CAPÍTULO ÚNICO

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¿Que estás dispuesta a hacer por amor?

La luna estaba roja. Hoy, la primera noche del mes uno del año, los lobos se alzaron de los bosques del Olimpo y salieron a cazar, impulsados por el reflejo de fuego en el suelo de hierba cortada y seca de los bosques Ishar. El collar que rodeaba mi cuello se sentía ahogarme, el sudor cubrió mis manos, aún si sabía que ahí no estaba. Pero la ausencia se mantenía latente, una cicatriz que traté de cubrir con lágrimas de risa y amoríos cortos...

No funcionó.

Porque Letos no estaba aquí, no volvería por otros 364 días y hoy, era el único momento, donde la luna roja le daba el misterio y oscuridad necesaria para bajar de las tierras de oro y prometidas hacia una de decadencia y horror.

Pero aquí estaba yo.

No sabía hasta cuanto mi corazón podría aguantar. 5 horas hasta media noche no valían la pena si luago dejabas ir al chico que amabas, el chico que había dado su vida por tí por lo que sentía como una vida cuando era un año.

Un lobo aulló en las montañas, cuyos árboles se sacudía con el viento que arrastraba sonidos de grillos y pájaros cantores. Un árbol de Arnes, con hojas moradas que parecían sangrar cuando sus gotas de rocío se iluminaban de rojo antes de tocar el suelo. Apreté el collar más fuerte.

¿Que estás dispuesta a hacer por amor?

Chack, chack, chack.

Pasos, aullidos, miedo, amor... Letos.

El lobo de blanco con un cuello negro como un collar apareció a mi lado, casi tal alto como la altura de mis hombros. Su aliento movió la manga corta del endeble vestido blanco que me había puesto antes de salir de la aldea, donde todos se escondían a la espera de la luna roja.

Yo no. Yo salía. Porque esta era la única noche que los pueblerinos me tildaban de loca y no me importaba. Donde los 10 años que le quedaban a Letos de servidumbre a Chokal, el dios de la venganza, no importaban.

Retrocedí dos pasos. El lobo olfateó y sus ojos azules se iluminaron... saltó.

El impacto de mi espalda contra la tierra valió la pena cuando el pelo se adelagazó y los temibles colmillos se adelgazaron, hasta que esos ojos con pupilas pequeñas volvieron a ser del color del mar vibrante otra vez. Mechones de pelo oscuro y blanco cayeron sobre los ojos de Letos antes de aue una sonrisa colmilluda alumbrara su afiladas facciones.

—Mi amor—gruñó.

Mi pecho se elevó con una respiración profunda. Las lágrimas pinchando mis ojos.

—Te extrañé. Tanto.

Sus ojos se suavizaron, enterrando su cara en mi cuello y dejando un beso allí.—También te extrañé—otro beso, su mano subió por la abertura de su vestido hasta la carne más suave que palpitaba—Déjame arreglarlo, Pánelep.

Me besó, y ese beso quitó la espera y la desdicha. Los sueños rotos y la desesperanza, pasó una mano por el espejo empañado de los buenos recuerdos. Todo en mi brilló. Nuestros cuerpos se entrelazaron con el destino y el futuro que íbamos a tener.

¿Cuánto estás dispuesto a hacer por amor?

Su abominables se contrageron con el gruñido de su liberación. Mi corazon latió con más fuerza cuando los músculos ansiosos donde mi cuerpo lo atrapaban se aferró con mi gemido ahogado.

—Te extrañé, te extrañé, no puedo aguantar.—su voz estaba atrapada entre mis pechos erguidos y desnudos. La determinación surgio de lo mas profundo de mí, y, a las horas sin él, le di un gesto burdo y grosero que vi hacer a los cazadores del bosque muerto. Levanté la cabeza y lo miré a través de la caída de mi pelo negro. Nuestros ojos se fijaron, azul contra avellana.

—¿Cuánto estás dispuesto a esperar por amor?—pregunté.

Su mandíbula se apretó, sus brazos también alrededor de mi cintura. Bajó sus labios a un suspiro de los míos.

—Para siempre, Pánelep—repitió por cada hora que pasaba.

La luna fue oscureciendo, perdiéndose en las montañas de tonto. El cambio lo tomó, su cuerpo convulsionado cuando el lobo surgió, ahora con ojos pálidos. Acaricié su pelaje antes de que se perdiera otra vez entre las hojas de Arnes.

La hierba seca acarició mis pies cuando el rojo por fin sangró de la luna hasta el blanco lúcido.

—Para siempre, Letos.

¿Qué estas dispuesto a hacer por amor?

¿Yo?

Todo...

Absolutamente todo.

¿Que estás dispuesta a hacer por amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora