Una noche con el Rey

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El sonido de las ventanas al abrirse de golpe hizo que odiara el inicio de mi día.

-El monarca quiere verte.

Raquel sonaba asustada y apresurada a la vez.

-Raquel, dime la hora- suplique algo soñolienta

-Las 2 de la mañana.

Las claros rayos de la luna apuntaban a mi ventana, haciendo imposible a simple vista ver si era de día o de noche.

-Tenemos que bañarte y vestirte- Raquel me tomo del brazo y me levanto de golpe.

Abrió la puerta de mi habitación para encontrarnos con el monarca parado justo frente a ella, impaciente, dispuesto a entrar.

-No pude esperar más, bello Sol ¿Podrías acompañarme?- extendió su mano hacia mí.

Voltee a ver a Raquel con confusión la cual solo asintio a mí.

Extendí mi mano encontrándome con la suave piel del ángel, se nota que jamás a tenido que trabajar en su vida.

Salimos de la habitación quedando en el pasillo cubierto por la oscuridad, dejando caer en el piso un par de rayos de luz de luna.

-Quiero hacerte muy feliz Sol, me encantas.

-Mi rey, considero que eso debería ser al revés.

Mentía, no quiero hacerlo feliz, solo quiero irme.

☁️☁️☁️

El colchón de la habitación del monarca era cómodo, una cama king size para el solo, el y sus otras chicas.

Haciendo memoria ninguna de ellas se había involucrado con él, más que Lilith y yo, las demás solo se veían bonitas para los invitados que llegaban a ir al palacio.

-Sabes Sol, considero que la última vez te hice mucho daño

Así fue, termine jodida la última vez que termine en la cama por él.

-Quiero recompensarlo.

Pese a las maldades que el Ángel hacia todos creían que era amable, buena persona y asertivo, jamás se le veía molesto con nadie.

El monarca se hinco ante mí levantando mi vestido poco a poco para sujetar mi ropa anterior y bajarla hasta mis tobillos.

-Acuestate- ordenó

Obedecí, las piernas me temblaban, mi cuerpo recordaba que la última vez con el no fue nada agradable.

Doble mis piernas y el se encargo de separarlas un poco, cerré los ojos y lo siguiente que sentí fue su lengua pasar por mi entrepierna.

Tenía que fingir, pero lamentablemente en estas situaciones fingir disfrutar algo así se convierte en una realidad, gemí.

El sonido de mi voz parecía activar lo peor del monarca, tomo mis piernas con fuerza rasguñandolas para al final sujetarme y voltear mi cuerpo boca acabo.

El resto es una lamentable historia, a veces lo que parece más darnos placer es lo que más nos dañará.

☁️☁️☁️

-¿No vas a quedarte?

-No mi rey, quiero descansar en mi habitación y antes darme una ducha.

-Quedate.

-Una disculpa mi rey pero...

-Es una orden- interrumpió

-Lo lamento, hoy no- dije y salí de su habitación.

El Sol Del Edén.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora