Algo diferente - Ever After High (Raven X Apple)

Raven Queen

Raven siempre había vivido con un miedo constante desde el día en que le dijeron que debía seguir los malvados pasos de su madre, la reina malvada. Fue su padre, el Buen Rey, el que le dijo una y otra vez que ella podía ser buena y no estaba obligada a ser como su madre. Pero pasar todos los años de su joven vida escuchando los susurros de las personas que creían que no podía oírlos, diciendo que era malvada como su madre, simplemente le hicieron dudar en más de una ocasión y aunque en el exterior mostrara optimismo por seguir su propio camino que incluso rechazó firmar el libro de cuentos legendarios en frente de toda la comunidad mágica. Siempre había algo en su interior que no le dejaba creer por completo en si misma.

Cuando Raven fue básicamente obligada a firmar el libro de cuentos legendarios para adquirir sus poderes completos y así poder proteger a sus amigas y a todo el País de las Maravillas. Lo único que ella podía sentir era que el miedo y el terror se apoderaban de todo su cuerpo... Ahora no había vuelta atrás, ella se convertiría en su madre paulatinamente, ¿acaso no podía elegir en lo se quería convertir?, ella realmente ¿no podía ir en contra de su destino? ¡Por el amor del País de la Maravillas!, ella realmente quería elegir por si misma quien quería ser y no ser juzgada por las acciones de su madre.

Sin embargo fue Apple White quien le dijo que confiaba en ella para ser, quien ella quería ser; que sabía que tomaría su propio camino y no se convertiría en su madre... que Raven tenía un buen corazón. Fue tan gracioso e irónico, porque fue esa misma Apple quien tiempo atrás insistiría en que firmara el maldito libro y siguiera los pasos de su madre, que -según ella - era egoísta pensar que podía escribir su propio final feliz. Y sin embargo aquí estaba ella, con sus hermosos risos de oro y esa mirada tan sincera en sus ojos que que hizo creer a Raven, de que Apple realmente hablaba en serio y que no estaba usando este momento para hacer que Raven firme el libro. Apple realmente creía que Raven tenía un buen corazón que no podría ser contaminado por la maldad.

En ese momento Raven oprimió su miedo y con determinación, puso su nombre en el libro de cuentos legendarios. Fue casi inmediato que ella sintió como el poder corría por todo su cuerpo, como la ira tomaba el control de si misma, y arremetió contra esos guardias hechizados y ese estúpido comodín. La euforia corría por sus venas al ver como su oponente poco a poco se daba cuenta de su inevitable derrota, el poder era maravilloso y ahora lo usaría para destruir a aquellos que habían osado amenazar a sus amigos.

Raven se estaba perdiendo a si misma en el furor de la batalla y casi comete algo de lo que se arrepentiría una vez que vuelva a sus sentidos; es decir, si es que volvía.

Fue la interferencia de Apple que hizo detener a Raven y es algo con lo que ella estaría eternamente agradecida, aunque eso significó que el comodín consiguiera escapar.

Ese miedo constante no desapareció ni siquiera cuando finalmente pudo romper el hechizo de su madre sobre el País de las Maravillas, tampoco cuando había demostrado que podía controlar sus más recientes poderes sin volverse loca de poder. El miedo desapareció cuando Apple, después de reconocer que el libro de cuentos legendarios era más un peligro que algo bueno, le diera el libro a Raven con una mirada tan seria, determinada y cálida que hizo que el corazón de Raven diera un salto y se sintiera con más valor y determinación como nunca se había sentido. Raven tomó el libro sin dudarlo y lo destruyó haciendo que cada uno tuviera la decisión de seguir los pasos de sus padres o elegir seguir su propio camino.

Ese fue el primer momento en el que Raven finalmente pudo respirar tranquila en toda su existencia.

Las cosas fueron más sencillas a partir de ahí. La gente ya no le tenía más miedo a Raven y por el contrario buscaban su ayuda en cada oportunidad. Ella ahora podía pasar el tiempo con sus amigas sin ese miedo persistente y si ella era honesta consigo misma, eso era tan liberador que en cualquier momento sentía que gritaría de alegría.