STAY WITH ME | taekook

53. Long Story Short

No durmió mucho.

Quizá dos horas. O quizá menos.

Aún seguía siendo de noche cuando una perturbación en el pecho lo despertó. El impacto de la pesadilla le sacudió el cuerpo entero, le abrió los ojos hinchados y lo obligó a dar una profunda bocanada para recuperar el aire.

Jungkook ni siquiera recuerda el sueño y realmente, duda querer hacerlo.

El techo fue el paisaje que observó por varios minutos, incalculables para él, tratando de interpretar la densidad que pesaba en su pecho. Acepta la secuencia de sentimientos que lo atraviesan, pero no se detiene a analizar cada uno con cuidado y de allí viene esa incertidumbre de no saber qué le ocurre.

Con cuidado, gira su rostro y ve la espalda de Taehyung expandiéndose para inhalar y contrayéndose con cada exhalación, y debe admitir que sentirlo tranquilamente dormido le trae cierto sosiego. Alza la mano y acaricia los músculos de esa espalda con cuidado por arriba de la camiseta de dormir que usa, sobando la unión de estos, notando como el ejercicio los había fortalecido.

Al tragar saliva, su garganta arde y un sabor amargo se le expande por la boca.

No sabiendo qué más hacer y aprovechando que Taehyung está de espaldas a él y no abrazándolo como suele hacer, cuenta hasta tres y se destapa de las sábanas que lo cubren. Se endereza hasta quedar sentado y saca las piernas, sobando sus muslos al sentirlos pesados y tensos. Se toma su tiempo antes de ponerse de pie y caminar hacia el ropero delante suyo, abriendo la puerta para buscar un hoodie que lo abrigue porque las noches seguían siendo frías por el clima.

Camina hasta la puerta girándose para darle un último vistazo a Taehyung y se alivia de encontrarlo dormido. Con cautela, tomó el picaporte y abrió la puerta, saliendo por ella directamente al pasillo de su departamento.

Se le hace eterna la caminata hasta la sala, pero logra llegar a ella y dirigirse a la biblioteca a un costado, teniendo que inclinarse para tomar las cosas que necesita.

Con su diario púrpura en mano, un lápiz y la hermosa caja en la otra, se dirige a la habitación de su hijo, no sabiendo cómo reaccionar cuando abre la puerta y encuentra el cuarto desmantelado.

Ah, cierto.

Jungkook suspira y toma coraje para entrar en él, buscar un lugar libre entre todas las cajas y sentarse en el suelo, apoyando la espalda en la pared. Deja la caja a un lado, descubre la tapa de cartón y lleva las rodillas a su pecho mientras mete la mano y revuelve lo que sea que haya dentro.

A pesar de llevar más de un mes en el departamento, no había tenido tiempo -o quizá coraje- para revisar las pertenencias que Taehyung había dejado en la caja. Y no sabe por qué precisamente eligió ese momento para hacerlo, pero toma el primer papel que siente entre sus dedos y lo saca de la caja.

No es suyo, tiene grabado en su mente cada papel que revisó por días desde que descubrió la caja y desconocía la existencia del que tenía en su mano hasta ahora.

Lo desdobla y lo toma con firmeza, sonriendo cuando reconoce el desprolijo hangul de Taehyung escrito en él.

Nombres si es niño

Dahyun
Minying
Bada
Dongsun
Minho

Jungkook sonríe entre lágrimas cuando lee una caligrafía de alguien más, también reconociendo al dueño de ella al instante.

Seokjin, el mejor nombre

Leer eso lo destroza, potenciado por el frágil estado que se encuentra, porque al ver a Taehyung llorar luego de terminar de vaciar la habitación en la que ahora permanecía y observar ese papel escrito con posibles nombres para el que hubiera sido su bebé, quizá comprende totalmente la profundidad de su dolor y de lo mucho que esperaba a su hijo.