We'll meet again || Rataland

We'll meet again

Haru, el gran amigo y compañera de aventuras de Aron se encontraba luchando en una cama entre la vida y la muerte, era parte de la naturaleza que llegara a ese punto pero aún no se sentía preparado para irse, poco a poco los pequeños recuerdos de sus amigues juntes llegaban a su mente que eran quienes le ayudaban a seguir luchando por mantenerse con vida

Habían pasado demasiados años desde que vio a la mayoría de sus amigues, pues algunos nunca volvieron a aparecer ni dar señales de seguir con vida

Fresa era quien se esperaba que viviera más que cualquiera, a pesar de su edad, pero con lo nadie contaba era el martirio que lo atormentó dia con día y una enfermedad de quién nadie estaba enterado, se negaba totalmente a contarle a sus amigos para no preocuparlos, según sus cartas

[Flashback]

– Aron – llamo el chico de cabellos blancos y castaños a su compañero de travesuras, quién estaba a su lado tomando alguna bebida del mini bar que tenía en la casa del mencionado – Siempre voy a quererlos como lo mejor que puedo tener en la vida – Dijo dando una sonrisa cansada mientras miraba como sus amigos seguían haciendo el ridículo despues de años sin verse.

Decidieron reunirse despues de un largo tiempo, los cambios en todos eran gigantes, los hijos de Cam eran mayores de edad y contaba que lo iban a visitar muy seguido a su hogar, vivía a dos pueblos de rataland pues quería otro aire para poder vivir en calma, Keki vivía en otro lugar lejano pero pudo asistir, Jocy, Kiko, Lia e Isa vivían en otro pueblo cerca de rataland, Aron, Haru, Oliver, Fresa y Ara seguían viviendo dentro de rataland pues les parecía un pueblo lindo y cálido aun, estar todos juntos les traía tantos recuerdos de cuando todes aún eran jóvenes inexpertos en la vida, o al menos algunos pero tontos al final

– Tengo que ir a descansar, me siento agotado, dile a Oliver que me llevé a casa – miro una vez mas a su gran compañero
– Finalmente la edad te esta afectando, eh – dijo entre risas Aron burlándose de su edad como siempre lo hacía.

El chico de cabellos bicolor se veía más grande de lo que recordaban, un par de canas y arrugas ya se hacían claras de notar en su rostro. Por su puesto que los años habían pasado y esa era la prueba clara

Se despidieron del anciano del grupo, después de un par de bromas con respecto a su edad, haciéndole prometer que vendría sin excusas a la próxima reunión entre todes, aún era difícil reunirse después de todo cada quien había hecho su vida.

– ¿Entonces te divertiste? – Dijo el chico de ojos amarillos
– Más de lo que puedes imaginar – respondió fresa – desearía poder pasar mas tiempo con ellos – tosió para después continuar – siempre los adore, aún cuando eran un desastre y me daban dolores de cabeza, fueron años divertidos que siempre llevo conmigo – sonrío

Ambos iban en auto, después de que Oliver anunciara que iba a ser padre tenía que tener como transportar a sus hijos sin que ellos se accidentaran por la idiotez de la adolescencia, ellos más que ninguno sabía que era ser un adolescente-adulto joven idiota.

– Oliver – menciono su amigo sin dejar de ver la ventana – siempre serás el mejor compañero de aventuras que tengo, me alegra haberte dado esa hacha ese día –

– Deja tus cursilerías anciano, no te vas a morir, te quedan varios años por delante, no me vas a dejar con esa bola de problemas – dijo sarcástico sin dejar de ver el camino.

El resto del trayecto a casa de su amigo fue silencioso pues Fresa había caído dormido después de esa tarde llena de emociones y diversión, Oliver decidió cargarle hasta llegar a su habitación para acostarlo en su cama y dejarlo descansar apropiadamente, sabía que estaba tomando algunos medicamentos ya que lo visitaba seguido, nunca recibió una explicación de para que eran pero sabía que la edad estaba efectando su salud mas de lo que decía