Limerencia

Capítulo dos: Humo y cigarros

28/ Noviembre/ 2019

Han pasado algunos días desde mi hipnosis y he intentado no pensar en lo sucedido, Anna, mi mejor amiga desde hace años vendrá hoy a mi casa a decir verdad creo que es mi única amiga real y también la única que veo seguido, Anna es una chica muy linda parece sacada de una revista en serio, tiene una piel perfecta y unas facciones de ángel literalmente, su cabello medianamente largo y castaño con una mirada penetrante, no solo es preciosa si no también su alma el luz pura, ella es tan dulce y amable con ese perfume de fresas encanta a todos a su paso. Ella es feminidad total. A pesar de ser básicamente perfecta nunca a tenido novia. Tal vez Anna intimida a las chicas en vez de atraerlas.

Estaba revisando mi celular como de costumbre cuando el timbre sonó, corrí escaleras abajo a recibir a Anna la salude y fuimos directo a mi habitación que como cosa rara ordene antes de que ella viniera —Wow, por fin ordenaste tu desastre— dijo ella sorprendida y a la vez riéndose un poco,  Siempre que ella viene se queda a dormir entonces pasamos todo el día hablando y reírnos, hasta cocinamos unas galletas de vainilla y caramelo  que por cierto quedaron deliciosas. Disfruto mucho pasar tiempo con esta mujer pero realmente quería verla ya que pasar tiempo con ella me distrae de mi oscuro y vació hogar, ella conoce todo lo que me ha pasado y siempre me a apoyado sinceramente no se que haría sin ella, siempre me recuerda de tomar mis medicamentos, comer de manera sana y sobre todo calmar mi ansiedad. Sobre todo la que causa mi padre si es que puedo llamarlo así, vivo con el porque no quiere que viva con mi madre y su esposo ya que dice que ellos viven en "pecado", por favor que cosa mas estúpida pero no tengo otra opción.

Ese hombre es lo peor que me pudo pasar es un abusador y manipulador de primera, un infiel, un desgraciado completamente, alguien que no merece nada bueno, no entiendo cual es su problema pero se nota muchísimo que es infeliz pero ese no es mi problema ni tampoco es razón para desquitarse conmigo a golpes e insultos denigrantes. Siempre quise sentirme protegida y amada por mi padre porque eso es lo normal ¿No? bueno con ese hombre es todo lo contrario nunca me defendió de nadie y dejo que personas se aprovecharan de mi, todos sus golpes dejaron marca en mi piel al día de hoy, todos sus insultos retumban en mi cabeza pensando que soy una inútil como el me llama o una estúpida en sus propias palabras. No tengo idea porque quiere que viva con el si siento que me odia, no es exageración decir que nunca me abrazado ni siquiera tenerme un apodo lindo, gracias al cielo ese hombre trabaja todo el día entonces me la mantengo sola usualmente solo me la paso escuchando música en mi habitación mientras dibujo o creo escenarios falsos en mi cabeza mientas fumo un cigarro. Por eso cuando Anna esta me siento mejor y mi padre no me trata tan mierda cuando ella esta supongo que es porque sabe el mal que hace.

En fin Anna y yo fuimos a la azotea de mi casa a fumar y hablar de todo esto o mas bien a desahogarme con ella —sabes hay algo que quiero hablarte— le dije mientras el humo que salía de mi boca se esfumaba en el viento

 —Mmm ¿Qué es?—Dijo, Le conté lo que paso en mi ultima cita con el Doctor Castillo y como me sentía al respecto ella solo se acerco apago su cigarrillo en el suelo y me abrazo.

 —Mila, relájate y deja fluir lo que te atormenta, solo eras una niña cualquier cosa que pudo pasar ya lo hizo, quiero verte bien y saludable ¡Has tenido un gran progreso! y eso me hace sentir muy orgullosa de ti cariño, sigue así y veras que todo saldrá bien —al escucharla decirme eso una lagrima salió de mi ojo y acaricio toda mi mejilla hasta caer y así con otra y otra mas hasta que mis ojos se pusieron cristalinos.

 
Odio abrirme hacia la gente pero Anna es la excepción, tire el cigarro y la abrace fuerte —eres la mejor Anna— le dije entre mi llanto ella solo sonrió mientras seguía abrazándome,

 —Te quiero Mila—me dijo en cuento me separe de ella para limpiar mis ojos. 

Después de eso empezamos a hablar normal y a reírnos de anécdotas mientras la noche caía y el cielo empezaba a teñirse de un azul profundo se podía empezar a apreciar las estrellas brillantes parpadeando sin duda un hermoso escenario con mi persona favorita, en eso una llamada entro en mi celular cuando revise era Elías un amigo muy cercano mío que conocí en el colegio hace tres años, cuando conteste era el invitándonos a una fiesta esa misma noche a una casa de un amigo de el claramente no me iban a dar permiso entonces estaba a punto de rechazar la invitación hasta que Anna me arrebato el teléfono confirmando nuestra asistencia y luego cortando la llamada

 —¿Qué te sucede Anna? ¿Te volviste loca? sabes que nuca he ido a una fiesta y no tendré permiso—le dije algo molesta ella solo me respondió

 —Obvio no te dejaran por eso nos escaparemos, tonta, además siempre hay una primera vez— me dijo algo burlesca, me quede pensando lo que dijo y creo que tiene razón ¿Por qué no? nunca me había escapado pero, mierda, si quería ir así que después de un rato de pensándolo junto a Anna decidimos quedarnos ahí arriba un poco más escuchando algo de música transportándonos al interior de nuestras almas entre humo y cigarros.

Luego de un rato decidimos bajar a mi habitación ya que escuchamos el carro de mi padre acercarse, una vez en mi cuarto escuchamos la puerta principal abrirse bajamos a saludar y nos devolvimos a mi habitación planeando nuestro escape maestro, mi padre solo llega, come algo y se duerme entonces eso no seria un problema, mientras el subía a su habitación para descansar bajamos para dejar las ventanas entre abiertas para que no se nos dificultara después, subimos a arreglarnos Anna uso un vestido rosa dorado tallado con sus tacones altos y un maquillaje que parecía profesional,  Yo batalle un poco en que ponerme pero encontré un vestido negro corto muy lindo y resaltaba mi figura bastante bien, Anna me maquillo muy a mi estilo con un delineado grande y alargado como me gusta. Eran las 11:50 y nosotras ya estábamos listas esperando a Elías para que viniera por nosotras, cuando el venia cerca bajamos con cuidado y salimos por la ventana haciendo el mínimo ruido posible nos subimos a su auto y nos fuimos.