Era triste ver que las estrellas se habían ocultado tras esas grises y feas nubes en el cielo, por hoy quería ver lo bonitas que eran, apreciarlas le traía paz a su lamentable corazón. Sabía perfectamente que no siempre obtienes lo que quieres, ¿pero por qué él no obtenía nada?
Se abrazó y frotó sus manos contra su chamarra, tenía tanto frío a pesar de estar tan bien abrigado, el invierno cubría con nieve la ciudad por las bajas temperaturas y como cada año la noche de navidad el clima era horrible y agradecía que al menos no hubiera una tormenta.
Se estaba congelando el trasero, pero estaba bien para él, era un detalle mínimo e insignificante considerando que estaba sentado sobre la baranda de un puente del que era bastante tentador saltar. Si solo se moviera un poco hacia delante...
Saltar probablemente no lo haga feliz, es más, ni siquiera sabía que pasaría una vez estuviera muerto, pero arreglaría muchas cosas para otros que seguirían ahí después de su partida. Seguramente Yoongi sería uno de los que agradecería por su decisión al dejara de arruinar su vida con cada cosa que hacía.
Sus pensamientos vagaron hasta detenerse en alguien más, su papá. Había pasado un tiempo desde que entendió que lo que pasó no fue su culpa, pero aún así no quitaba el hecho de que nunca pudo superar su partida y que eso arruinó su vida por completo.
—Papá... ¿Cuándo muera podré verte? ¿Estás en el cielo? —Su pecho se oprimía, sentía que no podía respirar y el aire helado lo estaba asfixiando aún más —Yo realmente quiero... Te extraño tanto —Se intentó contener pero el llanto fue inevitable —¡¿Por qué me dejaste solo?! —Ya no lo soportaba, el querer verlo de nuevo, dolía y no sabía cómo hacer que se detuviera.
Quiso tomar el celular del bolsillo del pantalón y llamar a su mejor amigo, necesitaba escucharlo para recuperar un poco de su cordura, pero el bendito celular se resbaló de sus manos cayendo a quién sabe dónde, el puente era tan alto y estaba tan obscuro allá abajo que no vio cuando llegó a tocar el agua.
—¡Mierda mierda mierda! — golpeó sus puños en sus piernas mientras seguía maldiciendo en medio de su desesperación —¡Por qué tienes que ser tan imbécil!
—Solo un momento Seokjin, solo un momento más —Un suspiro tembloroso salió de entre su labios partidos por tanto morderlos y reunió el valor que necesitaba para poder saltar. Su corazón latía tan rápido y su cerebro trataba de sabotearlo con la estúpida idea de que eso era una pésima idea.
Se puso de pie aún sobre la baranda del puente y le dio la espalda a esa obscuridad que llamaba por él. Cerró los ojos intentando no pensar en la larga y dolorosa caída que probablemente iba a sufrir.
Su decisión era definitiva y todo hubiera salido perfectamente como lo había planeado de no ser porque alguien lo jaló hacia el frente haciendo que se bajara de aquel lugar. Abrió los ojos entrando en pánico sin saber qué había pasado.
—¡¿Estás loco?!
La voz alterada de una mujer lo asustó y lo siguiente que sintió fue un golpe en el brazo, ella no tenía mucha fuerza, pero aún así Seokjin puso su mano en ese lugar adolorido.
—Ah mocoso, ¿¡qué estabas pensando hacer eh!?
Y de nuevo recibió otro golpe. Era una señora la que ahora lo regañaba y pegaba con su bolso.
—A penas eres un niño —Su voz salió entre cortada ésta vez —Deberías de estar en tu casa —Le dio otro golpe que hizo que Jin solo se encogiera en su lugar como un cachorro con la cola entre las patas.
—Lo siento — No supo por qué pero empezó a llorar como un bebé. La señora no dudó en abrazarlo y aunque no se conocían Seokjin no dudó en corresponder, necesitaba sostenerse en algo, lo que fuera. Hubiera preferido que ese regaño viniera de parte de su madre o incluso de Yoongi pero seguramente ellos ni siquiera lo hubieran volteado a ver.
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Forbidden
Teen FictionHabía una vez un chico roto por dentro y con miedo a volverse un monstruo como aquellos que lo dañaron. Un día conoció a un niño que tenía un amor puro por él, y realmente quería poder amarlo igual. Pero ese amor era prohibido por la razón de que a...