El silencio inundaba la cena que estaba ocurriendo en mi comedor, a mi derecha estaba sentada mi madre, mientras que a mi izquierda mi padre, justo en ese momento estábamos teniendo una cena familiar, junto con mis 3 hermanas y sus maridos, y los padres de mi futuro marido, obviamente el también estaba presente.
En mi familia había una tradición, la cual yo detestaba, cada hija que naciese siempre que fuese mujer, debía casarse con un hombre adinerado, da igual cuantos años tenga, pero lo más importante, ahí el amor no importaba, eran los padres los que decidían cuando y con quien se comprometía su hija.
Yo no iba a ser la excepción , el hombre con el que me iba a casar tenía 30 años, y tenía en sus manos una de las mayores empresas de Tokyo, mientras tanto yo tenía 16 años, era estudiante de 1 de bachiller, y mis notas no eran las mejores, pero siempre aprobaba todo.
Mi familia era adinerada por mi padre, ya que mi madre, tuvo que hacer lo que hacían todas las mujeres, lo cual me parecía denigrante e incomodo, me resultaba el trato a las mujeres, y yo quería cambiar todo eso.
Cuando mi última hermana se caso, les prometí a las 3 salvarlas y conseguir cambiar esta tradición, así que ellas confían en mi, es muy pronto para rendirme.
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Al día siguiente, el instituto resultó rápido, cuando estaba en la salida, Lis me paró, si, ella era mi mejor amiga, yo le contaba todo, y ella me apoyaba en todo lo que hiciera.
-___, porfa, me compañas a ver una pelea callejera??, di que si anda- yo sabía su gran interés por ir, así que acepté, allí había un chico que le gustaba, y yo no podía interponerme.
Tras aceptar, esta ,e cogió del brazo y me llevó corriendo a las afueras de la ciudad, poco a poco entramos en uno de los callejones, donde el olor a sangre, tabaco y otras substancias se hacían presentes, allí se podía encontrar, hombres con chaquetas de diferentes pandillas y mujeres muy arrimadas a estos, yo sabía perfectamente lo que iba a hacer Lis una vez allí.
-Lis, no te pierdas y estate siempre acompañada me escuchas?- esta asintió y salió corriendo hacia un grupo de chicos.
Yo me senté en unos escombros, donde había cristales, pero no había sentido ningún dolor así que no me moví de allí, estuve con el móvil, mientras gritos eufóricos se hacían presentes debido a la pelea entre dos pandillas que había, a mi personalmente no me resultaban entretenidas.
Tras unas horas, se comenzaron a escuchar las sirenas de la policía, así que me levanté rápidamente para buscar a Lis, cuando las encontré estaba tirada en el suelo ella sola.
-mmh, ___ fumé algo y cuando empezó a sonar la sirena despareció todo el mundo y me dejaron aquí- esas palabras me hicieron enfadar, entonces le agarré y le puse de pie- no soy capaz __ me sentó muy mal- así que decidí ponerla en mi espalda y empezar a correr, pero un dolor agudo en mi pierna me hizo frenar, miré hacia ella y vi un cristal muy enterrado en ella.
-Mierda- murmuré, si se llegase a enterar mi madre de todo esto, seguramente, me empezaría a decir que estas no son cosas que hace una jovencita, y no se que más tonterías.
Me puse recta, pero de un momento a otro sentí una mano en mi hombro, y yo asustada pensando que era la policía me giré rápidamente, pero no, era un chico de pelo blanco y ojos violetas, acompañado de otros dos uno con una cicatriz en el ojo y otro de pelo negro.
-Vente, dale tu amiga a uno de estos dos, y acompáñame hay que escapar- no lo pensé dos veces, en otras circunstancias habría rechazado, pero no era el caso- vosotros dos seguidme.
Subí a la parte de atrás de la moto y tan pronto como aceleró de una manera rapidísima yo me agarré a su chaqueta con miedo, lo que hizo que el mirase por el retrovisor y se riese por ese reflejo y mi cabeza apoyada en su espalda.
- Llegamos, estamos bastante lejos de donde estábamos- dijo el de la cicatriz.
-Gra gracias, no teníais por que- dije mientras cogía a mi amiga y la sentaba sobre un banco para mirar si estaba mejor, y así era.
-Dinos tu nombre, a tu amiga la conocemos de más veces por allí, Lis no?- yo asentí-, pero a ti no, por cierto yo soy Wakasa, el de la cicatriz Takeomi y el otro Shinichiro.
- Claro, me llamo ____, vuelvo a agradecer lo que hicisteis.
- de todas formas nosotros también teníamos que escapar, no fue una molestia, a todo esto como está tu amiga- dijo el tal Shinichiro acercándose a nosotras y apoyando su mano en mi hombro.
- creo que está bien, pero siempre se pasa un montón y muchas veces acaba así, solo necesita estar sentada un poco tranquila- cuando dije eso eran las 6 de la tarde y ella volvió a conciencia por las 8, pero no estuve sola todo ese tiempo esos chicos tan majos me acompañaron todo el rato, y para decir verdad me gustaba de la forma que me trataban, no lo hacían como el resto d personas, como si me tratase de alguien importante, eso lo odiaba.
Cuando Lis recuperó la conciencia me despedí de ellos, estos nos preguntaron si nos llevaban, pero la verdad estábamos cerca de nuestras casas.
- bueno de todas formas ___ dame tu número, por si necesitas cualquier cosa- dijo el peli-blanco.
-si, toma este es- me despedí de ellos y cada una se fue a su casa.
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espero que os guste, :P
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Tradiciones / tokyorev/ Wakasa x ___
RandomTodas las familias tienen sus costumbres y sus tradiciones, pero la familia de ____ no tiene las mejores obligándole a realizar actos contra su voluntad. --no va a tener +18 explicito. -los personajes no me pertenecen. -puede que tenga temas relac...