Mr. Bodyguard (Adaptación OffGun)

1

Off había desertado del MI6 por causas personales, su madre había muerto y quería pasar tiempo con su hermana y su sobrina Nirin cosa que no podría hacer si seguía siendo un espía y asesino a tiempo completo. Tenía un nombre importante en el inteligencia gubernamental y en alguna ocasión incluso había protegido al rey Maha Vajiralongkorn y a su familia encubierto. Era tan letal que las personas que eran asignadas a Off terminaban muertas en menos de un mes, era brillante y silencioso, rara vez se quejaba y cumplía todo de manera limpia y precisa. Todo esto es la razón por la que Off no entendía por qué había tomado el empleo como guardaespaldas de un mocoso mimado.

Gun Atthaphan era el niño que cuidaba, apenas tenía dieciocho y ya era un grano en el culo. Su padre sabía que su único hijo no sería el encargado de sacar a flote a sus industrias pues apenas podía mantenerse en pie la mitad del día y casi nunca estaba en Tailandia sino que prefería hacer largas estancias en las casas de Nueva York, Sydney o Francia a las cuales el ex agente solo podía seguirlo como su perro faldero.

—¡Off!— gritó el niño a su lado colgando del cuello del más alto, con una sonrisa —baila conmigo, Joss nos está viendo.

El ex agente rodó los ojos negándose a hacer el ridículo en ese antro lleno de niños que tenían casi la mitad de su edad cuyo pasatiempo favorito era restregarse los unos con los otros, él ya era un hombre de treinta y cinco años, no un mocoso lleno de hormonas.

—¿Siempre tienes que ser una mierda homofóbica?— preguntó moviendo su cuerpo al ritmo de la música lanzando miradas de vez en vez a su ex novio quien se encontraba acompañado por un rubio de enormes labios y rizos dorados.

—Traeme algo de la barra— ordenó despreocupado a su guardaespaldas sacudiendo su mano con uñas pintadas de rosa sobre su rostro.

—No soy tu mesero— respondió mordaz mirando al pequeño heredero quien no dejaba de mover el trasero dentro de sus pantalones de cuero y camisa suelta.

—Esta bien, iré yo arriesgando que cada hombre dentro de este bar gay se frote contra mi y posiblemente me lleve a la esquina más oscura y me...

—Ya entendí, mierda, ya voy— respondió.

Desde el día que el papa de Gun lo contrató, la pequeña mierdecilla que tiene por hijo no ha dejado en paz a Off ni un momento, siempre provocándolo en cada ocasión posible. Le habían dicho que el empresario multimillonario tuvo que contratar a Off porque Gun nunca duraba más de dos meses con un guardaespaldas, a todos los volvía locos hasta que renunciaban, el ex agente negó mientras llevaba la botella y el vaso de nuevo a la mesa de exclusivo bar gay en Milán donde habían terminado. Extrañaba tanto la casa de su hermana en los suburbios de Tailandia justo ahora.

Dejó la botella en la mesa y para su no grata sorpresa Gun se había ido del lugar, ya estaba realmente cansado de la actitud de niño mimado de Gun, pero estaba más cansado de no poder controlar sus erecciones cuando lo tenía cerca. Era como si el adolescente tuviera el control de su polla.

Maldijo entre dientes y dejó la botella en el asiento para ir a buscar a su mocoso, podría ser que solo estuviera follando en algún rincón o que los norcoreanos lo secuestran para sacar información sobre su padre. Mientras maldecía su estúpida decisión de trabar de niñero pudo ver los zapatos deportivos que Gun solía usar sobresaliendo de uno de los cubículos del baño.

Nunca había sido celoso, realmente nunca había tenido una relación real pues la mitad de su vida la pasó siendo un espía, pero había tenido un número considerable de parejas sexuales y con ellos nunca había sentido ni la mitad de cosas que sentía cuando el mocoso se paseaba desnudo enfrente de él, y joder ni siquiera lo había tocado.

Abrió la puerta con un crujido y tomó al más chico del brazo para levantarlo y ponerlo sobre su hombro. Necesitaba sacarlo de ahí antes de explotar porque cuando lo hiciera no sería bonito.

—¡Suéltalo idiota!— gritó el desconocido al que Gun planeaba hacerle una mamada.

—¡Si! ¡Suéltame idiota!

Le dió una nalgada sonora al chico y comenzó a caminar rumbo al auto ignorando al otro mocoso que saltaba como un chihuahua tratando de liberar al heredero del agarre de su guardaespaldas. Finalmente metió a Gun al auto y antes de que pudiera salir le puso seguro a la puerta.

—¡Te lo advertí!— gritó el mocoso castaño tratando de golpear a Off.
Gran error.

En un movimiento el ojinegro le volteó la muñeca rompiéndola para subir al auto como si nada y comenzar a avanzar, no era la peor cosa que le había hecho a un hombre después de todo.

—¿Siempre tienes que ser un bruto homofóbico de mierda?— preguntó cruzando los brazos mientras se dirigían al departamento perteneciente a la familia Atthaphan.

—Siempre que seas un mocoso inconsciente— respondió adelantándose en el tráfico. Necesitaba calmarse o acabaría follando al chico sobre el asiento trasero.

Una vez dentro del departamento Gun comenzó a lanzarle con todo lo que tenía a la mano mientras soltaba maldiciones en inglés y francés.

—¡Basta ya!— alzó la voz provocando que el chico dejara en paz la estancia.

—¿Y si no me detengo que me vas a hacer?— retó —¿Me vas a pegar?

Off lo tomó de la muñeca y lo jaloneó hasta el sillón donde lo recostó sobre su regazo y de un tirón le bajó los jeans y la ropa interior.

—Puede que tu padre no te haya dado unas nalgadas cuando debía pero aún estamos a tiempo.

La primera hizo a Gun gritar y tratar de escapar del cuerpo del mayor mientras gritaba por ayuda. La segunda le sacó lágrimas y la tercera fue demasiado cerca de su entrada como para hacerle sacar un gemido fuerte. El ritmo siguió constante, una en cada nalga y una en el centro haciendo a Gun gimotear pidiendo por más, el homofóbico creía que lo estaba castigando pero en realidad le estaba dando el desahogo sexual que tanto necesitaba desde que el apuesto y musculoso además de dueño de sus fantasías le estaba provocando.

Justo cuando sintió que se iba a correr el mayor se detuvo y lo puso de pie.

—Espero que eso te haga pensar en lo que hiciste. Buenas noches, señorito Atthaphan.