🐤T/n tuvo una adolescencia dura en donde sus seres más queridos fueron asesinados, con el tiempo encontró una familia no biológica con la que contar y por ordenes de la Liga de Villanos, comenzarán con una investigación a "Hawks" El héroe número 2...
La realidad que cada caricia que este hombre con alas rojas me hacía temblar, podía sentir como mi intimidad palpitaba y se mojaba.
Cada paso que ambos dábamos era a ciegas, teníamos los ojos cerrados sintiendo como nuestro cuerpo se sentía jodidamente cliente y necesitaba más de esas caricias, e incluso más que caricias.
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La poca ropa que tenía quedó tirada en el camino del baño a la habitación principal con cama matrimonial, solo quede concentrada en sentir cada aricia de la mano de Keigo, además de que podía sentir como se me iba el aire.
-A-aah.. - Mis gemidos hacían eco en la gran casa de playa. Lo deseo. - M-miera.. Keigo... - Mis palabras apenas podían entenderse del poco aire y placer estando mezclado.
- Quiero oírte decir que me deseas.. - Por otro lado Keigo se veía también excitado, mordía con ganas lo que es mi cuello, nuca, hombros, mientras que con ambas manos exploraba mi demás cuerpo y de vez en cuando daba un apretón. - Vamos - Lamió mi cuello. - Dilo - Volvió a lamer y dejar varias mordidas. No quiero ser la sumisa.
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Lo tome de los brazos e hice que me mirara, enseguida hablé con la voz más sexy que haya podido hacer.
-¿Cómo no desearía a semejante hombre creado por los mismos arcángeles? Claro que quiero tenerte, saborearte y - Fui interrumpida por una boca desesperada, y una lengua que violaba ferozmente mi boca casi llegando a la garganta, se sentía bastante bien pero quería más.
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-Quiero hacerlo ahora.. ¿Se puede? - Lo miré con intensidad y sentí con la cabeza, de inmediato me tomó en brazos y me tumbó a la enorme cama matrimonial.
-Por cierto, dije que tomaría la pastilla del día siguiente pero..¿Tenemos de esas pastillas aquí?-Mi preocupación era lo que menos me importaba por lo excitada que estaba en ese momento, pero igual decidí cuidarme en mi primera vez.
-Me parece que tenemos un botiquín de primero auxilios, si la suerte esta de nuestro lado puede que..encontré unos...
-¿Qué? ¿Donde? - Miró por su reojo y enseguida entro a la habitación una pluma roja volando, con un condón. - Vaya Señor Hawks, que hábil.. pero, no quiero ser tu sumisa. - Cuando Keigo era el que estaba encima, volteé los papeles y ahora era yo la que estaba encima del pollo.
-Dios, la vista desde aquí abajo es hermosa.. -Manoseo un poco mis muslos, son una de mis inseguridades así que me apené un poco, al notarlo Keigo me habló con dulzura. - Te dije que no quiero que te sientas insegura conmigo.
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-Me siento con calor por dentro.. - Apenas dije esto, Keigo tomó mis caderas desnudas y las movió haciendo que sintiera su miembro mojado y duro.
-Mierda.. - Es algo grande, creo que esto dolerá.
-¿Ahora? - Vi como se acomodó mejor en la cama y abrió mejor mis piernas y me volteó de nuevo haciéndome quedar debajo de el, bajó dejando besos húmedos y jugando con su lengua sobre mi cuerpo. - Quiero saborearte... - Llegó hasta mi intimidad y sin más, lamió de una.
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-¡A-aah! - No estaba nada acostumbrada a sentir algún tipo de contacto que no fuera mío en mi intimidad, así que se veía venir ese gemido fuerte. Mierda se siente bien, da cosquillas.
-Mmmm... - Parecía saborearlo - Esto sabe jodidamente bien, estas tan mojada.. -Lamió de nuevo, luego comenzó a chupar con delicadeza pero después fue con fuerza, mientras que con una de sus manos teniendo una pluma de sus alas, la pasaba por mi cuerpo. Yo solo soltaba fuertes gemidos mientras que mi cuerpo temblaba y mi intimidad se contraía.
Pasaron algunos minutos, no creo que fueran tantos pero igual no eran pocos, sentía como algo se aproximaba y que poco a poco quería más y más pero sabía que ya no podría resistir hasta que en un momento solté un gran gemido y tensé mi cuerpo unos segundos, Keigo se alejó un poco pasándose su lengua por su propia boca, limpiándose.
Acababa de llegar a mi primer clímax, sentí una relajación buena pero igual un cansancio, lo suficiente como para querer dormir.
-A-aah ¿T/n? - Al perece Keigo se miraba con ganas y fuerzas como para seguir pero yo estaba rendida, cerré los ojos y me quedé dormida enseguida. No supe más.
