Aquí está la segunda parte (y espero última) del fic, tuve que dividirlo porque su extensión era muy larga. Batallé mucho con esta segunda parte, pero al final quedó como yo quería. Hay un personaje ajeno a las dos franquicias que estoy usando, y tiene su razón de ser, ya que es un parteaguas a un fic ligado a este que espero desarrollar en futuros meses y que seguro ya lo había quedado a deber.
Sin más que agregar, disfruten el capítulo :3
...
Hiccup se sentía renacido, feliz y lleno de gozo. La razón de toda su dicha era Jack, lo amaba con todo su ser y él le correspondía. Sin embargo, lo visitaba con demasiada frecuencia para jugar con los niños de aquel pequeño reino y ver a su príncipe, importándole poco que estuviera descuidando sus labores como espíritu de la naturaleza. Casi siempre estaba ausente en su santuario, dejando a los dragones casi a cargo de este, pero esa vez debió permanecer ahí.
Aquel día recibió una visita inesperada en su santuario, como una ligera llamarada de sol entró por uno de los vitrales un espíritu que resplandecía imitando casi al mismo sol. Tenía una cabellera rizada y pelirroja, sus ojos azules similares al cielo, llevaba un arco junto a su carcaj cargando en la espalda –Este lugar es un desastre—pronunció pateando un montón de hojas secas que había en el suelo.
—¿A qué debo la visita de la Señora del Verano? —cuestionó, nada podría arruinar su buen humor en ese momento, ni la aparición de su amiga ahí.
Aquel espíritu le miró en silencio por unos segundo antes de poder responder, intentaba leer sus pensamientos— El resto está preocupado, sabemos que te has descuidado últimamente y que has ignorado tus labores.
—Admito, no he sido el mejor en estos días.
—Semanas —corrigió la chica— Haz estado más de un mes así... Hiccup ¿Por qué pasas tanto tiempo el Burgess?
Hiccup apretó los labios, pensando en la forma correcta de explicarlo.
—Merida —la llamó por su nombre mortal— Conocí a alguien en Burgess, nunca supe que podría existir algo tan perfecto ni que el karma fuera tan gratificante como para ponerlo en mi vida, él es mi destino... lo amo.
—¿Todo esto ha pasado debido a un mortal? —espetó la chica dirigiéndose a acariciar al dragón de su amigo, se rio un poco— Es extraño lo que el deseo obliga a los tontos a hacer.
Hiccup la miró de forma reprobatoria— ¿Qué sabes tú sobre el deseo? Te conozco bien, sé sobre las condiciones que les pones a los humanos para estar contigo.
—Porque los conozco mejor que tú —Merida retomó su expresión estoica— Porque los he visto ocultar malas intenciones debajo de sonrisas, esconder pensamientos impuros detrás de aparente inocencia, porque he experimentado decepciones por parte de ellos y, sobre todo, porque los he visto caer por sus propias pasiones... para ellos es una constante lucha entre la pasión y la razón.
—¿Cómo puedes estar tan segura de eso, Merida? —quería desviar el tema, aunque le dio algo de curiosidad saber cómo ella podía asegurar todas esas cosas.
—Como tú, me volví cercana a una persona a quien consideré especial, le abrí mi corazón. Sus intenciones no eran malas, pero sobrepasaban mis códigos —Hiccup pudo notar en ella un toque de nostalgia— Ella era lista, y sabía bien que cuando un humano se deja llevar por los deseos de su corazón siempre termina en tragedia... las pasiones pueden matar y los humanos son efímeros, no como nosotros.
—Te aseguro que con Jack es diferente y lo que menos deseo para él es una tragedia —Hiccup entró un poco en razón— No quiero separarme de él nunca.
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Deseos Inconfesables
FanfictionUna historia sobre amantes legendarios, placeres ocultos del corazón y como se abandona la razón. Como un espíritu llega a caer por los encantos de un mortal. Inspirada en la leyenda de Apolo y Jacinto. (HiJack/FrostCup)