Noah Smith
Mierda, mierda y más mierda por que se tenía que ver tan sexi con ese vestido. Le tenía que agradecer a mi madre por dárselo y definitivamente lo iba a hacer, podía apreciar su hermoso cuerpo en un vestido rosa, se ceñía a su cintura y a cada una de sus curvas, sabía perfectamente de que material era este. Seda, un material muy sensual en ella, Carajo no iba a poder controlarme si está así vestida.
Nuestras miradas se cruzaron y le hice una seña para que se colocará a mi lado y así lo hizo, no dijo nada y mucho menos me volvió a mirar. Ambos estuvimos atentos ante lo que se estaba realizando frente a nosotros y no interrumpimos.
-Familia ya podemos respirar, y celebrar tranquilos -celebro mi hermano
- ¿Esto era lo que celebraban hoy? -cuestiono Eli mirándonos
-Si -respondimos todos
-Wow, les agradezco por lo que han hecho
-Aún faltan las sorpresas -la interrumpió Jake
- ¿Sorpresas? -cuestiono ella
-Si, mi madre ha comprado regalos para ti y al igual que a Amelia te va a llenar de cosas -hablo mi hermano
-Fueron tantos regalos, y entre todos esos estaba un libro de como quedar embarazada ¿Puedes creerlo? -hable
Aun no podía creer sobre el libro, pero tampoco me afectaba, no iba a negar que he pensado mucho sobre como sería un bebe mío y de Amelia, y debía admitir que saldría jodidamente perfecto.
- ¿Y no te da una idea del por qué? -cuestiono mi madre
-Ya vas a tener uno, confórmate por ahora -hable
- ¿Por ahora? ¿Significa que más adelante? -volvió a interrogar
- ¿Y yo que voy a saber? Dile a Amelia que dejé de tomar las pastillas y podemos darte un nieto -solté
- ¿Tomas pastillas? -cuestiono Eli hacia Amelia
"Claro que lo hace, y lo odio." -pensé
-Me gusta prevenir -explico Amelia
- ¿No quieres un hijo? -cuestiono Jake
-No creo que sea momento puede que dentro de unos años -justifico ella
-Mejor dejemos a la pobre chica y comencemos con los regalos -intervino mi madre
-Sigan ustedes, Amelia y yo tenemos un tema que hablar -ella me miro
-Bien, vayan tranquilos
Todos entraron hacia el salón y yo me quedé para tomar la mano de Amelia y la jalé hacia un pequeño camino que conectaba el jardín con la parte de la entrada de la casa. Ella no había dicho nada, solo mantenía su mirada en nuestras manos entrelazadas, sin soltarla abrí la puerta del copiloto de mi auto y le insistí a que entrara.
- ¿A dónde vamos? -cuestiono
-Te llevaré a un lugar... Sube al auto -ordene
Y así lo hizo, abrochó su cinturón e ingresé para arrancar el auto, iba a ser sincero estaba nervioso por primera vez en mi puta vida. No sabía en qué momento esto se había vuelto de esta manera.
- ¿Por qué no me dejaste bajar si lo que sea que estés planeando no es en tu casa...?
-Porque estaba teniendo una charla con Jake y no quería que escuches...
-Oh...
-Tampoco pude terminar de hablar ya que alguien me llamo y...
-Si, ya sé que pasó. ¿No se te ocurrió colgar si era una conversación privada?
-Claro que lo iba a hacer, pero luego escuche que dijiste que te gustaría que nos casemos de otra forma
-Bueno...
-Créeme que a mí también me gustaría... -me sincere
-Pero...
-No soy de los que ponen peros Amelia, si no se pudo de una forma podemos de otra
- ¿Como?
-Te has enamorado -asegure
- ¿Que? -cuestionó
-Dime
-No...
-Lo has hecho, no me lo niegues-la interrumpí
-No lo hare Noah, no voy a negar cosas que son obvias
-Bien, yo tampoco lo voy a negar
- ¿Que? -sonreí
-Si, no voy a negar que he llegado a sentir cosas por ti
-Noah...
-Creo que ya podemos bajar del auto -interrumpí
Amelia Jones, ¿Por qué tenía que ser jodidamente tierna y hermosa? Podía recordar perfectamente esa noche, sentir su cuerpo junto al mío, como encajábamos el uno con el otro, como mi brazo podía rodear perfectamente su cintura.
Ya no sabía que era lo que sentía, ¿Qué pasaba con ella exactamente? Sabía que lo que había ya no solo era una atracción sexual. Cada jodido segundo que está conmigo se me olvidaba que esto no era real, pero ahora no importa porque esto para mí si real.
No sabía si era amor por cómo me sentía con ella, pero lo que si sabía era que la necesitaba conmigo, necesitaba sus besos, sus caricias, sus malditos cariños que derretían mi corazón de piedra. Era un idiota lo sabía, pero era su idiota, uno que iba como perro detrás de ella, que era capaz de arrodillarme ante su belleza o si me pidiera que lo haga.
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El Trato Perfecto [#2]
Storie d'amoreLibro #2 de la Bilogía PERFECTOS Historia independiente "Yo soy fuerte, yo puedo" era lo que se repetía en la mente de Amelia Jones cada día, aquella chica que podía parecer normal pero bajo esa hermosa sonrisa escondía unas terribles marcas. Unas...