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—Ay, ya me dio miedito

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—Ay, ya me dio miedito. —Dije mordiéndome las uñas.

—Si te sigues moviendo así vas a terminar por hacer un hoyo en el suelo. —Me dijo Shinichiro.

—Tengo una idea.

—No.

—Pero ni siquiera la has escuchado.

—Si tiene algo que ver con salir, nel pastel. El abuelo dijo que no podías salir.

—Bueno voy al baño.

—Nanananana, vuelve aquí pequeña punk. —Dijo sujetandome por el brazo, haciendo que cayera encima de él. —Chae, eres una atrevida.

—Llevame con Mikey y Draken. —Ordené mirándolo feo.

—Okay, pero no me hagas esa cara. —Dijo levantándose y levantándome, después caminamos hacia la puerta, en donde tomó las llaves de su moto.

Después de salir, subimos a su moto y nos fuimos.

—¡Ahí! —Exclamé señalando el estacionamiento del templo. —¡Chingale!

—Aguanta, iba a estornudar. —Se quejó.

Apenas llegamos al estacionamiento, vimos como todos los de la Toman peleaban contra otros tipos.

No los puedo ver, no con esta lluvia.

Esa voz... ¿Dónde está?

A este paso, Kiyomasa terminará por matar a Draken.

Me giré y en cuestión de segundos, pude ver a Draken peleando junto con un tipo con un bastón.

—¡Kiyomasa! —Exclamé y el tipo se giró hacia mi.

En ese momento, Draken aprovechó para darle un puñetazo que dejó tirado al tipo.

—¿Lo hice? ¿Lo hice? ¿No va a morir? —Cuestioné con sorpresa.

—Pero miren que lindo gatito me acabo de encontrar. —Dijo alguien detrás de mi.

Cuando me giré solté un chillido, el tipo de mi dibujo, con el tatuaje en las manos.

—¿Qué hace una linda gatita en medio de una pelea? —Cuestionó agachandose para quedar a mi altura. —Si no tienes dueño... entonces me quedaré contigo.

El tipo me tomó por el brazo jalandome hacia él.

—¡Draken! —Exclamé.

El rubio le dio un último puñetazo al tipo Kiyomasa, quitándole el bastón y luego caminó hacia acá dando grandes zancadas.

Draken le dio un bastonazo al tipo que me sostenía y terminó por darle un puñetazo, que claro, el tipo supo cómo sobrellevar ya que se cubrió evitando la fuerza del golpe.

—¿Te hizo algo? —Cuestionó Draken mientras se tronaban el cuello.

—No, pero, ¿Tú estás bien?

—¿Por qué? ¿Creías que sí iba a morir? —Sonrió. —Desde que nos contaste la historia, el tres de agosto del dos mil cinco se me quedó muy grabado en la mente. Además, contaba con que mi chica favorita viniera a salvarme.

—¿En dónde está el abuelo Hanagaki? —Pregunté.

—Él está por...-

—¡Pelea conmigo Draken! —Exclamó el tipo golpeando a Draken y mandándolo un par de metros lejos, luego se dirigió hacia mi y acarició mi mejilla con una sonrisa pícara. —Te veo en un rato, gatita.

¿En dónde está Draken?

Aquella voz se hizo más fuerte que antes, así que comencé a buscarlo.

—¡Takemichi! —Exclamé feliz cuando lo vi.

Él se giró hacia mi y entonces su mirada cambio.

Lo saludé levantando mi mano, y sacudiendola de lado a lado.

Pero entonces alguien fue lanzado hacia él, haciendo que cayera.

—Ouh, eso estuvo gacho. —Dije.

—Nos vamos princesa. —Dijo el tipo de los tatuajes en las manos mientras me cargaba por la cintura y me colocaba en su hombro.

—¡Mikey! ¡Draken! —Exclamé pataleando.

—¡Chaeri! —Exclamó Mikey.

—¡¿Chaeri?! —Exclamarón Mitsuya y Baji.

Ambos chicos corrieron hacia donde estábamos y comenzaron a pelear contra el tipo, mientras eso pasaba Mikey y Draken trataban de apartar a los seguidores del tipo que me cargaba.

—Que pesados son. —Gruñó con una risita. —Quizás volvamos a vernos después.

El tipo me dejó en el suelo y tras llegar un tipo en una moto, se fue.

Los otros tipos también se fueron en cuanto escucharon las sirenas de policía.

—¿Draken? —Llamé levantándome en mis puntas de los pies cuál suricata. —¡Draken!

—Aquí estoy. —Dijo sonriente mientras se acercaba para revolver mi cabello.

—Estas herido todavía.

—¡Drakeeennnn! —Exclamó Emma y saltó encima del rubio. —Me alegro de que estés bien.

Draken abrazó a Emma, y ella comenzó a llorar de lo feliz que estaba que estuviera bien.

—Oye, ¿Y tú quien eres? —Alguien preguntó detrás de mi.

Para cuando me giré, el abuelo Hanagaki estaba frente a mi.

Sonreí lista para hablar pero entonces sentí un pinchazo en el corazón.

—¡Chaeri! —Exclamó Emma. —¿Qué te sucede? El abuelo dijo que no podías salir.

—Estoy bien, es solo hambre. —Mentí. —Y bueno, soy Chaeri Hana...-

—¡Hanabami! —Exclamó Mikey colocandose frente a mi. —Chaeri Hanabami, te la presento Takemichi, es como una hermana para todos nosotros, pero ya nos tenemos que ir, ella estaba enfermita antes de venir, ¿Cierto, Chae?

—Ah si, aún me duele el estómago. —Dije fingiendo dolor.

—Ya es cuatro de agosto. —Dijo el rubio patito. —Me alegro de que estés bien, Draken.

Cuando Takemichi pasó a mi lado, sentí que hice algo mal.

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Save Your Tears [Tokyo Revengers] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora