Sábado

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Hoy llegas, como cada semana, solo 36 horas para disfrutar de tu presencia, si, las cuento. La madrugada se hace día sin que yo pegue un ojo. La expectativa de tu mirada, de tu beso de saludo y la ilusión de hacerme nada entre tus manos.
La alarma me devuelve a mi rutina.
Miro el reloj en la pared y siento que las horas no pasan. La charla del profesor se escucha lejana mientras fantaseo en que hoy será distinto. Dibujo escenas de ti abrazándome, de ti besando mis labios hasta que se secan, o invitándome a esa heladería nueva de la que tanto te he hablado xq me hace mucha ilusión ir.
Por fin en casa puedo hacer la espera más llevadera. Las redes sociales me absorben, un chiste, un poema, un anuncio, una amiga que no veo hace años, todo paso como una sinfonía de colores que veo pero no observo, mi mente no está realmente ahi. No desde hace un tiempo, toda mi atención esta en ti.
Tú presencia, aunque no sea física, tus necesidades y tus deseos y sueños hace mucho que opacaron los míos. En ocasiones trato de recordar quien era antes de ti, pero solo me llegan imágenes y recuerdos que me resultan ajenos.
Sólo el día en que algo se rompió, permanece y permanecerá tatuado hasta en mis huesos. Hubo un tiempo en que si compartíamos las mismas metas y sueños, todo hiba tan bien.
Esos días prometía ser los mejores, nos sentíamos dueños del mundo.
Hasta ese día eramos tres.
Pero el mundo donde vivimos y del que nos creímos dueños es cruel, marginal, vengativo, no puede ver a nadie feliz porque intenta destruirlo.
Lo logró
Todavía hay noches donde me levanto con esa misma sensación de perdida, creyéndome en una pesadilla hasta que siento las sábanas frías a mis lados y tengo que nuevamente tragar mis lágrimas.
El mes que le siguió a su partida fue horrible, te convertiste en nada, tus ojos perdieron el brillo al igual que los míos, perdiste las ganas de luchar, perdiste la fe, ambos lo hicimos. Pero yo no llore, yo no me tire en una cama a maldecir mi suerte, ni a pensar en las mil maneras de destruirle la vida a esa cosa horrible y de mente cerrada que mató todo lo bello que con esfuerzo habíamos creado. Yo seguí. Era una época mala, la economía en la casa la sustentaba el pequeño negocio que teniamos y no podíamos cerrarlo, yo me ocupe de todo para que pudieras desahogar toda esa amargura de tu corazón. Paso el mes y te levantaste, no como el ave fénix, porque a pesar de que muy pocos lo notaron, solo salió de ese cuarto un cascarón vacío, así mismo me sentía yo.
Pero una vez más tuve que ser fuerte y no derrumbarme porque si lo hacía quien te cuidaría de hacer alguna locura. Ese día decidiste sellar tu corazon, para no sentir mas, para que nadie tuviera el poder de lastimarse nuevamente, pero olvidaste algo, me dejaste fuera.

Son las 5 pm, tu hora de llegar se acerca, ya tengo la comida casi lista, para no tener que cocinar mientras estás aquí. Las 6pm, siento la reja del portón abrirse y escucho tus pisadas inconfundibles para mi, acercarse a la puerta de entrada. No te dejo sacar las llaves ya te estoy esperando con la puerta de par en par con la mejor sonrisa que un corazón ilusionado puede brindar a su ser amado, porque si, a pesar de todo te amo con todo mi ser.
Un beso en los labios que me sabe como el agua en pleno verano, pero que a ti, por tu cara, no te detuviste a saborearlo. Aún así mi sonrisa no se esfuma, mientras casi corro tras de ti preguntando por tu dia, por la semana, casi en un susurro me respondes "bien" con voz monocorde. Solo me preguntas como estuvieron las cosas por aquí, hay tanto que quiero contarte, pero solo te haría perder tu tiempo, así que yo respondo con el mismo bien.
Automáticamente luego de quitarte los zapatos y ponerte un calzado más cómodo te conectas en la computadora y se que toda posible conversación murió. No le doy muchas vueltas, total es lo mismo de todos los fines de semana. Me refugio nuevamente en mi teléfono, leer de mundos que no existen, donde los hombres son príncipes que rescatan a las princesas de los villanos, me hace olvidar mis penurias. Aunque parezca ser la princesa que se rescata sola, en realidad yo también quisiera que mi príncipe me rescate. Se que me estoy evadido de la realidad para no afrontarla pero es que no quiero verla, no quiero comprobar que esto se a convertido en dos personas muy lastimadas haciéndose compañía. Yo si te amo y quisiera recuperar al hombre que me robaron esa noche fría en febrero, quiero al niño de sonrisa fácil que soñaba con ser inmortal pero sabía que debía vivir la vida, el hombre que prometía pecados. El murió y me dejo a un hombre serio que muchas veces desconozco.
Me pediste la comida desde la habitación. Dejo la lectura marcada para después y sirvo la comida. Te aviso y me pides que espere en la mesa que, ahora vienes. Siempre algo es demasiado importante para posponer. Esto no es nuevo,dejo lo tuyo tapado para que conserve el calor y me dispongo a comer en silencio. Me lo has hecho tantas veces que ya ni siquiera me molesta como al principio, solo me da lástima desperdiciar la comida que siempre cocino con amor para ti. Al final bajas cuando yo casi termino, devoras la comida como si llevarás días sin comer, te conosco, no es que este bueno o mala, es solo que estas en medio de alguna encuesta y con una mano es difícil escribir una respuesta en el telefono. Terminas en 10 min tomas el agua y como la misma exhalación que entraste, te largas nuevamente al cuarto.
A medida que van pasando las horas las ilusiones van muriendo, las expectativas mueren y nadie se molesta en quemarlos para que no surjan nuevamente. Con ilusión te invito a tomar un baño aún sabiendo la respuesta, me digo que esta ves será diferente, pero no, estas muy ocupado, además de la falta de atractivo que tiene para ti ver un cuerpo que conoces hasta el último lunar, un cuerpo que ya no es el mismo de hace años cuando me conociste niña consentida con manos de seda. El tiempo sigue su curso, y hemos vivido tantas cosas que pesan en la espalda, los callos de las manos, que ya no tengo tiempo de tratar con cremas; las arrugas al final de mis ojos, muestra de la experiencia obtenida; las ojeras en mi cara por la falta de sueño y que no puedo cubrir si no es con maquillaje, cosa para la que no dispongo de tiempo; las carnes flácidas por no poder tocar un gym. El trabajo, la casa y el estudio me roban todo mi tiempo. Ya no soy la niña de papi, ya papa me soltó para que volara, sola, y me he estrellado tanto que tengo cicatrices .
Me baño a detalle, eso es lo único que no he dejado que nada me quite el tiempo de hacer, mi baño reparador.
Luego del largo baño envuelta en la toalla me paro delante del espejo y miro mi cuerpo a conciencia. Mi pelo ha crecido mucho, esta por encima de mi cintura, siempre lo llevo corto, pero a él le gusta largo, así que lo he dejado crecer desde hace un tiempo. Mi cara se ve más madura de lo que recuerdo y tengo unas feas marcas debido al acné por estrés que me ha salido ultimamente. Dejo caer la toalla, mis senos no son grandes ni pequeños, se mantienen firmes. Mi piel esta demasiado pálida, no el tono acanelado que siempre había tenido. Mi abdomen no es plano, pero no llega a ser desagradable a la vista y mis caderas se marcan bien por mi cintura un poco estrecha. Me giro un poco, mis glúteos no son inexistentes, sin embargo no resaltan, y no estan firmes, están más bien blandos y un poco dibujados de estrías. Las cellulitis de los muslos no se ven a simple vista, siempre he tenido buenas piernas, fuertes firmes y bonitas, sin marcas visibles gracias a que mi piel siempre se regenera rápido y no suele dejar cicatrices. Mis tobillos proporcionales a mi volumen y altura haciendo que no haya zapato alto que se me resista.
Doy un largo suspiro en resignación y salgo del baño, ni siquiera miras de reojo. Voy al cajón de la ropa interior y pienso en ponerme un conjunto sexy, pero con la luz apagada da igual lo que me ponga, no lo vas a ver, así que tomó algo cómodo, una tanga marrón de algodón y un pulover gigante que le quite a mi abuela, para dormir, la última vez que fui a visitarlos, me llegaba a mitad del muslo y se corría de un hombro, pero la tela era reconfortante para dormir en esta época de invierno, especialmente hoy que hace 3 años del incidente que nos destrozó, que dejó la mesa cojeando de una pata. Me recuesto en la cama con mi libro en la mano para leer en paz hasta que decidas acostarte, no importa la hora, total mañana es el único día que tenemos libre y podemos levantarnos tarde si queremos. Miro el reloj de la mesita 2 am hace un rato entraste a ducharte, mi líbido se elevó cuando te vi salir con tus abdominales marcados salpicados por pequeñas gotas de agua y secando tu cabello color ébano con una pequeña toalla, mientras otra tapaba el final del recorrido en la v que viaja hasta tu zona sur. Fue inevitable quedar en velesada mirándote. Tienes ese cuerpo que serviría para hacer de modelo de calzoncillo, ni una pelusa de pelo en todo tu cuerpo y todos los músculos marcados y moderadamente abultados. El sueño húmedo de toda mujer.
Pero por dentro es otra historia, tienes una oscuridad tanteando en tu corazón que a la vez vive en constante lucha con ese rayito de luz que envio con tanto esfuerzo para derretir ese témpano que bombea sangre helada a tus órganos. Tú mirada penetrante me saca de mis cavilaciones y me devuelve a la tierra. Parece como si escanearas mis gestos, como si midieras el terreno antes de acechar, tienes la computadora apagada y la luz de la mesita hace ver la habitación con un aire misterioso, tentador, pero a la ves terrorífico, espeluznante. Te acercas a la cama y no se en que momento quitaste la toalla que te cubría. Ahora subías por una esquina de la gran cama como depredador que tiene acorralada a la presa. Tú mirada promete tanto, que me atrevo a dejar revivir mis ilusiones. Se que sabes que día es hoy y también se, que al igual que yo quieres estar tan drogado de placer que te haga olvidar eso.
Tú pelo todavía húmedo resbala en mis manos, siempre lo tienes más largo en la parte de arriba, y tus crespos hacen suaves ondas indomables como tú. Mi mano en tu mejilla es como el salvavidas que me impide ahogarme por completo en las profundidades del deseo que despiertas cuando me miras asi, así como si prometieras todas las depravación y todo el placer del mundo. Tus manos son carbones encendidos que queman y encienden hasta el último rincón de mi ser, mi alma es esclava tuya y de tus caricias. Tú boca, esa boca hecha de pecado, que me besa y me susurra prometiendome el infierno, como Ades a Persephone, corrompiendo mi alma, mi ser, mi existencia y yo me dejo arrastrar gustosa y de buena gana hasta los confines del inframundo. La cúspide del placer llega a mi una y otra vez como el mar embravecido, un tsunami, un terremoto. Mi cuerpo se convulsiona, traidor que baila al ritmo que le toca su amo y señor. Los sonido llenan la habitación, roncos y finos, casi llantos. Hasta que todo se detiene con un último sonido obsceno, seguido de una maldición disfrazada de gemido. Te dejas caer con cuidado sobre mi, aún sin dejar de estar unidos y yo acaricio tu cabello, esta ves con calma, con paz, tratando de reconfortante y de reconfortarme a mi misma.
Susurras las palabras tan bajo que si no hubiera sentido la vibración de tu cuerpo hubiera pensado que fue resquicio del eco de nuestra pasión recién desatada. El "te amo" me tomo por sorpresa, siempre soy yo quien lo dice primero.
Solo te lo devuelvo en el mismo tono bajo y te alzas en tus brazos sobre mi, para verme a la cara. Me observas con una pequeña sonrisa cariñosa de esas tan rara en ti y mi corazón quiere saltar de mi pecho. La esperanzas, las ilusiones, los sueños todo se renueva en mi. Con cuidado y cariño cambias nuestras posiciones y me abrazas contra tu pecho, donde siento tu corazón tranquilo latir de forma constante y vital, adoro acariciar tu pecho mientras siento tu calor y tu respiración tranquila. Poco a poco te quedas dormido y yo también comienzo a caer en esa espiral borrosa del sueño con un último pensamiento "mañana será diferente".

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⏰ Última actualización: Sep 28, 2023 ⏰

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Mañana será diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora