Media mañana lluviosa de domingo. Me encontraba cerca del boulevard de Glasglow, en una cafetería de estilo poco bohemio, rodeada de estantes de libros, pequeñas salas longe y decoraciones antiguas como teléfonos y asombrosas máquinas de escribir de época, un ambiente mágico y relajante con música Jazz que emanaban de las pequeñas bocinas de los esquineros; el saxophone embelesaba mis oídos con su exquisita melodía.
Mis manos frías cambian de temperatura cada que tomo mi taza de café y puedo notar como las palmas lívidas toman un ligero color rosado por el calor de la cerámica. Le di un pequeño sorbo y el líquido caliente recorre mi garganta, no pude evitar soltar una pequeña sonrisa de placer; el café era mi elixir de vida, nunca me puede faltar una taza por las mañanas, era algo que había estipulado cuando lo probé por primera vez a los 11 años. No importa cuantos tipos de café haya en el mundo; todos son buenos y tienen lo suyo, pero mi preferido siempre será el café negro con 5 cucharadas de azúcar. >>Caliente como el infierno, negro como la noche y dulce como la vida<< Esa frase tenía la razón, recuerdo haberla leído en una pequeña novela que encontré entre las cosas viejas de mamá dentro de una caja, eran lecturas para mujeres muy populares en sus tiempos, románticas y eróticas; con historias diferentes, pero los mismos clichés; mujeres atractivas, de nobles sentimientos y solteras que terminan enamoradas de sus jefes, príncipes u hombres millonarios; todos atractivos y de buen prospecto.
Recuerdo haber leído las tres novelas que encontré, simplemente por curiosidad, pues ese tipo de género no es algo que suela leer seguido o sea mi preferido, sin embargo, me gustaron; nada que ver con el romance juvenil que plasman en los libros de ahora, era algo más maduro e incluso poético. Debo admitir que salí más de una vez enamorada de los personajes masculinos.
La manera en cómo los han desarrollado y el poder de la imaginación se complementan y juegan un gran papel, pero... ¿La pareja perfecta existe en la ficción?, esa pregunta se responde depende de cada persona.
Levanté la mirada y observé por tan solo un minuto a una pareja sentada frente a mí tomados de la mano, mirándose fijamente mientras él movía sus labios y la morena sonreía hasta remarcar los hoyuelos en sus mejillas prestando atención a las palabras que salían de la boca del contrario.
-Eres perfecto ante los ojos de la persona correcta.
Desvié la mirada hasta mi taza. Hace mucho había descrito a mi pareja perfecta en una banal charla de amigas en preparatoria, >>Tus expectativas son altas<< solían decirme y no lo niego, todo mundo quiere tener lo mejor; el problema es encontrarlo. Recuerdo que mamá me decía que cuando tuviera la edad suficiente, si pedía con todas mis fuerzas a mi pareja "Ideal" la fuerza de atracción haría su trabajo, suena bastante supersticioso, pero sé que a veces funciona esa ley. Lo curioso es que no me pasaba a mí. Me llegué a topar con hombres con personalidades y cualidades distintas a las cuales yo no buscaba, sin embargo, eso no fue impedimento para que uno que otro me atrajera... Lo más interesante es que la mayor parte de las veces nunca fui correspondida, no pasaba de la "Etiqueta de amiga".
- ¿Más café? - me preguntó la mesera con la jarra en mano.
-Hasta que el cuerpo aguante.
La taza se llenó en segundos y giré mi cabeza a mi lado izquierdo, un matrimonio charlaba amenamente y riendo de las ocurrencias del otro >>Perfectos el uno para el otro<< pensé, después de mi mala racha de corazones rotos; dejé de pedir a la pareja perfecta, dejé de buscar; ya no era algo que me interesara... Solo me enfoqué en mí misma y en jugar a ser la doctora corazón en las relaciones de mis amistades, a veces era divertido, de ahí aprendí muchas cosas y a detectar los pequeños errores que se cometen a menudo en estas mismas.
Dejé de atesorar algo que antes quería, acepté que mi pareja perfecta solo estaría en mi imaginación, ahora solo dejaba que el tiempo y el universo fluyera, sin presiones, sin ilusiones y solo tomarlo con calma.
En un abrir y cerrar de ojos, a mis 20's... La pareja perfecta al fin había tocado a mi puerta o debería decir, ese texto cayó en mi bandeja de mensajes.
La campanilla de la puerta de entrada me hizo subir la mirada, una pareja de viejecitos entraron al local. Dieron unos cuantos pasos y el hombre de cabello blanquecino, ayudó a su esposa a tomar asiento. Al estar ambos sentados, la abuelita empezó a leer el menú, mientras su diestra se deslizaba por la mesa hasta tomar con la mano contraria de su esposo y ambos aferraron sus dedos. No pude evitar sonreír enternecida ante conmovedora escena, el amor nunca envejece y jamás muere; solo pasa a otro lugar... Un amor a distancia en diferentes planos.
Tomé mi celular y le di una rápida mirada.
Los meses fueron pasando como agua de riachuelo, cada día que hablaba con él siempre había gustos en común; la música, carreras universitarias similares, colores favoritos, gusto por las bellas artes e incluso gusto por la escritura. Su personalidad es brillante, tan carismático, amable, demasiado inteligente y bromista cuando me habla en otros idiomas que no entiendo, sin mencionar lo tan apuesto que es... Simplemente es perfecto. Él no lo piensa de esa manera pues tiene sus inseguridades; inseguridades que deberían ser insignificantes para él, porque algunas de ellas lo hacen único, lo único me gusta.
Al enterarme que el sentimiento que se formó entre los dos fue correspondido, pensé que era un chiste, >>Es demasiado buen para ser cierto<< me dije. Mis sentidos estaban alerta, presentía que en cualquier momento iba a despertar de algo que creía que era un sueño o que mi mala suerte vendría a arruinarme el momento, pero por primera vez... Jamás pasó.
Dos almas solas por diferentes razones, vacías, se encontraron, separados por millones de millas, uno del otro, en diferentes países; al menos agradecidos de que alguno de los dos no se encontrara del otro lado del mundo, sino un poco cerca.
Relaciones a distancia es un gran trabajo, no muchas se logran, pero mientras se tenga la fe y las ganas; llegan hacerse realidad hasta terminar juntos. Sé que no soy la única que tiene una relación así, ahora ya es algo común y algo que si es verdadero. >>La distancia no es un problema. El problema somos los humanos, que no sabemos amar sin tocar, sin ver o sin escuchar. Y el amor se siente con el corazón, no con el cuerpo<< una de mis citas favoritas de Gabriel García Marqués y algo que uso como argumento para callar las malas bocas cuando llego a escuchar que una relación no es verdadera si la persona no está frente de ti.
Di tres sorbos a mi café y suspiré al ver a las tres parejas de diferentes edades que estaban cada una en su mundo. Una relación a distancia es complicada cuando necesitas un abrazo, una caricia o un beso, pero no es imposible de que alguna de las tres cosas llegue a pasar y al final ambos quedarse en un solo lugar. Él es a quien tanto había buscado y viceversa, a decir verdad. Soy la mujer perfecta ante los ojos de alguien, de alguien a quien fue más allá de mis expectativas, de alguien que vale la pena.
>>Eres mi Serendipia<< me mencionó una vez >>El hallazgo más valioso que no me esperaba encontrar<< una palabra tan inusual y bella que jamás pensé escuchar de alguien hacia mi persona. Dejé de buscar y ahora lo había encontrado, ya sea la casualidad o porque el universo al fin me escuchó... Y la espera valió la pena, a cada quien le llega el amor de maneras inesperadas.
La melodía de mi móvil me sacó de mi pensar, al ver el nombre en la pantalla no tardé en tomarlo.
-También eres mi Serendipia.
Murmuré y atendí la video llamada esbozando una sonrisa al verlo en la pantalla.
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Serendipity
RomanceEn una tarde lluviosa de domingo, una chica común entra a una cafetería, donde observa a quienes se encuentran en el lugar y en toda su estancia reflexiona acerca sobre encontrar a la persona perfecta algún día, sin saber que ella ha sido la Serend...