UN CAPÍTULO IMAGINARIO

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Por GUIOMAR Y CELIA

(Nos hubiese gustado, que en algunos de los múltiples lanzamientos de modas que organiza ECOMODA, alguien hubiese asesorado a Betty, y ella se hubiese presentado bella y arreglada...¿por qué no?...quizás sería agradable que el dolor no hubiese sido tanto, y que la inteligencia de Beatriz, hubiese deslumbrado a la par de su atractivo físico, después de todo hubiese sido al mismo tiempo una lección para Calderón y Armando, y como no, también un bonito regalo para nuestro bello bobo)

PODRÍA HABER PASADO...

Armando.- Betty ¿ya terminó esos informes?...

Betty.- No doctor, pero en cinco minutos termino.

Armando.- Mire que quiero que vaya para su casa tempranico se me arregle y esté en el lanzamiento que será a las 21:00 h., hoy están invitados algunos presidentes de bancos y altos ejecutivos de distintas empresas con las que nos interesa mantener contactos que nos pueden beneficiar mucho, para remontar la crisis que estamos pasando, antes que vayamos a peor.

Betty.- ¿Arreglarme, doctor?...¡pero si yo no tengo arreglo!, ¡lo mío es fealdad natural, de nacimiento!...oj, oj, oj....

Armando.- ¡Betty!.

Betty.- Mire es mejor que Vd y doña Marcela contacten con estos señores y les invitan a pasar por Ecomoda mañana, y ya aquí hablamos de las cosas del trabajo, mejor yo no voy, sabe que no me gustan esos eventos con tanto público y al final siempre acabo "haciéndolo quedar mal"

Armando.-¡No Betty, no!, Vd nunca me hace quedar mal, al contrario es el alma financiera de esta empresa, es mi mano derecha, hoy la necesito a mi lado y no me puede fallar.

Armando se da cuenta al ir hablándole a su asistente, como aquella mujer menuda de gafas enormes y ropa anticuada, tan frágil que parecía se iba a desmayar de un momento a otro, le tenía ganado el corazón. La sabía incondicional, su lealtad para con él era absoluta, y con ella se sentía protegido. La miró un instante y le sorprendió lo hermosos y profundos que eran sus enormes ojos oscuros, que le miraban brillantes y soñadores y sobre todo confiados, aquella mujer confiaba en él y él sintió una punzada de ternura en el corazón y alzando la mano hacia su cara, la acarició dulcemente, repitiéndole de nuevo :"Betty yo la necesito esta noche, no me puede fallar"

Betty.- De acuerdo doctor, no le fallaré, estaré a su lado en el lanzamiento.

Terminado el informe Betty sale al lobby, y mientras habla con las muchachas del cuartel de que tiene que ir al lanzamiento, y que no sabe como vestirse, del ascensor sale Catalina Ángel saludando educadamente como siempre y preguntando por Armando. Le indican que está en presidencia .

Catalina.- ¿Se puede pasar?...

Armando.- Pues claro Cata, ¿como va todo en el hotel?...

Catalina.- Pues eso te vengo a decir, ya está todo preparado, yo me marcho ahora al Salón de Belleza y estoy en el hotel a las 21:00 h para recibir a los invitados, que están citados a partir de las 21:30 h. ¿ok?

Armando.- Perfecto Cata allá nos vemos.

Al salir de Ecomoda Catalina ve a Betty que está intentando parar un taxi.

Catalina.- ¡Betty!, ¿para dónde va?, yo la puedo acercar con mi carro

Betty.- ¡Que pena con Vd doña Catalina!, no se preocupe ya tomo un taxi...si es que para alguno, no se moleste por mi.

Catalina.- ¡Ni más faltaba, Betty!, yo la llevo y así charlamos un poquito, ¿le parece?.

Betty.- Bueno yo se lo agradezco mucho, pero no quiero hacerle perder su tiempo.

Catalina.- Ya Betty, mi tiempo es mío y yo me lo administro ¿sí?...¡vamos!

En el coche Betty le comentó a Catalina que tendría que asistir al lanzamiento, pero que no estaba cómoda, pues era consciente que su "look", no era acorde con la imagen de la empresa, y al decirlo se reía de si misma y de su fealdad. Catalina algo molesta, por la baja autoestima de Betty, le dijo :

Catalina.- Mire Betty, no hay mujeres feas, solo mujeres mal arregladas – y mirándola un momento a la cara, añade- ¿y sabe qué?, si me lo permite yo la puedo ayudar...

Betty.-¡Doña Catalina, por favor, yo no es que esté mal arreglada es que no tengo arreglo!...oj,oj,oj...

Catalina.- Betty, Vd conoce mi trabajo, déjeme asesorarla y verá como no se arrepiente, confíe en mí.

Betty.- ¡Pero!...

Catalina.- ¡Betty, relájese y disfrute del momento, le aseguro que va a ser muy placentero!.

Betty se deja convencer y acompaña a Catalina al Salón de belleza. Un poco asustada escucha que la primera parte del arreglo es algo dolorosa. Ambas mujeres se recuestan en camillas paralelas y se ponen en manos de los estilistas, comenzando por una completa depilación a la cera : piernas completas, axilas y en el caso de Betty el vello facial. Tanto Betty como Catalina, entre risas, daban pequeños gritos de dolor, al sentir los tirones para retirar la cera.

Betty.-¡Ay doña Catalina!, esto es una tortura.

Catalina.- Ya ve Betty, para poder "presumir hay que sufrir", pero a Dios gracias solo es necesario hacerlo una vez al mes o poco más.

Concluida la depilación, siguen con una limpieza de cutis, terminando la misma con una relajante mascarilla . Betty, se siente extraña, es la primera vez que asiste a una sesión de belleza en la que es la protagonista. Terminado el arreglo de la piel, ambas mujeres pasan a manos de los peluqueros, Betty por primera vez se ve sin el capul cubriéndole la frente, ya que todo el pelo lo lleva recogido con una banda de felpa desde que comenzó el tratamiento, al verse en el espejo casi no se reconoce, pues ante ella descubre una joven morena, de rasgos muy agradables que le sonríe. Empieza a sentirse extrañamente feliz, Catalina que lo nota, sonríe y comenta al peluquero :

Catalina.- Luigi, tanto la señorita como yo vamos a llevar el pelo recogido esta noche, para ella algo informal, es muy joven y debe resaltar esa juventud, evitando los formalismos.

Betty cierra los ojos mientras le lavan el pelo, y escucha como doña Catalina habla con alguién por el celular :

Catalina.- ¿Alló?, si soy yo Catalina Ángel...sí muy bien, en una hora paso a recoger mi vestido, pero quiero que me apartes algunos para una amiga que me acompaña...sí, talla 38...de cóctel claro, y sus complementos por supuesto...el color, bien creo que algo pastel, o quizás rojo...y ceñido, es muy delgada y tiene el cabello negro, estupendo nos vemos en un rato.

Cuando Betty se mira al espejo de nuevo se sorprende de si misma, lleva todo el pelo en un original recogido, del que salen mechones al azar, dando una agradable sensación de informalidad, también le han dejado sueltos algunos mechones en torno a la cara, los cuales son recogidos cuidadosamente con unas pinzas por parte del peluquero, para dejar paso al maquillador, que es quién va a culminar el trabajo. El resultado final es espectacular, Betty descubre a una serena belleza frente a ella, que parece disfrazada con su anticuado vestido, juguetea con sus gafas en la mano sin atreverse a ponérselas, por no dañar la imagen, pero las sabe imprescindibles, porque sin ellas ve bien poco; en este juego que Catalina observa, se le escurren de las mano y van a parar al suelo, Catalina hábilmente "las pisa sin querer....queriendo" y le rompe una de las patillas.

Catalina.-¡Ay Betty, lo siento!... ¿qué tanto ve sin ellas?

Betty.- Veo mal, doña Catalina...tendremos que buscar dónde arreglarlas, y yo, disculpe pero no dispongo de mucha plata...y este arreglo será caro y la he escuchado hablar de vestido y complementos, yo no voy a poder permitírmelo.

Catalina.- ¿Sabe qué Betty?, mi cuento favorito es "Cenicienta" y hoy me siento como su hada madrina, no se preocupe por nada y disfrute el momento; estas facturas las va a pagar Ecomoda como gastos de representación de la Asistente de Presidencia, si Armando Mendoza quiere presumir de Ayudante inteligente, le va a costar su plata...y viendo los resultados, creo que va a estar encantado...déjelo de mi cuenta.

Habían pasado poco más de dos horas en el Salón de belleza, menos mal que Betty tenía la tarde libre. Montan en el carro de Catalina y se dirigen a un centro comercial no muy lejano, y en el primer local que entran es una óptica. Allí seleccionan unas delicadas y pequeñas gafas, sobre las cuales podrían montar los cristales de las antiguas, ya que eran tan grandes, que era posible cortarlos y adaptarlos, les dijeron que en 40 minutos estarían listas. Catalina lleva a Betty a una tienda de ropa cercana, mientras le dice :

Catalina.- Mire Betty, vamos a comprar algo de ropa más adecuada a su nuevo look, para su tranquilidad, la dueña de la tienda es amiga mía desde la infancia, y le voy a pedir que le abra una cuenta de crédito, de modo que podrá pagar cada mes una cantidad de dinero y de ese modo ir renovando su vestuario.

Seleccionan algunas cosas, y Catalina obliga a Betty a quitarse su antiguo vestido y ponerse un traje pantalón azul oscuro, combinado con una blusa rosa. Eligen algún conjunto más y dejan abierta la cuenta de crédito, en condiciones muy cómodas de pago para Betty, que agradece infinitamente a Catalina y a su amiga. Pasan a recoger las gafas, que dan a Betty un aire de intelectual sofisticada y se dirigen hacia la última etapa de su periplo, la casa del diseñador dónde Catalina tiene apartado su vestido.

Allí Betty se prueba alguno de los vestidos que para ella ha seleccionado Oscar Fuentes el joven modisto amigo de Catalina, que habitualmente se encarga de vestirla para las fiestas y eventos que organiza y debe presentar. A Betty todos le parecen bellos, pero ninguno adecuado para ella. Al final Catalina y Oscar, se deciden por un vestido de cóctel de color rojo, muy ceñido y sin mangas, del largo clásico denominado "chanel". Es muy sencillo y se adapta a la perfección a la figura de Betty, resaltándole el pecho. Totalmente liso y sin adornos, toda la gracia la tiene en la parte del cuello, que es subido, cayendo en una pequeña vuelta que sigue hasta la espalda, lugar dónde el escote aumenta dejando desnuda casi la mitad de la misma. Se complementaba con una sandalias de piel , de medio tacón en color dorado y bolsito de fiesta a juego. Para abrigarse en la fresca noche bogotana, le eligieron un hermoso chal de color crema, rematado por largos flecos de seda.

Catalina.- ¡Betty está deslumbrante!...¡Niña, que escondida estaba Vd detrás del capul!.

Betty.- Esto es un sueño doña Catalina, y tengo miedo a despertar, nunca pensé en verme así, mil gracias...Vd está también muy guapa.

Catalina había elegido el color negro, en un discreto vestido de fiesta, con pequeños tirantes y profundo escote en forma de v.

Faltaba solo media hora para el comienzo del lanzamiento, y Betty aún debía pasar por su casa, Catalina la acompañó y bajó con ella.

Doña Julia al verlas, se sorprendió ante aquellas dos mujeres tan elegantes en su casa, pero enseguida antes que su hija pudiese hablar, la madre la reconoció y llorosa la besó y la abrazó, alabándole lo bella que iba. Por su parte don Hermes se sorprendió más aún y empezó con sus impertinencias habituales, pero Catalina salvó la situación :

Catalina.- Sr Pinzón, no sabe lo que me alegra conocerlo, Betty siempre habla mucho de Vd, y a mi me recuerda a mi papá, que Dios tenga en su gloria, y que me cuidaba y celaba como Vd hace con Betty. Pero mire Sr. Pinzón, Betty viene a mi cuidado, Vd no se preocupe, y como el evento de esta noche va a terminar muy tarde, mire que se viene a dormir a mi casa...

Don Hermes.- Yo le agradezco Señora esto que dice, pero no me gusta de que la niña duerma fuera de la casa.

Doña Julia.- ¡Ay Hermes, no sea cansón!, la niña ya es una mujer y esta señora es de total confianza, y le tenemos que agradecer mucho, lo bella que ha puesto a Betty...

Don Hermes.- ¡No se meta Julia y le quiero decir que Betty siempre fue bella! de acuerdo mija, vaya a dormir a casa de esta señora pero mañana se reporta desde la oficina, y recuerde que "el diablo es puerco".

Betty.- Subió a su cuarto, guardó en una bolsa algo de la ropa nueva, su cartera y su bolsa de aseo y volvió a bajar. Estaba tan nerviosa, que ni siquiera preguntó a Catalina que porque debía quedarse en su casa a dormir, solo supo que era su noche y debía disfrutarla a tope así que se dejó llevar.

Pasaban unos minutos de las nueve de la noche, cuando ambas llegaban al hotel dónde se realizaría el lanzamiento, Armando y Mario Calderón ya estaban allí, así como algunos invitados. Armando estaba nervioso pues conocedor de la puntualidad de Betty, temía que al final lo dejase plantado y no acudiese, y Cata también se retrasaba, en eso que oyó a Mario decir :

Mario.- ¡Hermano, Catalina Ángel está llegando, y vaya belleza morena que viene con ella!...¡Esta noche hay cacería y creo que con una pieza de primera calidad!, esa mujer transpira sensualidad.

Armando se gira y ve a Catalina que sonriente se dirige hacia él y queda absolutamente deslumbrado por la joven morena que la acompaña; Mario ya se lanzó hacia ella que tímida y sin hablarle, le rehuye casi ocultándose tras de Catalina. La muchacha mira tan fijamente a Armando, que este se sorprende, de pronto ve sus ojos y la conoce y con voz temblorosa dice :

Armando.- ¿Betty?...Es Vd ¿verdad?...

Betty, agachando la cabeza y sonriendo tímidamente.- Sí doctor.

Mario.- ¿Betty?, ¿nuestra Betty?...-con voz de total incredulidad.

Betty.- Si doctor Calderón, soy Betty...pero no de Vds si acaso de mi papá y de mi mamá...oj,oj,oj...

Armando.- ¡Buenas noches Catalina!...¡Beatriz está Vd preciosa! ¿qué se hizo?, ¿cómo se hizo?...

Betty.- ¡Qué pena con Vd doctor!, doña Catalina me encontró a la salida de Ecomoda después del almuerzo, y se empeñó en revivir conmigo el cuento de Cenicienta, solo espero que no me convierta en calabaza al dar las doce...oj,oj,oj....

Catalina.- Armandito, no me digas que tú que tanto sabes de mujeres, nunca te diste cuenta de que Betty es una mujer muy especial que solo había que descubrir y asesorarla un poquito...por cierto los gastos de representación de "tu Asistente" irán en la factura del lanzamiento, ¿te parece correcto?...

Armando, que aún no se recupera del shock : "Por supuesto Cata, ni más faltaba".

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