Capítulo 25

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Alianzas.

MAKSYM BOSS

Sus ojos gris tormenta detallan toda la habitación forzandome a guardar el arma. El llanto de los presentes ahora es reemplazado por silencio y miradas de incredulidad al ver que despertó.

Siento que el alcohol ha desaparecido de mi sistema o simplemente me desmaye de dolor y estoy soñando que despierto por miedo a perderla ¿Cuanta probabilidad hay de que alguien despierte del coma luego de que la dejan sin lo que la mantiene viva? En definitiva Kätharina es un virus que no se extingue, impredecible e imposible de controlar.

El anciano de bata blanca se acerca a ella procediendo a examinar primero le revisa los ojos y luego las pulsaciones igual de sorprendido a nosotros.

Kandy Zakharova abraza a mi hermana sollozando de asombro mientras que su marido rodea la cama de su hija para sujetar su mano y por primera vez veo sus ojos azules grisáceos humedecerse ante una situación.

—Bienvenida mi joya preciosa. —suelta el rubio causando cierta molestia en mi ya hace un segundo la había dado por muerta sin luchar.

—¿Señorita Zakharova, puede entender lo que digo? —pregunta el médico.

Ella lo observa en silencio y luego vuelve los ojos a su padre y le toma un par de minutos hablar.

—¿Quién soy? —dice en un hilo de voz apenas audible.

—Katharina Zakharova Boss. —contesta de inmediato él.

Ella asiente ligeramente y vuelve a recorrer el dormitorio con la mirada hasta que se detiene en mí, estoy seguro de que parezco un cordero asustado ya que ni siquiera me salen palabras por más que lo intente.

—¿Quién eres?

Escuchar su voz después de estos meses es un regalo de la vida y sólo comprueba que sea lo que sea que siento por ella cada segundo se hace más fuerte.

—Tu marido. —finalmente mi voz vuelve.

Mis palabras dejan de nuevo mudos a los miembros del salón. Katharina intenta moverse pero no puede. Abre sus ojos demasiado mirando al médico que solo asiente de manera tranquilizadora.

—Estuvo cuatro meses en esa cama, es normal que su cuerpo no responda, necesito examinar a fondo y ver que no tenga complicaciones. —el hombre me mira asustado— Necesito privacidad y a mis asistentes médicos por favor, mi Boss.

Salgo de ahí mareado seguido por los demás camino a mi dormitorio necesito un baño de agua helada. No me recuerda ¿Tan poca cosa fui que no me recuerda? La cabeza me va a explotar y es imposible pensar con claridad en este momento.

Al salir de la regadera dos golpes en la puerta avisan que tengo visita ruedo los ojos cuando me encuentro con el hombre que menos me agrada en estos momentos. Jamás imaginé que fuera un desertor y menos con su propia hija.

—¿Vuelves a ser mi Boss centrado? Ahora que el alcohol salió de tu sistema.

—Puede que no haya sido correcto de mi parte beber así pero mi enojo y decepción por ti siguen intactas.

—Te dije que no te enamoraras. —habla desde la pequeña sala de estar frente al balcón.

¿Enamorarme? ¿Es eso lo que me pasa con ella? Visto una camisa negra con jeans desgastados y salgo para sentarme frente a él recibiendo una taza de café cargada.

—No puedes pedirme que controle algo que desconozco. Tu hija hace que sienta cosas diferentes no sé qué significan pero te aseguro que mi lealtad por ella es lo que prima ahora.

KÄTHARINA [+21]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora