OPHELIA ANDERSON
(capítulo editado)La clase de educación física solía gustarme cuando estaba en la primaria, ahora sin duda la odio con todo mi ser.
En la primaria, que el profesor de educación física llegué a tu aula es sin duda una de las mejores cosas.
Habían juegos divertidos como policías y ladrones, los quemados o inclusive las traes.
Por cierto yo siempre era ladrón, no me gustaba ser policía 👍🤠
El punto aqui, es que hoy en día me gustaría sacarme las piernas para no tener que dar cincuenta vueltas alrededor de la cancha trotando.
Lo único que siento en estos momentos es el concreto duro debajo de mi espalda, porque mis piernas no dan señales de vida.
- ¿Ophelia, ya estás mejor? - pregunto el profesor de educación física mirándome desde arriba.
En caso de que no se haya entendido, estoy recostada en el centro de la cancha, mirando el cielo mientras intento recuperar el iré que perdí por estar trotando.
- Eso creo - respondí.
- Cuando puedas levantarte continua con las vueltas alrededor de la cancha, ¿okey? - pregunto el.
- Si - respondí con pesar.
El se fue y cerré los ojos cuando el sol me dió directo en la cara, aún con los ojos cerrados pude notar que el sol de repente desapareció por lo que abrí los ojos desconcertada.
Había una chica mirándome desde arriba - Hola - saludo ella.
- ¿Que onda? - saludé también y ella sonrió.
- ¿Tu eres Ophelia?
- Depende de quién pregunté - comenté y ella sonrió con diversión.
- Pregunta Yumehara.
- Pues si soy Ophelia, Yumehara - comenté - ¿me buscabas para algo en específico?
- Si - respondió - he escuchado de algunos alumnos que tú siempre llegas a clases junto con Saiki.
Le hice una seña para que continuará hablando y así lo hizo - ¿Ustedes están saliendo o algo así?
La voz de Saiki inundó mi cabeza - Dile que estamos saliendo.
¿Que tanto me debe de gustar Saiki como para escuchar su voz?
- Pues estamos intentando algo - respondí, si le decía que estábamos saliendo sería una mentira, si le decía que estábamos intentando algo le estaría contando la verdad… a medias.
- Oh, ya veo - ella sonrió e inmediatamente se me prendió el foquito.
- ¿Te gusta Saiki? - pregunté.
Ella se puso roja de pies a cabeza - Si - murmuró - yo respeto lo que sea que ambos tienen… pero si tengo alguna oportunidad con el la tomaré.
- Me parece justo - respondí y sonreí con sinceridad.
La cosa está así, yo no tengo ningún tipo de relación con Saiki.
Por lo que Yumehara está en todo su derecho de sentirse atraída hacia Saiki, yo no soy quien para prohibirle algo porque ni siquiera me corresponde.
En el hipotético caso de que Saiki y yo estuviéramos en una relación y Yumehara insistirá en estar en medio de esta.
Yo me vería en la obligación de odiarla.
Pero como no tenemos nada, la mejor opción es hacernos amiguitas.
- Eres más bonita de lo que pensaba - murmuró ella.
- Tu también eres muy bonita, además eres amable - ella sonrió en grande y un chica se postro justo a nuestro lado.
Yumehara y yo nos giramos al mismo tiempo, nos encontramos con una chica muy bonita de cabello azulado.
- ¿Tu eres la chica nueva? - pregunto ella.
- Si - respondí y ella extendió su mano hacia mi.
- Mucho gustó, me llamo Teruhashi Kokomi - estreche su mano a forma de saludo - el día de ayer no me pude presentar como se debe.
- Ah, no hay problema - murmuré.
- Eres muy bonita - soltó Yumehara pero se puso roja cuando noto lo que había dicho - discúlpame, se me salio.
Ella se rió - También eres linda.
Mhm… algo anda mal.
(...)
- Ay, es que me da cosita llevarme solamente a uno - murmuré con sentimiento.
Frente a mi había una gran variedad de animalitos, conejos, hámsters, cuys, ratas, etc.
Mi abuela siempre ha sido una gran amante de los animalitos, mi madre y yo no hemos tenido la oportunidad de ir a visitarla por lo que aún se siente algo solita.
¿La cura para la soledad? una mascota.
- Ay, es que todos me están mirando bien bonito - murmuré con pesar - no quiero dejar a ninguno.
A lo lejos pude escuchar la voz de un niño que se burlaba de un animalito por lo que camine hacia el.
- ¡Ese de ahí está bien feo! - exclamó en burla.
Llame a la señorita a cargo de la tienda - Me llevo ese - señale al animalito.
La muchacha asintió y se fue a buscar las cosas necesarias para los cuidados de la que ahora sería la mascota de mi abuela.
El niño me miró extrañado - Ese es el más feo.
Inmediatamente lo mire mal - Tu no estás muy bonito que digamos.
- ¡Oye! - se quejo pero lo ignore por completo.
Después de unos minutos ya tenía todo lo necesario para el cuidado del animalito.
Salí de la tienda e inmediatamente me tope con una gran multitud caminando por la calle.
De manera veloz me mezcle entre esa multitud pero tope con un señor de cabello gris y traje morado el cual ni siquiera se disculpo.
Debido al golpe caí al piso y el animalito, el cual es un tipo de hurón, también cayó y salió corriendo.
- Me lleva la… - me levanté con velocidad y comencé a correr detrás de el.
Me detuve cuando unas manos lo atraparon y me extendían para que lo tomara.
- Ten - dijo el e inmediatamente reconocí su voz.
- Saiki - murmuré y tome al animalito de sus manos - ¿que haces aquí?
- Compras - respondió el y asentí.
- Mi mamita guapa quería una mascota para mi abuela - le expliqué aunque no me haya pedido explicación alguna - ojalá que así ya no se sienta solita.
- a.
- Bueno, adiós - comencé a caminar pero me detuve de golpe y me gire hacia Saiki de nuevo - por cierto, hoy despertaste más guapo que ayer - dije y salí corriendo de ahí.
(...)
KUSUO SAIKI
¿Guapo?
Sorprendentemente eso me hizo sonreír.
¿Que demonios me estás haciendo, Ophelia?
No esperaba que esto pasara de nuevo.
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OPHELIA | Saiki Kusuo.
Fiksi Penggemar𝐎𝐏𝐇𝐄𝐋𝐈𝐀 | ❝ Ophelia Anderson jamás fue considerada una chica normal o simple. Pues su energética personalidad no se lo permitía. Sin evitar mencionar la velocidad en la que creía enamorarse, o lo terca que podía llegar a ser. Es por eso que c...