Capítulo 18

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Me indigné y me fui a mi habitación a seguir escribiendo mi libro. ¿Por qué tenía que escoger otra sumisa? ¿Siempre necesita tres? ¿Ahora será con ella como cuando lo era conmigo? ¿Pasaré a ser tratada como a Candy y Rousse?

Ni hablar, no me voy a quedar aquí y ellas abajo haciendo a saber qué cosas.

Me levanté y volví a la fiesta, allí estaban tomándose una copa en uno de los sofás del salón. La señora Alisson volvió a verme y frunció el cejo arqueando una ceja. Le giré la cara, pero por el rabillo del ojo vi que se iba a besar a esa tal Sofía. Joder. ¿Qué pretendes Mi Ama? En ese momento se me ocurrió una idea, mala he de decir, porque afectaría a Candy, pero... Estoy tan tremendamente celosa que no puedo mirar los contras con detenimiento....

- Hola señora Claudia. -Le dije al oído susurrándole con un tono sensual.

- ¿Anna? -Dijo con los ojos abiertos. - Pensé que te habías ido de la fiesta.

- Sí, pero recordé que usted estaba aquí y la extrañaba.

- ¿Me extrañabas?

- Sí. Últimamente no he dejado de pensar en usted. -Dije acercándome a sus labios.

Sólo tenía que dejarme llevar, al fin y al cabo, no era tan malo. Es una mujer hermosa.

- No has dejado de pensar en mi o... ¿es que no aguantas que Alisson esté con esa sumisa y quieres vengarte?

Mierda. Tengo que hacerlo, sí o sí. La señora Alisson me quiere, ¿por qué me hace estas cosas?

La besé, cerré los ojos y la besé, sin importarme nada. Mi corazón estaba a punto de estallar, tenía miedo y horror. No sé qué va a pasar ahora.

La señora Claudia no pudo evitar sus sentimientos hacia mí y me agarró de la cintura para estrecharme con ella. Es increíble que diga esto, pero su beso se sentía tan bien, su cercanía...

De pronto, se oyó una voz alzada.

- ¡Se acabó la fiesta! -Pronunció la señora Alisson mirándome enfurecida. - ¡Salgan todos de aquí, ya!

- Vaya, vaya Alisson, parece que no te gusta lo que ha hecho tu queridísima Annita y yo que estaba empezando a divertirme con vosotras dos y vuestros celos estúpidos.

- ¿Rousse, qué coño haces en mi fiesta? - Dijo la señora Alisson.

- Ahora soy la nueva sumisa del señor John, aunque bueno, aparentemente.

- Muy bien, pues que disfrutes, ahora, ¡lárgate de aquí!

- Claro... me iré, no sin antes deciros que... esto no se queda así. Tú, Anna y Candy me las vais a pagar. Pienso vengarme. - Dijo sin vacilación y con una mirada muy oscura.

- ¡Guárdate tus putas amenazas por el culo! Ahora, ¡largo! - Gritó la señora Alisson bastante sulfurada.

- Cuídate, Alisson. - Concluyó dándose la vuelta andando elegantemente, como si más que una sumisa fuera un Ama.

Reconozco que me quedé impresionada ante su caminar, se veía tan hermosa, sino fuera tan horrible persona cualquiera podría enamorarse de ella.

- ¡Y tú! ¡Te vienes conmigo ahora mismo! - Gritó de nuevo la señora Alisson agarrándome del brazo haciendo que subiera las escaleras a velocidad de un guepardo. Tanto que me tropezaba en casi todos los escalones y ella jalaba de mí con gran fuerza.

Entramos en mi habitación y rápidamente y con un movimiento brusco me tiró sobre la cama.

- Tú y yo vamos a aclarar cuentas.

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