~6~
Brittney
Me levanto por culpa de la canción que mi despertador ha elegido hoy. Para mi sorpresa estoy de muy buen humor, pego un gran salto y bajo de mi cama golpeando el suelo con mis pies. En cuanto estoy de pie, me fijo en mi móvil que descansa encima de mi escritorio blanco, entonces los recuerdos viajan por mi mente. Yo paralizada ante el mensaje de Will, sonriendo por nuestra mini conversación, con un calor en el pecho que hacia que quisiera saltar de la alegría y chillar por toda la casa, pero tenerme que sentar porque mis piernas temblaban tanto de la emoción, que me impedían si quiera sostenerme. Así fue como acabe la noche.
No estoy segura del como, pero conseguí dormirme, aún sabiendo que él me había respondido, por eso apagué el móvil por completo, para evitar que levantara el culo de mi cómoda cama y le respondiera lo antes posible, el hecho de estar cansada, facilitó que a pesar de tener las ganas, no lo hiciera. Pero ese aguante se acaba de ir a la mierda, ahora mismo me encuentro poniéndome unos pantalones anchos y negros mientras que introduzco mi huella en el teléfono.
En cuanto carga la aplicación, yo ya estoy vestida del todo, me he puesto una camiseta apretada, cubre todo mi torso, pero deja mi escote al descubierto, he decidido ponerme encima una chaqueta blanca que llega hasta por debajo de mis caderas. Entro al chat, impaciente y veo su mensaje.
-Buenas noches rubia flipada- No estoy segura del porqué, pero eso me hace sonreír, junto con conseguir avivar el calor interior apaciguado por la larga noche. Suelto un corto grito de emoción tratando de expulsar todo lo que anoche me guardé. Y con los dedos casi temblando, decido responder.
-Hasta luego, cachogilipollas- Una risita escapa de mis labios, y me encamino al baño, apagando el móvil, pero llevándolo conmigo.
Me miro en el espejo, y una sonrisa de pura felicidad aparece antes de poder rectificar para borrarla. Cojo el rímel del pequeño armario que se encuentra junto al lavabo, y me lo aplico como si tuviera algún tipo de idea sobre como hacerlo. El e-liner de la parte inferior del ojo también me lo hago. Luego cojo el peine de frozen y me cepillo mi pelo recién cortado, hoy he decidido que me voy a hacer una media coleta, es decir recogiéndome la parte de adelante y dejando suelto el cabello trasero, una parte de mi flequillo (la que es más corta que el resto de mi pelo) tampoco la meto en la coleta. Este peinado siempre me ha quedado muy bien, deja ver mis ojos miel, resaltados por la magia del maquillaje. Suelto un suspiro mientras salgo del baño, para dirigirme a desayunar.
Una vez bajadas las escaleras, me sorprende ver que no hay ni rastro de mi padre, solo puedo ver una madre con la sonrisa más falsa que llevo sin ver desde hace mucho, recogiendo la casa. Está bailando con mi canción favorita puesta, por lo que me uno a ella, sin dejar que me vea pero si que me oiga, pues estoy cantando a voz en grito, mientras continúo mi camino hacia la cocina.
El día de hoy ha empezado demasiado diferente al resto, pero hacía tanto tiempo que no me sentía tan bien que dejo que todos mis ilusionados sentimientos fluyan, expresándose así en forma de un baile acorde con la canción que suena en este momento.
En cuanto termino de desayunar, subo corriendo los escalones de la escalera, dando cortos pero rápidos saltitos. Guardo todas las cosas en mi mochila, la cierro, y me la cargo al hombro dispuesta a salir por la puerta, pero una punzada en el pecho me detiene, me hace recordar. Rápidamente saco mi móvil del bolsillo de mi pantalón, y me meto en Instagram, reviso si tengo alguna notificación de William, pero en vez de eso, me encuentro con que ha dejado mi mensaje en leído. Una parte de mi ilusión desaparece al creer que han sido solamente los efectos de la noche los que han hecho que nuestra conversación de ayer empezase, pero este pequeño detalle no va a conseguir que el día se vaya a la mierda.
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Contigo y sin ti
RomanceBritney Paige, ese es mi nombre, pero el comienzo de los peores y mejores días de mi vida tiene otro nombre; William Kaest. Y por suerte o por desgracia me tocó enamorarme de él.