Capítulo 24:

28 3 0
                                    

  Ruth, Jaiz, Leiza y Owen. ¿Owen?

Existía un video, el video que arruinaría mi vida por completo. Leiza nos había grabado a Owen y a mi mientras estábamos en el baño, mi vida se iba a desmoronar si ese video salía a la luz.

—Debo hacer algo Jaiz, ese vídeo no puede tenerlo toda la escuela, mi vida se terminará si eso ocurre —muchas lágrimas brotaron de mis ojos, de nuevo Leiza estaba presionando más la herida.

—Creo que debes hablar con ella Dash, no suplicarle sino disculparte por la mentira y pedirle que si puede borre ese video.

—No lo haré, no me rebajare de nuevo a ella. Tengo un plan el cual creo que me saldrá bien.

—¿De qué hablas?.

—Owen me dio a probar marihuana, y aparte de que yo estaba bastante ebria, soy menor de edad e insitar a una menor a fumar esa yerba conyeba cárcel —dije sacándome las lágrimas y siendo firme en mis palabras—. Si Leiza no quiere que su primo vaya a la cárcel, su deber por el bien de los dos, será no filtrar ese video.

—¿Pero que?, ¿fumaste marihuana también?.

—Pues si, otro de mis grandes errores, pero repito estaba bastante ebria, no era muy consciente de lo que hacía.

—Ya olvídate de eso por completo ¿si?. Ahora dime, ¿hablarás hoy con Leiza?.

—¿Hoy?. Hablaré ahora mismo, espérame aquí.

—Dash, calma —me soltó al verme avanzar de prisa.

Leiza estaba conversando con sus Pinky amigas estúpidas en el parque de la escuela.

—Leiza, ven un momento que tengo que hablar contigo —le solté gruñendo el ceño y con el tono un poco subidito.

—Primero que todo, me bajas el tono que no estás hablando con cualquiera —dijo al acercarse a mi.

—Hablo como me salga de lo más bonito que tengo —y acaricié la parte superior de mi saya, para que se diera cuenta de lo que hablaba sin ser vulgar—. Me había medido para hablar contigo pero basta ya, creo que te has pasado con ese video.

—¿Pero de que vídeo hablas Dash?, ya Jaiz te fue con chismes de nuevo.

—¿Me dirás en mi cara que no nos grabaste a Owen y a mi mientras estábamos en el baño en mi fiesta o tendrás la cara más dura aún para seguir mintiendo?.

Hizo silencio, se dio cuenta que ya sabía todo lo que había planeado con Owen.

—Pues si lo hice, y no me arrepiento ¿sabes por qué?, porque Carlos Manuel es el chico con el que más esperanzas he tenido por algunos años, para que una estúpida como tú venga a enamorarlo, y luego tener un plan con él para que me enamorara y para que bailase en esa maldita fiesta, y yo no le fuera con el chisme a todos de que no fuiste a aquel desfile.

Leiza tenía razón, por esa parte yo había fallado, realmente no había hecho las cosas bien y también había dañado a dos personas, primero a Carlos Manuel por intentar enamorarlo por aquellas llamadas para que bailara con Leiza, y por otra a ella por hacerle creer toda aquella falsa. Pero no me iba a doblegar, eso que hizo no tenia perdón de Dios.

—Nada justifica lo que me hiciste Leiza, tú y tú primo acabaron con mi vida y con toda mi juventud en pequeños instantes, son las personas más despreciables que conozco. Y te lo digo con toda certeza del mundo, si ese video se filtra Owen irá preso y tú...bueno tú también eres cómplice —Bórralo ahora mismo delante de mí, sino quieres que esto tenga consecuencias más grabes.

Así sucedió, luego de haberle dicho aquello no tuvo escapatoria de borrar el video y dejarme la vida en paz. Llegaron las pruebas y mi único y principal objetivo era sacar buenas calificaciones. Así fue, logré terminar mi secundaria y ya habían llegado mi tan anelhadas vacaciones.

Ya estábamos en agosto, Ruth y yo nos pusimos en práctica para acompañar a su mamá todos los fines de semana a "Alcohólicos anónimos". Olivia logró dejar a Toni y plantearse una vida sana, se fue a vivir con su madre y con ayuda de todos ya en unos meses estaba bien. Leiza después de tanto esfuerzo en toda la secundaria no pudo ser el primer escalafón, Jaiz se le fue por encima logrando el primer puesto, después de todo no fue lo peor que le pasó, pero sabía que esto le molestaría mucho, así que fue una alegría para mi, pero que más dolor para ella que nunca haber tenido el amor de Carlos Manuel, así que por esa parte ya el Karma se la estaba jugando buena. Carlos en uno de esos días me llamó, me pidió disculpas por haberle contado aquello a Leiza, lo disculpé pero le dejé claro que entre el y yo no podía pasar nada, meses después se fue al extranjero con sus padres. Wanda y Vale también terminaron bien en sus exámenes finales y todos los días iban a conversar a casa, bueno más bien a chismosear, obviamente Vale siempre de amargada, pero que decir así yo quería a la azúcar y sal de mis primas.

Entonces ya era todo un poco más diferente. Yo era Dash una chica de quince años, con pensamientos totalmente distintos, la Dash ingenua ya no existía, mucho menos mi fiel compañera imaginaria Dash dos, esa chica que vivía en mi y que realmente era ya dándome los mejores consejos, desapareció al entrar el chico que me llevó al abismo, desapareció cuando esa parte linda, sana y espiritual de Dash murió, mi corazón era un bloque de hielo, en cada chico que se me acercó en aquel tiempo veía la posibilidad de una mentira, temía enamorarme de nuevo, le temía a la desilusión, al dolor. Conservaba una sola y verdadera amiga "Ruth", a la cual le quedaba poco tiempo a mi lado. Yo era esa chica que cargaba con una dolorosa herida, la que poco tiempo después se convirtió en cicatriz.

Otra cicatriz © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora