Parte única

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La lluvia caía incesante, relámpagos en el cielo resaltaban en medio de la oscura noche, cada vez más fría, cada vez más tétrica. Pero nada de eso le importaba a aquel castaño que corría a través de todo el caos. Lágrimas caían, lágrimas de dolor. Palabras que seguía escuchando a pesar de estar solo y sentimientos que lo sofocaban por dentro.
Pero todo tenia un límite, la agonía debía parar, todo tenía que terminar.

Taehyung llegó jadeando hasta aquel puente que separaba literalmente su vida y su muerte. Sin pensar demasiado se asomó contra el barandal, mirando hacia abajo, hacia aquel río que terminaría con su dolor.

Trepó la baranda de protección con poco cuidado, poniéndose adelante, a tan solo un paso del precipicio, las lágrimas no dejaban de caer por sus mejillas pero no tenía miedo, no le importaba nada ya.

"Pronto acabará todo", pensó.

Y cerrando los ojos tendió su pie derecho en el aire, dejándose llevar y despegando lentamente sus manos de aquel metal frío.
Por un segundo llegó a sentir el vértigo recorriendo su cuerpo, su estómago se estremeció por la fuerte adrenalina que se apoderaba de él pero fue tranquilizado con la misma intensidad al momento de sentir unas cálidas manos sosteniendo su cintura.

—¿Q-qué?— Taehyung susurró sin aliento abriendo los ojos de golpe al sentir el extraño contacto.

—Espera.. no lo hagas por favor..— una dulce voz se oyó en el aire sorprendiendo al castaño.— Déjame ayudarte.

—¿Quién es usted?, no necesito la ayuda de nadie ¡Suélteme!— el castaño sollozó con fuerza intentando soltarse del agarre.

—Para. Si no lo haces, caeré contigo.

—¿Que crees que dices? ¡Déjame en paz!— Taehyung gritó aún mas fuerte, pero las manos ajenas continuaban firmes rodeando su cintura.

—Hablo en serio, el piso esta demasiado resbaloso, la baranda no es muy alta para impedir que resbale hacia adelante y nuestros cuerpos juntos pesan lo suficiente para hacernos caer.

—Tú.. maldito loco, ¿de verdad piensas que me creo toda esa mier-

Taehyung no terminó de hablar cuando fue jalado con fuerza hacia atrás, sorprendiéndose y quedándose sin aliento. Ahogó un grito ante el repentino movimiento y terminó cayendo al piso encima de aquel extraño que continuaba aferrado a su cintura.

—Esto debe de ser una broma, ¿ni siquiera puedo morir?— Taehyung se incorporó lentamente sentándose en el piso, mientras sus ojos se volvían a llenar de lágrimas.

—Oye.. tranquilo.. de verdad quiero ayudarte..¿Cuál es tu nombre?

El castaño giró de repente y por primera vez pudo ver el rostro de su "salvador". Unos ojos grandes y negros se encontraron con los suyos, quedando a solo centímetros de distancia. Se encontró con un pelinegro que lo miraba con preocupación, a la expectativa y quizás con algo de asombro.

—Mi nombre es Taehyung— contestó el castaño derramando algunas lágrimas.

—Soy Jungkook, yo.. lo siento. No llores por favor.— pidió el chico algo nervioso intentando no alterar al castaño.

—Solo quería dejar de sentir dolor.— sollozó Taehyung con llanto ahogado.

Jungkook lo miró con nostalgia, no tenía idea por lo que estaba pasando aquel castaño pero sea lo que sea que tuviese, debía ser muy fuerte para llegar a tal extremo de querer terminar con su vida.

No hizo preguntas, no quería incomodarlo.

Acercó lentamente su mano hacia el rostro del chico y con cuidado limpió una lágrima que corría por su mejilla, acariciando suavemente su piel. Enternecido por aquel chico, supo que no podría dejarlo solo.

—Podrás hacerlo Taehyung.. puedes confiar en mi. Todo estará bien.. Yo estaré contigo.. — Contestó con una pequeña sonrisa.

Y fue con ese último recuerdo llegando a su mente como una brisa fresca, que despertó de aquel trance.

Hubiera deseado poder ver esa sonrisa nuevamente, hubiera deseado volver el tiempo atrás.

Solo quería ser feliz.

Pero esta vez ya no estaba su salvador, su ángel ya no estaba a su lado, esta vez se encontraba solo. Nuevamente en el mismo puente donde se debatía una y otra vez entre la vida y la muerte.

Con el recuerdo de lo que un día fue y el amor a primera vista que vivió junto a ese chico de ojos grandes y sonrisa bonita. Porque Kim Taehyung había sido salvado anteriormente, pero el destino le había arrebatado al amor de su vida, a la única persona qué quizo de verdad y que lo hizo feliz por primera vez.

Jungkook fue su cura y su esperanza, fue su todo en el mundo. Como una estrella fugaz que apareció al instante iluminando por un lapso de tiempo su corazón y esfumándose con la misma rapidez de su llegada.

Pues ahora ya nada le quedaba en el mundo.

Esta vez no hubo nadie que le dijera que todo estaría bien.

Esta vez no hubo nadie que secara sus lágrimas.

Esta vez no hubo nadie que lo sujetará con fuerza.

Esta vez al soltar la baranda sintió el frío intenso calándole los huesos.

Esta vez sintió miedo.

—Te amo Jungkook— susurró con su último aliento.

Y se dejó caer por el precipicio, en medio de la nada. Llevando en su mente solo los recuerdos felices al lado del amor de su vida. Y la esperanza de volver a encontrarse con él en algún lugar del espacio y tiempo, donde al fin puedan ser felices para siempre.

Al lado de su ángel.

Fin.

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