(ya no están🎵)

3.1K 447 217
                                    

OPHELIA ANDERSON
(capítulo editado)

Desde lo último que leyeron ya han pasado dos semanas.

Che escritora floja, el tiempo pasa bien rápido en esta historia ☝️😡

Pero volviendo al tema, el día de clases ya había terminado, ahora solo caminaba hacia casita de Saiki.

Junto a Saiki, obviamente.

Mi mamita ya casi no pasaba tiempo en casa, hoy estaría trabajando toda la tarde y no llegaría hasta la noche.

Por lo que la sra. Kurumi me invitó a su casita a comer. Por razones del destino siempre se termina enterando los días en que mamá tiene trabajo, por eso mismo me invita a comer.

Ella no quiere que me sienta sola, ¿que bonita mi suegra, verdad?

- Escucho todo lo que piensas, ¿sabes?

- Chismoso - me queje - no deberías de escuchar pensamientos ajenos.

- No puedo evitarlo.

- Ajá - me detuve frente el buzón de la casa de Saiki - mira, tienes correo.

El se acercó y tomo la carta para luego leerla, lo ví fruncir el ceño.

- ¿Que paso? - pregunté.

- Alguien sabe de mis poderes - respondió y guardo la carta - vendrá a verme.

- Oh, recórcholis - murmuré - tu vida es algo desastrosa.

- Yare yare.

Ambos entramos a la casa y encontramos una nota de la madre de Saiki.

Al parecer salió y regresará en menos de treinta minutos, sin más que hacer subimos a la habitación de Saiki.

- ¿Cuando crees que llegue la persona que envío la carta?

- Espero que no muy pronto.

Justo sonó el timbre de la casa y ambos nos miramos.

(...)

La persona que envío la carta es un chico, un chico que también tiene poderes y además es un pervertido.

No solo lo supe por la declaración que dió, si no por la forma en que me está mirando.

- Oye, linda, ¿que tienes en las piernas? - se acercó a mi pero en ese momento Saiki hablo.

- Si te acercas más te arranco los brazos - amenazó y el chico se alejo de inmediato.

Voy a fingir que no se me alboroto en útero con eso que acaba de decir.

- Por cierto… ¿cómo te llamas? - pregunté yo.

- Toritsuka Reita - respondió con una sonrisa - puedo ver fantasmas y hablar con ellos.

- ¿Así te enteraste de Saiki? - pregunté de nuevo.

- Así es, un fantasma me habló de un chico con habilidades locas - respondió y luego me miró con curiosidad - ¿tú cómo te enteraste?

- Cosas del destino - murmuré haciéndome la misteriosa.

Toritsuka asintió convencido y luego se puso de rodillas frente a Saiki - ¡Por favor déjame ser tu pupilo, maestro!

Yo también me pondría de rodillas frente a Saiki, con la diferencia de que lo haría para rendirle culto.

- No - se negó Saiki y lo tomo por el hombro para sacarlo de su habitación pero de la nada se detuvo - tu también tienes mucho que cargar - lo escuché murmurar.

OPHELIA | Saiki Kusuo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora