Capítulo 89: Viejos enemigos

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Pov Shira

Me encontraba caminando por la ciudad encontrando a muchos jóvenes por la calle, los cuales conversaban o compraban como cualquier ciudadano normal, lo que me contentaba. Todo parece tranquilo y no hay perturbaciones, sin duda alguna la alteración debe estar en el camino que se ha ido Kaede, sólo espero que no haya sufrido mucho daño en su batalla.

--Que aburrido, aquí no hay enemigos con los que enfrentarme y probar mi nivel, ir en la misión fue un completo fracaso.--Repetía con desesperación cruzando mis brazos con aburrimiento y parando en seco, a mi alrededor no había nada extraño y se suponía que tampoco había ninguna alteración, por eso mismo me dirigí a darme la vuelta. Sin embargo unos gritos alarmaron mis sentidos hasta girarme recibiendo de golpe una estalactita congelada, aunque por mi gran velocidad puse mis brazos en cruz para frenar.

--Como decían la semidiosa del matrimonio era fuerte, pero nadie esperaba que también fuera rápida. Mía felicitaciones, pero tu vida se acabará pronto, en unos minutos no sentirás más que un dolor estimulante.--Me advertía el ser reconociendo su esencia como demoníaca gracias a la concentración de poder divino en mi ojo izquierdo. Enseguida estiró sus brazos como dos látigos de carne para apuñalarme y de manera directa, por lo que activé mi espada divina cortando en un tajo vertical todos los ataques entrantes sin ninguna dificultad.

--Así que tu eres el rey demonio, el odio que implantó Izanami por el mundo, Muzan Kibutsuji. Aún no entiendo mucho de esto, pero te ves con una cara horrenda, y menos pareces alguien civilizado y jerárquico.--Le dije sin más apretando con fuerza el mango para correr hacia él, no obstante unos tentáculos salieron de su espalda hasta estirarse hasta el cielo y apuntar en diferentes direcciones desde el suelo, lo que me hizo pensar que podría ser su poder. Debido a eso el filo se llenó de unas llamas rosadas y salté directas a ellas, en el que giraba en una voltereta traspasando a través de su carne y quedando libre de toda posible herida, creo que si no fuera por mi entrenamiento y el oponente tan débil que me había tocado sería imposible ganar.

--Bueno bueno, ¿dices que soy feo? ¿Soy horrendo? Mocosa estúpida, acabas de firmar tu sentencia de muerte, ¡yo soy un ser perfecto! Gracias a Kamado conseguí una perfección provisional, pero esta vez la tengo en mi propio cuerpo, ya no puedo ser quemado por el sol, y gracias a las técnicas de sangre que adquirí de mis lunas y de los demonios generales y comandantes que absorbí soy invencible, deberías sentir clemencia porque por culpa de tu comentario te mataré lenta y dolorosamente.--Me comentó en un tono frío y lleno de maldad, en el que estiró tanto sus brazos como sus otros látigos de carne por el suelo y el aire con la intención de retenerme. Al observar bien pude detectar que parecían cuchillas afiladas, más bien estirables como un plástico pero punzantes como una espada, y ahora entiendo como muchos cazadores perdían la vida contra él, sobre todo por su gran velocidad, que ni hasta yo podía seguirlas.

--«Como esperaba no será fácil de derrotar este enemigo, es Muzan Kibutsuji después de todo. Si quiero pelear y ganar debo superar esa velocidad, pero me costará bastante, ojalá encuentre algún punto débil.»--Pensaba a la vez que corría por el espacio libre evitando todo contacto con los tentáculos. Sin embargo él tenía el completo control de ellos y los movía según le convenía, así que analizando que quizás lo hacía para frenarme y luego acertar un ataque sorpresa me impulsaba hacia su ubicación y soltando una barra ascendente que liberaba un torrente de llamas, más mi sorpresa fue que no sufrió ningún daño, y para ello de su boca desplegó una brisa nevada que me hizo retroceder levemente y siendo rasguñada por algunos de los látigos de carne.

--Deja de intentarlo, es inútil que te resistas. Al final serás tú quien acabe muerta, es inevitable que todos los cazadores a los que me he enfrentado han sido asesinados bajo mi persona, nadie puede contra mí. Tu nombre es Shira, ¿correcto? Escúchame atentamente, el que se enfrenta a mí y es herido por uno de mis ataques, sea como sea el caso, será su fin. Deberías comprobarlo por ti misma, mi sangre está infundada tanto en mis tentáculos como en mis técnicas, y he añadido tanta que no podrás soportarla en mucho tiempo.--Recalcó Kibutsuji con su típico notó frío que tanto le caracterizaba, y por tanto sonreí ya que era demasiado estúpido el pensar aquello. Sin embargo, al momento de querer moverme, un dolor agudo en los huesos me hizo retorcerme del dolor y soltar la espada hasta caer al suelo, efectivamente en mi vida había sentido algo como aquello, así hasta escupir sangre y tener mis ojos en blanco.

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