amante. ¿Y cree que con un ramo de rosas arreglará todo?