ੈ♡˳Regalo-Parte única ☃️

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Un azabache estaba profundamente dormido en medio de esa gran y suave cama. Su cuerpo apenas se mantenía tapado con el edredón de color púrpura. La manera de dormir de Jungkook era demasiado graciosa a la perspectiva de Taehyung, su pareja. Quien se había despertado hace una media hora aproximadamente para preparar el desayuno ligero que compartiría con su menor.

Caminó sigilosamente hasta la mesita de noche que había en su habitación, dejando la bandeja que llevaba la primera comida que degustaría en ese nuevo día. El castaño detalló con la mirada un poco más al chico descansaba plácidamente.

Llevaba un pie afuera de la cama, al cual se contuvo de hacerle cosquillas. Su piel lechosa resaltaba en medio del tono oscuro del cobertor. El azabache se había ido a dormir con solo la ropa interior puesta, después de aquella noche loca en la que una vez más se entregaron mutuamente.

Perdiéndose en las caricias y en el amor que desbordaban sus corazones enamorados.

Jungkook era la otra mitad de Taehyung, y el susodicho estaba tan feliz de haberlo encontrado y continuar encantándose con él cada día, conforme el tiempo seguía pasando.

Amaba su personalidad, sus valores, sus cualidades, hasta sus defectos. Porque nadie era perfecto, pero eso era lo que les hacía verdaderamente especiales. Y Jungkook era la definición más cercana a lo que Taehyung creía podría describirse como especial.

Desde su dulce risa que alegraba todo a su alrededor hasta la constancia que demostraba cuando quería conseguir alguna meta que se hubiera propuesto. Siempre trabajaba duro, y era realmente dedicado a todo lo que hacía.

Hasta la mínima cosa en él era preciosa y digna de admirar.

Desde que lo conoció, cuando ambos se volvieron compañeros de trabajo en aquel bufete de abogados, el mayor supo que no podría resistir perderse en esa mirada que encerraba millones de estrellas.

Ni a esas tiernas arruguitas que se formaban cerca de sus ojos cuando sonreía, los bonitos lunares en ese rostro que podía ser serio o coqueto de un momento a otro, la cicatriz casi imperceptible en esa mejilla que siempre estaba dispuesta a recibir sus besos, los pucheros que a veces hacía sin querer, la emoción que pintaba sus orbes cuando algo era de su gusto, o el amor que le entregaba incondicionalmente.

El castaño estaba muy consciente sobre que siempre tendría unos fuertes brazos esperándole para resguardarlo cada vez que se sintiera decaído.

El mayor sonrió ante la bella estampa del menor con el cabello desordenado y con el cuerpo en una posición no muy cómoda sobre la mullida superficie. Con cuidado se acercó, y acarició las hebras oscuras, ganándose un pequeño balbuceo por parte de Jungkook como una forma de reproche. Por inercia el menor se removió y al fin metió su pie, cubriéndose por completo con el edredón.

Su bebé era difícil de despertar, pues cuando realizaba el mínimo intento, lo único que lograba es que se acomodara de otra forma para continuar en los brazos de Morfeo.

Taehyung carraspeó, aclarándose la voz, porque seguramente esta sonaría más ronca de los normal por las horas de sueño. Y sin más, se arrodilló a lado de la cama, poniéndose a la altura de su pareja.

—Conejito—llamó con ese tono tan profundo y aterciopelado que era una caricia contra la oreja del azabache—. Despierta mi amor, tienes que comer algo.

—No.... —murmuró, corto y preciso.

Voluntad inquebrantable era su segundo nombre.

—Kookie, no seas terco. Vamos, despierta.

Taehyung lo removió un poco, escuchando como su pareja se quejaba soltando pequeños gruñidos. El castaño suspiró, esto no iba a funcionar. Tenía que ser más ingenioso si quería que su chico levantara su trasero de la cama.

Snow Luv; KTH & JJK One-shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora