T2, Capítulo 20.

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Un mes de embarazo...

—Ya, ya. Para.—Ariana reía sin parar retorciéndose de la risa en el mueble mientras yo le hacía cosquillas.—Baby, para. Me haré pipí.

—Por favor, ni que fuera la primera vez que me lo tomara.

Ella abrió sus ojos de la impresión y nuevamente estaba soltando carcajadas, había entendido mi referencia sexual.

—¡Noel!—Aventó un cojín, lo esquivé con una gran sonrisa acariciando su creciendo abultadito vientre.—Los bebés escuchan todo, quiero que mi hijo sea un niño sano y sin traumas desde antes de nacer.

Me senté a su lado y ella se enderezó quedando sentada al igual que yo, la abracé por los hombros dejando un beso tierno en su boquita dulce.

—Si, tienes razón. Pero eso no me lo decías anoche. ¿O te recuerdo lo que estábamos haciendo, beba?

Pude apreciar como el color rojizo subía por sus mejillas y su mirada se volvía tímida.

—¡Cállate!

Flashback.

—¿Estás segura de esto, mami? El doctor dijo que no se podía.

La miré con preocupación para luego proceder a besar su cuello suavemente. Escuchaba sus suspiros.

—No dijo eso, dijo que no podía ser de forma fuerte o salvaje. Así que mételo de una vez por todas.—Eso se escuchó como una súplica, solo sonreía para besar sus labios y entrar suavemente en ella. Soltó sus primeros jadeos cuando él vaivén de mi cadera contra su humedad hicieron efecto. Sus uñas buscaron mi espalda y se clavaron levemente en ésta.

Fin del flashback.

Sus mejillas se tiñeron de rojo, me causó tanta ternura aquello. Me acerqué a besar su frente acariciando su hermoso vientre.

—Te amo tanto.—Susurré mirándola con ternura, su mano se colocó encima de su vientre tocando mi mano posada en éste.

—Y nosotros a ti.—Una sonrisa estuvo posada en sus labios.

Ambos nos abrazábamos mientras le daba mimos a ella y nuestro futuro hijo, el timbre sonó haciendo que nuestro momento se rompiera.

—Ah... Usted, señora Diana.—Suspiré con ganas de cerrarle la puerta. A diferencia de mi "querida suegra" ella si me seguía cayendo muy mal, y ahora decía "adorarme" porque ahora mi posición económica y social había cambiado y podía proveer a mi familia mucho mejor que antes.

—¡Noel!

Sus brazos me envolvieron. No me estaba sintiendo cómodo, sentí un toque en mi hombre, Ariana detrás de mí.

—¿Mamá? ¿Cómo estás?—Le sonrió a su mamá, me separé de la bruja malhumorada sin buenos polvos al parecer. Diana pasó como si fuese la dueña del lugar.—¿Por qué no llamaste para avisar tu visita?

—Es tu mamá, ¿Qué esperabas? Tampoco le avisó a tu papá cuando le desgració la vida al casarse con él.

Ariana me miró con sorpresa y un poco de advertencia para que me callara, y mi suegra parecía no agradarle mi comentario, no me interesaba. Solo quería que se fuera. Luego de unos segundos con tensión Diana soltó una carcajada, a mi parecer fue más falsa que sus operaciones para rejuvenecer.

—Que divertido eres, Noel.

—Si claro, y usted es muy inoportuna pero ya está aquí.

Salí de la sala dejándola con la palabra en la boca.

Me Pelea. [Noriel Danger] ©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora