PRÓLOGO

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Y de repente nuestras miradas se encontraron, el brillo de sus ojos
verdes relucían ante mi ser, al adentrarme en su mirada me di cuenta de lo que sentía por él, la conexión era inmensa y se dio cuenta de ello.

A continuación mojó sus labios y se abalanzó hacia mí, sus suaves labios se estamparon contra los míos. Y ahí en su habitación, Izan me besó.

Sus besos avanzaban cada vez más abajo, empezó por el cuello, el que devoró sin ningún miramiento, después me miró y me di cuenta de que lo que quería era quitarme la camiseta, él no dijo una sola palabra lo único que hizo fue mira mis pechos, lo que hice fue decir un rotundo "Sí".

Cogió del final de la camiseta y empezó a quitármela sutilmente, me di la vuelta para que me desabrochase el sujetador, mientras bajaba los tirantes podía sentir como sus
dedos rozaban mi piel. Yo llena de complejos cubrí mis pechos con
mis manos, estaba bastante nerviosa, pero el me susurro al oído " Luna, eres perfecta" , verdaderamente creo que es de las únicas personas que puede tranquilizarme con solo dos palabras.

Una pequeña sonrisa iluminaba mi rostro y el segundos después me
beso en la cabeza, cosa que él sabe perfectamente que me encanta. Cogió mis manos y destapó mi pecho me di la vuelta, no era capaz de mirarle a los ojos, pero podía sentir su mirada sobre todo mi torso que estaba totalmente desnudo, un pequeño empujón hizo que me tumbase en su cama, se subió encima de mí para
besar todo mi cuerpo haciéndome sentir verdadero placer.

Fue hacia mi pecho y empezó a lamer y masajear de manera constante , mi
espalda se arqueaba cada vez más, tenía los pelos de punta, pequeños
gemidos salían de mí y él intentaba silenciarlos con una de sus
manos, mientras la otra sujetaba mis cintura.

Sus besos llegaron a mi ombligo y se encontraron con mi pantalón, quitó el botón y bajó quitó la cremallera con gran destreza, estaba nerviosa, el me miro a los ojos y supo tranquilizarme acariciando mi rostro y dándome un
pequeño pero profundo beso sobre mis labios.

Con esa voz que tanto me gusta me dijo, - Luna, ¿ estás segura?¿ Te sientes bien? Yo rápidamente respondí a sus preguntas. –Izan, no te preocupes
estoy bien. ¡ Claro que estoy segura! Y tanto que lo estaba.

- ¿ De verdad lo dudas? Dije con tono sarcástico. – No, no lo dudo.

Yo tumbada y él quitándome el pantalón, lo único que me quedaba
en ese momento era la ropa interior que cubría mi intimidad.

– Te deseo tanto. Dijo con gran admiración. Mi respuesta fue nula, pero como nuestras miradas se entienden a la perfección él ya sabía con solo mirarle que yo también lo deseaba. Procede a quitarme lo único me que queda, su cara de asombro la verdad que me daba bastantes buenas vibras y eso me gusta.

Una vez desnuda al completo comencé a besar su boca y
coger del extremo de su camiseta para poder quitarlasela, acariciaba su
suave pecho mientras él se quitaba el resto de la ropa. Ambos desnudos con un deseo compartido, con un propósito, y con ganas de sentir placer.

Yo tumbada y él viniendo hacia mí con una mirada acechadora, estaba encima de mí y podía notar su duro
miembro rozando mi entrepierna. Beso a beso, roce a roce y la tensión aumentaba, ya estaba lista para sentirlo dentro de mí.

-Estoy lista. Dije con firmeza. Él me entendió a la perfección. - Está bien. Dijo convencido. Yo totalmente abierta y el tentando con el roce de su miembro, entro de golpe y miles de sensaciones se me vinieron encima, no sé si sentía angustia o dolor, pero desde luego que sí que sentí verdadero placer.

Una vez dentro comenzó a moverse arriba y abajo cada vez más rápido, yo estaba un poco incómoda y dolorida pero sabía perfectamente que era normal porque esa fue mi primera vez.

Nos cambiamos de posición ahora estaba yo encima de él sintiéndolo dentro de mi intimidad, mientras yo me movía en círculos, el dolor era ya inexistente y el orgasmo estaba apunto de venir ya que los ruidosos gemidos de ambos excitaban más aún.

Después de aquel glorioso polvo, necesitamos comer así que hicimos unas pizzas que por suerte eran las que más nos gustaban la de barbacoa y la de 4 quesos.
Cenamos tranquilamente mientras veíamos una película en la televisión, al acabar yo me tumbé y él puso su cabeza sobre mi pecho. La verdad que me gustaba pero la. Vez me asustaba saber que podría notar como el latido de mi corazón se aceleraba por el simple echo de tenerle encima de él.

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⏰ Última actualización: Aug 04, 2022 ⏰

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