Capítulo 12: Penitencia

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Sin más dejo que su rubio se acomoda en la cama mientras se inclinaba tomando sus tersos labios en un apasionado beso, esto hizo que el calor en sus cuerpos creciera exponencialmente, hacia tanto que no tocaba a su amado y le era difícil contenerse.

Con sus manos acarició lentamente su cuello, notando como un leve estremecimiento invadió el cuerpo del rubio. La habitación pronto se llenó de ligeros suspiros y jadeos provenientes de ambos cuerpos.

Tratando de ser en extremo delicado, bajo por el cuello dando ligeros besos, quitando lentamente la bata que cubría el cuerpo de Joey, el cual lo miraba con los ojos entrecerrados y unas mejillas sonrojadas.

El verlo en la cama tan dócil y deseoso le hacía hervir la sangre, le hacía desearlo en extremo. Una vez que lo despojó de la molesta bata, bajó aún más aprisionado uno de sus rosados botones entre sus labios, lamiéndolo y succionándolo.

− Amng....S...seto...

− Shh... estamos en el hospital, si gritas demasiado nos descubrirán, no querrás que nos detengan sin siquiera darte lo que tanto deseas.

Tomó la mano del rubio poniéndola en su entrepierna, el blondo no pudo evitar abrir los ojos sorprendido y a la vez deseoso, sin más, también aprovechó para acariciar la hombría del castaño, el cual no pudo evitar dejar salir unos cuantos jadeos.

− Vaya que estás ansioso.

− No me has tocado en meses, ¿Que esperabas?

− ¿Meses? No exageres.

Con una sonrisa maliciosa en sus rostro, el oji azul bajo un poco más lamiendo y dejando ligeros besos en el vientre de su amado, notando una ligera cicatriz, entendiendo que ese había sido el lugar por el que su preciosa hija había nacido. Inevitablemente repartió tiernos besos en esta.

− No...no hagas eso, es...es una cicatriz horrible.

− Para mí es muy bella, por esta cicatriz es que tenemos a Kaori.

Sin dejar que el blondo objetara tomo entre sus manos el miembro ya despierto y comenzó a masturbarlo, inmediatamente los jadeos y gemidos del rubio no se hicieron esperar, un tanto asustado por ser descubiertos tapo su boca tratando de contener su voz.

Era muy excitante el verlo intentar contenerse y aún más lo eran los pequeños gimoteos que salían de su garganta tras cada roce. Un tanto impaciente comenzó a lamer el hinchado glande del rubio, el cual tenía un ligero sabor salado debido al líquido preseminal que se dejaba notar por la excitación.

− Amng....S...seto es...espera...

− Shh...

Continuó lamiendo su miembro mientras acercaba sus dedos a la boca del menor, quería que los lamiera para lubricarlos, a la vez que servían para mantener su boca ocupada y contener su voz.

Una vez lubricados bajo su mano y jugueteo un poco con la entrada del rubio, la cual se contrae buscando ser llenada. Sin más introdujo el primer dígito.

− Amng.... - mordió sus labios

Comenzó a estimularlo sin dejar de lamer su miembro, notando como este último se hinchaba más por la excitación.

Una vez que logró que sus 3 dedos entraran sin problemas, los sacó, notando el disgusto del blondo.

− Tranquilo, pronto podrás tener algo mucho mejor.

Algo acalorado se despojó de su camisa dejando ver su trabajado cuerpo, últimamente había estado yendo al gimnasio, él juraba no ser nada vanidoso, pero temía que el rubio perdiera interés en él si engordaba, por lo que motivado comenzó a ejercitarse.

A mis espaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora