Hogar

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Sus pasos resonaron por el piso de mármol. Aprohita al verlo le devolvió cortés el saludo y sin decir nada Dohko se retiró en dirección contraria.

Al salir de la doceava casa se encontró nuevamente con la presencia del eficiente escorpiano: El Santo permanecía sentado sobre pétalos desparramados, acompañado de algunas rosas carmesí en las primeras gradas de la entrada, estaba con los codos apoyados unos escalones más arriba mientras la briza jugueteaba con sus mechones.

-Creí que estarías descansando en tu templo, Milo.

El oriundo lo vio por la comisura de sus ojos sin interés, a la vez que seguía dando golpecitos rítmicos en la piedra con su uña escarlata.

-Solo despejó la mente antes de volver. ¡Rayos! ¡¡Mataría por un cigarro!!

El libriano ya a su lado cruzó sus brazos, levantó su rostro hacia el firmamento y lo acompañó unos segundos a contemplar las estrellas empezando a disfrutar de la corriente nocturna al igual que el perfume de las rosas. Si no estuvieran inmunizados, morirían al instante por todas ellas.

-Normalmente diría que fumar daña los pulmones, pero en estas circunstancias también me vendría bien uno, ¿tienes?

Milo curvo sus labios ante la ironía y con desgracia lo negó.

-Esto se tornó bastante turbio -susurró Dohko fijándose en la constelación de Aries con preocupación -. Necesitaré algo para poder conciliar el sueño. No creo poder dormir con todo esto.

-El alcohol y el sexo funcionan bien -aconsejo el griego al dejar de mover su indice -, mejor que esas pastillas que reparten como dulces en la enfermeria y la leche agria del comedor.

Dohko sonrió respaldado por todos esos años de experiencia, y en silencio le dio la razón. Bajo la luna, ambos recordaron la pelea. Los espectros aparte de cobrar un sin fin de vidas esa noche terminaron huyendo con graves heridas y mutilaciones.

-¡Tks! Escorias.

-Hasta que no regrese Shaka no podemos encerrarlos -dijo el librano dudando entre elogiar o regañar al Santo por su actuar -, prácticamente los has descuartizado Milo, no podrán dañar a nadie más, gracias a ti.

El menor exhaló aire.

-De nada, anciano. Les tomará días recuperarse por completo - respondió, curvando sus labios con una pizca de frustración-, pero me hubiera encantado arrancarles las cabezas para seguir golpeandolos aquí. No los hubiera picado tan rápido. Por más que mi justicia sea imperfecta los haré pagar por cada vida que apagaron. Merecían sufrir más.

-Paciencia, Milo.

-¿Paciencia? -repitió tranquilo y se echó para atrás, sobre algunas rosas y con el rostro serio habló -. Literalmente los dejaste escapar de tus manos, vivir tanto te ha endurecido el corazón.

-Lo hice para que corran la voz, así la atención caerá inmediatamente en el Santuario porque sus objetivos están aquí y no en vestigios de pueblos Muvianos -explicó sintiéndose peor al recordar la pila de cadáveres junto a los gritos de odio y apedreos de los pueblerinos, pero la voz de Milo lo trajo al presente.

-Dudo que ataquen pronto porque deberán juntar primero sus sesos, y no me refiero a los esparcidos hoy -terminó de decir ocurrente al soltar una risita que Dohko acompañó.

-Tienes razón. Deberán elaborar un plan bastante bueno para burlar nuestras defensas, en especial la primera, el campo energético. Tendremos tiempo de sobra para descubrir si poseemos algún punto ciego y reforzarlo... Aunque si falla, deberán pasar por Aries.

El escorpiano concordó y permaneció perdido en un astro cercano al de acuario al apoyar toda su coronilla en la escalera, resaltando de esa manera su nuez de adán.

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