C A P Í T U L O 69

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Madelaine Petsch.

Cuando desperté ya eran más de las diez de la mañana, ____ no estaba por ninguna parte, solo me dejo una nota, diciendo que me recogería a las cinco.

Así que, desayune, le di su alimento a Olive, me duche y arregle, luego de un rato el timbre sono, dejé de ver una serie de Netflix y fui a abrir.

Las chicas.

Entraron todas con una gran sonrisa cómplice, todas me abrazaron y luego se dirigieron a la sala donde tomaron asiento.

—Y bieeeen ¿Cómo estuvo la reconciliación?—inquirió Nessa.

—Excelente, como siempre—sonreí bobamente.

Todas rieron.

—Yo quería ofrecer disculpas, por el beso con ____ anoche, te juro que no lo planeamos—Cami mencionó.

—Esta bien, no tienes que preocuparte, lo hablamos anoche—ella asintió aliviada.

—¿Y dónde está ojos diferentes?—Lili cuestionó.

—¿Le tienes apodo a mi novia?—artícule.

Todas rieron—Calma Madelaine, también es nuestra amiga.

—Bien—comente entrecerrando los ojos—En cuanto a ella, no sé, vendrá a recogerme a las cinco, dijo que quería llevarme a un lugar.

-

Luego de un rato hablando las chicas se marcharon, dieron las cinco y ____ me mandó un mensaje avisándome que estaba esperándome abajo.

Traigo puesto un vestido floreado, y unos tacones no tan altos, mi cabello está suelto, tengo poco maquillaje, no sabía como arreglarme, porque ella me dejó a ciegas.

Cuando salí del edificio, vi un convertible rojo aparcado en frente, ____ estaba apoyada frente a él.

Trae una mini falda negra y un crop-top del mismo color, unos botines y tampoco traía tanto maquillaje.

Ella se acerco y beso mi mejilla—Hoy te ves...preciosa.

—¿Es qué antes no me veía bien?—cuestione mirándole.

—Siempre te ves perfecta zanahoria—ambas sonreímos.

Después me hizo una seña, abrio la puerta del copiloto y me adentre, en segundos ella también subió al coche.

—¿Desde cuando tienes un convertible?—inquirí.

—Desde hace unas semanas—se encogió de hombros,—Casi no lo utilizo.

Ella encedio el motor, luego puso algo de música y comenzó a conducir.

—¿A dónde vamos?—indague.

—Espera, y lo averiguas.

-

Por más que intente sacarle información a ____ no pude, se mantuvo en silencio e incluso me dijo lo mucho que la irritaba.

Estábamos llegando a las afueras de la cuidad, ella se metió por un caminillo.

—¿Acaso te enloqueciste y quieres matarme y dejarme por aquí?—pregunte.

Ella soltó una carcajada y meneo la cabeza—La loca eres tú, por pensar eso.

—¡Ey! No me digas así—reclamé dándole un pequeño golpe en el hombro.

Ella se quejo e hizo un poco de drama.

Por casi treinta minutos después llegamos a una pradera que ni sabía que existía.

_____ detuvo el coche y se bajo, yo imite su acción.

Todo se veía hermoso, los árboles, el pasto, el cielo despejado, la pelinegra se fue directo al maletero del auto y sacó una manta y una cesta.

—¿Haremos picnic?—interrogue sonriendo, ella asintió mientras comenzaba a caminar, la seguí como una pequeña niña—¿Estás segura que no, nos sucederá nada por aquí?

—Si no estuviera cien por ciento segura no te habría traído—se limitó a responder.

Caminamos unos minutos hasta que llegamos a un gran árbol que daba una buena sobra, para protegernos del sol.

_____ extendió la manta en el pasto y comenzó a sacar varios platillos de la cesta, luego se sentó he hizo una seña para que igual lo hiciera.

—¿Cómo sabes de este lugar?—pregunté mirando alrededor.

—Venía de vez en cuando con Allison—comento—¿Quieres algo? Traje fresas con chocolate.

-

Estuvimos varías horas platicando y comiendo, ambas reíamos a carcajadas,  luego de un tiempo volvimos a acercarnos al auto, estábamos sentadas en la manta, la luz de la luna y los faroles del auto eran lo único que nos iluminaba.

_____ camino hacia el auto y saco algo de ahí que no pude detallar bien por la oscuridad, ella volvió a mi lado y ambas comenzamos a mirar el cielo oscuro.

—No había tenido un día tan perfecto como el de hoy hace meses, gracias—rompí el silencio que había.

Por su parte ella no dijo nada, sin embargo, tomo mi mentón haciendo que girará mi rostro para verla.

Su perfil lo iluminaban las luces anaranjadas del convertible, se veía nerviosa.

—Madelaine, te amo—habló.

—Lo sé.

____ tomó una gran bocana de aire y exhaló lentamente, luego con su mano libre agarro algo que estaba atrás de ella, por un momento pensé que era algún bicho e iba a hacerme alguna broma, pero no fue así.

En su mano tenía una cajita, de color negro y luego pronuncio esas palabras mientras abría aquella caja y me dejaba ver que contenía.

—:Cásate conmigo.

Me quede perpleja, mire el gran anillo, una argolla de oro y un diamante no tan grande ni tan pequeño.

Mire a ____, su iris color gris se reflejaba un poco más oscuro, pero reflejaba tanto nerviosismo y entusiasmo.

—Pensé que nunca me lo dirías—solté—Dios, ¡Claro que me voy a casar contigo!

Ambas nos abrazamos, luego ella me ayudo a colocarme el anillo.

—Se te ve hermoso—sonrió de lado—Espero haya elegido bien.

—Lo elegiste perfecto cariño—junte sus labios con los míos.

Fue un beso cálido, rozando con amor y dulzura nuestros labios, sintiendo lo bonito que se sentía estar juntas.

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Me pierdo en tus ojos (Madelaine Petsch y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora