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Y realmente dijimos adiós. Desaparecimos de aquel departamento con tan pocas cosas que llevar. Sin embargo, eso era lo mejor a que volviera a hundirse en esa relación.

El que él pudiese dar ese paso, me da tranquilidad, al no tener que esperar un horrendo final, y saber que tengo que presenciarlo sin poder evitarlo, no me dejaría descansar.

Tomamos un autobús, y poco a poco fuimos dejando atrás el centro de la ciudad, mientras que las áreas boscosas rellenaban la carretera.

—Creo que le puedes agradar a la abuela Chiyo, con tan que no te comas sus gallinas —dijo repentinamente.

Entrecierro los ojos sin creer lo que escucho de su parte. Aun con este cuerpo, ni siquiera había manera que me comportara como un gato ordinario. Ignoro su llamado, incluso si acaricia mi cabeza y besa mis mejillas. Eso no iba a ser perdonado tan fácilmente.

Naruto ríe, tan suave, mientras observa la ventana. Admirando quizás lo que podía ser la nueva vida con la que iba a continuar. Sé que no se rendiría, es un lema que permanece con él aún.

Y eso esta bien.

El autobús se detiene, y somos los últimos en bajar. Con tan solo una maleta en su mano izquierda, nos sentamos en la parada, esperando.

Naruto permanece en silencio, observando nuestros alrededores. No puedo adivinar sus pensamientos, ni como esta manejando todo esto.

Tampoco puedo imaginar la reacción que tendrá mi hermano al descubrimiento de nuestra ausencia. Si lo buscaría o se rendiría como una de sus mejores opciones. Estaba todo mal con él.

Las horas pasan hasta anochecer, y Naruto observa su móvil con mucha atención por largos minutos, volviendo a suspirar, y perdiéndose en sus pensamientos. Por lo que trato de permanecer al margen de nuestro alrededor. Un lugar desconocido y solitario, es un sitio demasiado peligroso.

Cuando el frío comienza a molestar, una llamada entra en su móvil. Hay una desilusión poco disimulada en su rostro al contestar. Con respuestas monótonas, vuelve a cerrar la llamada.

—Al menos tenemos a Gaara, Sasuke... Al menos lo tenemos a él.

¿Quién es Gaara? Quise preguntar. Un nuevo nombre se hace presente, mientras esperamos. Naruto dejo que la tensión en su cuerpo se fuera con la mención de Gaara. Juega un poco más conmigo, mientras esperamos.

Me vuelvo su centro de atención, mientras balbucea la letra de una canción, como si fuera una despedida a todo. Acaricia mis orejas, calentando mi corazón, al besar mi frente, mi nariz y mis bigotes. Esto es lo más cerca a lo que puedo llamar un beso.

El tono de llamada interrumpe su ritual, y su expresión se vuelve severa, oscureciendo sus azules ojos. No me falta adivinar de quien se trataba mientras, lo veía contestar cortante.

Los reclamos no dejan de llegar, y un simple, se acabó, salió de sus labios, incluso cuando sus mejillas se fueron humedeciendo, el temblor de sus manos empezó, Naruto terminó aquel horrible trato entre ambos.


La llamada termino, por lo que me acerco a ser su apoyo y pañuelo de lágrimas. Lo escucho maldecir y reír, con sus emociones al límite.

—Ahora solo quedamos tú y yo, Sasuke, solo somos nosotros ahora... —escucho su balbuceo.

Y acepto. No había manera en la que lo dejara solo después de tanto tiempo solo.

Es allí cuando un carro se planta frente a nosotros, y un hombre de cabellera rojiza se baja. Se dirige hacia nosotros, con una extraña preocupación, podía oler su miedo. ¿A qué? No lo sé.

Toma la maleta de Naruto, y lo abraza, sin importarle mi presencia.

Ese hombre debe de ser Gaara.

Sin decir mucho, sube la maleta, y abre la puerta para entremos. Naruto me abraza contra su pecho, mientras el asiento de pasajero se convierte en su refugio. Gaara toma una cobija del asiento de copiloto y nos cubre.

Demasiado amable, pienso. Pero, Naruto confía en él, y en estos momentos solo él puede ser de ayuda.

—Iremos a casa, Naruto —lo escucho decir. No hay respuesta a lo dicho. Naruto aun permanece con los ojos cerrados, sumergido en su propia mente. 

Ciertamente espero que esto sea lo correcto. EL lugar correcto y la persona correcta para él. 

Alma gemela ˢᵃˢᵘⁿᵃʳᵘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora