Zapatos con alas
rompieron los cordones
que los sujetaban del techo
suspendidos en el tiempo
se mantienen flotando como los papalotes
son mensajeros celestiales
Yo no soy Hermes, ni cartero
soy un peregrino, un viajero errante
un contenedor plástico para conservar alimentos
practico la introspección a la luz de la luna
intentando recorrer los senderos
de la iluminación diurna
Zapatos con alas
son gorilas rompiendo sus jaulas
practicando el lenguaje de señas
acabando con el cautiverio
A veces son incapaz de entender la libertad
me retraigo, me encierro
entonces cuando la pierdo,
la entiendo
Algunos viven felices tras las puertas de la ignorancia
vivir oprimido con las ventanas abiertas
pero, para mi fortuna o desgracia
siempre he tenido sangre corriendo en las venas
encendida como esta la llama
de mi curiosidad inquieta
la incomodidad de no entender nada
Tengo insertado el gen de la contradicción
y contrariar es mi mantra
mi definición
no puedo evitar escuchar
no puedo evadir el conflicto
y hacerme preguntas
preguntas que incomodan, que sacuden
las preguntas me muerden
pero me mueven un paso adelante
son combustible,
vasos comunicantes
mecanismos invisibles de los que se intuyen
me producen incendios
Los conformistas,
los ignorantes voluntarios
siempre son más felices
más ingenuos,
a veces parecen más recatados
no quieren enterarse de nada
La negación es un alivio
darle la espalda a la verdad
Yo prefiero bordear el absurdo
y enfilarme a las crisis
provocadas por el desconcierto
el descenso al inconsciente
es el deseo de saber más
de saber mejor
aunque de antemano sé que saber
nunca es suficiente
mientras más me acerco a la realidad
más su luz retrocede
pero me mantiene tibio
y en movimiento
Prefiero ser recipiente cerrado
a ser abierto y descosido
por ello admiro los bordados
porque arriesgan en el tiempo invertido
con paciencia navegando contra corriente
Salmón que se despeina en el ascenso
pero al menos viven
bajo sus propios principios
de avanzar y nunca detenerse