Capítulo 26 | El precio a pagar

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Los días empezaron a transcurrir, Takemichi, aún permanece en el hospital. Pero cada vez que despertaba, entraba en estado de pánico, ya que no logra olvidar lo que pasó esas dos semanas que estuvo secuestrada.

Mikey, quién permanecia con Takemichi, hacia lo posible por tranquilizarla cada vez que ella entrada a ese estado. Pero no podía hacer mucho, y al final, sedaban a la ojiazul, para que pudiera tranquilizarse. Aunque el doctor que atendía a la ojiazul, le dijo a Mikey y Draken, que ya no podía seguir sedando a la chica, cada vez que entraba en pánico, porque le podía afectar al bebé, así que recomendó que Takemichi, empezará a ir con una psicóloga, para que pudiera superar eso.

Llegó el día en que dieron de alta a Takemichi, del hospital. Mikey decidió llevársela a otro lugar, talvez, otro cambió de ambiente le vendría bien a la ojiazul. Y así fue, el pelinegro hablo con su hermano Izana, para que pudiera tener a Takemichi, en su casa, que se encuentra a las afueras de la ciudad. El peliblanco acepto de inmediato sin tener ningún problema porque la ojiazul, estuviera en su casa.

— Está casa es muy grande y amplia para que Take-chan, se sienta a gusto – comenta Izana

Así era, la casa del peliblanco era de tres pisos, de altura grande, igual que lo ancho,con una fachada muy elegante, con un patio grande y hermoso.

— Pueden estar todo el tiempo que quieran – habla el peliblanco — Take-chan aquí poco a poco se irá recuperando

— Te agradezco que hayas aceptado en que tuviera a Takemitchy, aquí – dice Mikey

— Lo he hecho porque me importa mucho Take-chan, y lo único que quiero es que ella y su bebé se sientan a gusto – dice Izana, con felicidad de tener a Takemichi y al bebé que lleva en su vientre, en su casa — Intentaré tener una buena relación de hermanos contigo – comenta con su típica sonrisa, mientras Mikey, con seriedad solo lo ve

Takemichi se encontraba en una de las habitaciones de aquella mansión, mientras estaba dormida. Así casi todo los días se la pasaba, solo durmiendo. Mikey solo permanece a su lado, no solo porque la ojiazul, cada vez que despierta entraba en estado de pánico, sino porque piensa que si se separa de ella, la volverán a alejar de ella y ahora de su hijo.
La ojiazul empieza a despertar poco a poco, y al no escuchar nada, se aterra. El pelinegro se da cuenta y rápido se acerca a Takemichi, para tranquilizarla.

— Estoy aquí, no tienes porqué sentir aterrada – intenta tranquilizar a la ojiazul

Takemichi abraza con fuerzas a Mikey, y se aferra a él, mientras solo el pelinegro, le acaricia sus cabellos negros.

En una parte de la ciudad de Shibuya, va Kisaki, en un automóvil, mientras es conducido por un hombre.
Él de lentes, solo mira hacia afuera de la ventana del automóvil que va en movimiento. Ya que parece que ha encontrado la manera de salir del país, sin que ningún de los ejecutivos de Toman, se den cuenta.

En esos momentos, dos automóviles de color negro, se le cierran, haciendo que el hombre que manejaba aquel automóvil, se detuviera de golpe, haciendo que Kisaki, pegará contra la ventana.

— ¿Qué ocurre? – pregunta el de lentes, haciendo un gesto de dolor, por el golpe repentino que se dio

Kisaki mira hacia enfrente y se sorprende al ver aquellos dos automóviles negros, impiden que el automóvil donde va él, siga su camino.

Los infieles | MiTake-fem - [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora