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Liana pasó su mirada de un periódico a otro con una expresión confusa que no supe identificar.

-si el Sheriff de la ciudad ocultaba los asesinatos, eso lo hace cómplice de algo horrible-determinó soltando los papeles al suelo

-el señor Anderson nunca ha tenido ninguna nota de misterio, es decir, el hombre es amigable, risueño y pues todo lo que se puede esperar del Sheriff de un pueblo tan pequeño como Prinstoon-  dije más para mí que para Liana

-quizás deberíamos investigarlo….no se, podríamos hablar con el sobre los asesinatos o preguntarle sobre los reportes-

-y crees que si de verdad estaría involucrado nos lo diría- respondí con media sonrisa-creo que esto de los asesinatos nos queda demasiado grande, si es verdad y no solo una absurda idea, no somos nosotras las ideales para resolver un caso así, además creo que dos hombres persiguiéndonos debería ser la prioridad-

-debe haber alguna manera de vincularlo todo, estoy segura. Tal vez si vamos al lugar de los hechos podamos averiguar algo más- expresó Liana con una ligera nota de entusiasmo ligada con lo que se me antojo como temor

-estas insinuando que vallamos al lago- respondí

-hace una semana aproximadamente, yo estaba caminando por la zona cuando volvía de la tienda y decidí pasar, pero no pude llegar, me perdí entre tantos árboles y sentí unos pasos acercarse por lo que me eché a correr, razón por la cual no te había llamado antes-comenzó Liana-pero creo que esta vez podríamos encontrarlo y así ver alguna pista sobre todo esto-

-aunque quisiera no podría, mis padres no son muy fanáticos del lado norte desde….en fin que no me dejarían ir-dije poniéndome de pie

-y si no les dices a dónde vas, podrías fugarte de tu casa, nunca lo has hecho?-pregunto Liana imitando mi acción

-no, nunca me he escapado de casa, y no estoy segura de empezar ahora- respondí

-mira sé que todo esto suena loco, incluso para mí es muy difícil de creerlo, pero si lo que esos hombres dijeron es verdad, deberíamos saber al menos a lo que nos enfrentamos- me miro y en sus ojos reflejaba ese sentimiento de curiosidad que yo misma me había encontrado reprimiendo en las últimas semanas

-está bien-respondí con la voz cansada- creo que tienes razón, mañana iremos al lago, pero tiene que ser de noche para poder escaparme sin que mis padres sospechen-

-hagámoslo pasado mañana a las 12 entonces- confirmo Liana

Le di mi dirección y me fui de una vez a casa, el camino se me hizo realmente corto al tener tanto que procesar en mi cabeza. Una vez alli procedí a mi rutina básica nocturna y me recosté en la cama y sin darme cuenta me quede dormida.

El día siguiente paso sin  problemas, alguna que otra queja de Clara porque el supuesto chico del norte ni siquiera sabía de su existencia y de que el tal Marcos la dejaba plantada. Y Meggan se notaba un poco más ausente de lo normal pero no le di mucha importancia.

Finalmente la noche callo, y justo cuando el reloj marco las doce en punto, a sabiendas de que mis padres estarían rendidos salí silenciosa de mi cuarto, dirigiéndome al balcón, desde el cual salte hasta el alero de la ventana  continua y baje por un enrejado que mis padre habían puesto en ella, de un salto más me deslice por unas cañerías que sobresalían en la pared y al final llegue al suelo.

Esto se me da mejor de lo que pensé

Caminé un par de cuadras hasta encontrar un auto esperándome con una ansiosa Liana al volante. Subi en el asiento del copiloto y entre conversaciones nerviosas sobre lo que nos depararía la noche tomamos rumbo al norte, hacia el famoso lago Johan.

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⏰ Última actualización: Nov 16, 2021 ⏰

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Sombras en el lagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora