Capítulo 8 'Invitaciones'

1 0 0
                                    

Paso por su lado como si nada, y ni me mira... me debería de preocupar, ya llevamos 5 días sin hablar y creo que ya ha llegado el momento...

Cuando acaban las clases, voy para mi casa para dejar mis cosas e ir a casa de Noah. Dejo la mochila y todo lo que llevaba y me dirijo hacia la puerta de Noah

- ¿Rachel, que haces aquí?

-Creo que tenemos que hablar sobre lo que ha pasado

-De acuerdo, empieza, pero creo recordar fuiste tú la que me pidió que te olvidase y eso estoy tratando de hacer.

- ¿Empieza? Serás tú el que debe darme explicaciones.

- Tienes razón, siento lo sucedido, pienso que lo mejor es que en la Universidad no nos vean juntos.

- ¿Te avergüenzas de mí?

- ¡NO! No es eso Rachel. Eres un encanto. El problema son los amigos que tengo, son algo especiales y no toleran relacionarse con gente que no sean como ellos.

- ¿Cómo ellos? ¿Gilis y cretinos te refieres?

-jeje si algo así -sonrió-. Perdona mi actitud Rachel – dijo mientras sujetaba mi mano-

Que fácil es decir las cosas con una sonrisa y que fácil soy yo por caer otra vez rendida.

Me, pase toda la tarde sin hacer nada solo pensando en Noah y lo que había pasado.

-Cariño, ¿ya estás mejor? – preguntó mamá-

-Si, mamá disculpa antes. Estuve algo alterada.

-Me alegro, te he traído los cereales que tanto te gustaban cuando eras pequeña, me acuerdo de que siempre te los daba cuando estabas triste.

Creo que ahí fue el origen de mi andadura con las calorías versus tristeza...

-Mama no te pongas tan sentimental ahora. Por cierto ¿La yaya donde está, hace días que no la veo por casa?

-He llevado a la abuela a casa la tía Margaret. Tenia ganas de cambiar de aires y estar con su otra hija.

Mi miró y sin añadir nada más se fue a su habitación. El vínculo con la abuela y mamá era especial y yo podía sentir la pena al saber que la yaya no estaría unos días junto a mamá en estos momentos tan difíciles.

Me despierto con el ruido del taladro del vecino. Un artista del bricolaje a base de tutoriales de YouTube, se hizo un gallinero y un columpio y se creé el manitas del barrio. Lástima de fin de semana perdido sin poder tener un sueño largo, por lo menos hoy no tocaba ir a la Uni. Bajo a desayunar y me encuentro a Noah hablando con mi madre.

Jolín con el niño que de un día para otro ya entra y sale cuando quiere. A mi madre la tiene comiendo de la palma de la mano desde el día del accidente.

-Rachel, venía para darte esta invitación para la fiesta de Halloween que voy a preparar en mi casa.

- ¿Mama nos puedes dejar solos? - se marchó sin decir ni mú, pero yo sabía estaba escuchando detrás de la puerta-

- ¿Que ocurre con tus amigos especiales, ya soy del club de los cretinos? - le dije a Noah-

-Bueno mis amigos seguirán siendo lo que son, pero quien quiere cambiar soy yo no ellos.

-Vaya, parece que el rompe corazones ha decidido comprar pegamento para arreglar los trocitos- le dije directamente-

- ¿Rompe corazones? ¿Así me llamas?

-Debería llamarte cosas peores, sinceramente.

-Vale vampi- me dijo a carcajada-

- ¿Como que vampi?

-De vampira vampi su diminutivo -añadió-

-Madura ya chaval ¿no?

-I lo dice la que me llama rompe corazones...

Me fui pasando por su lado y dándole un golpecito en el hombro. Parecíamos como el perro y el gato, tan tiernos por separado y tan odiados juntos. Creo que esto es uno es un principio, me había invitado a su fiesta y lo mejor es que parecía que hacía cosas para poder vernos juntos, aunque extraño y a mi manera era un gesto bonito.

De momento hoy iba a ser un día un poco aburrido, tenía que ir a otro tipo de fiesta, una infantil de la prima de Brite y le había prometido que le acompañaría, no había excusas...

- ¡Mama me voy mamá!

-No llegues tarde-gritó mi madre desde la cocina-

-Buuuhh Rachel!!

-Ah que susto me has dado Brite ¿qué haces aquí? Habíamos quedado en la parada

-Ya, pero me venía de gusto pasar antes por tu casa. No me dio tiempo a llamar que saliste por la puerta jeje

-No cambiarás nunca eh Brite – le dije mientras le daba un abrazo de amigas-

-Acabo de ver a Sunny y su "manada" en la parada del Bus

-Vaya... no pienso asustarme, no podemos dejar que nos manipulen de esta manera. Algún día me gustaría hacerle a Sunny....

-Algún día tú lo has dicho-soltó Brite sin dejarme terminar la frase-

Fuimos hacia la parada del bus y allí estaba la señorita y sus perritos falderos. Parece que no nos vieron subir al bus con tanta gente esperando la llegada del número 55, ese que siempre llega tarde y te llevaba directo al centro de Astoria.

No sé si fue peor la espera de 30min con el frío que hacía o el griterío de los niños al entrar a esa fiesta y todo eran niños pequeños alborotados ...lo peor fue que esta vez sí, Sunny que bajó en la misma parada que nosotras, nos vio entrar en el local y nos siguió

- ¿No tenéis amigos de vuestra edad que tenéis que venir al chiquipark? – dijo a carajada limpia, mientras su grupo de hienas hacia lo mismo-

- ¿Podrías quedarte y les contamos la historia de la bruja y sus ratas? - le dijo Brite con toda su chulería-

- Mira niñata, porqué hay niños delante sino esto que has dicho termina rápido.

Si el plan eran no tener miedo de esta gente, no podíamos mostrarlo... pero tampoco retarle a una pelea. Así era mi Brite, no podía hacer nada con ese carácter repentino.

Luces de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora