Fuera de los límites

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Están listos?

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Lando se dio cuenta de que no había pasado la noche en su propia cama tan pronto como trató de estirar sus miembros rígidos esa mañana; para su sorpresa audible, su intento fue bloqueado por un objeto desconocido que estaba limitando en gran medida el espacio al que estaba acostumbrado todo por su cuenta en la cama tamaño King para dos, haciéndolo abrir molesto sus ojos pesados ​​para ver exactamente qué estaba planeando patear de su espacio personal en el piso, que fue la peor decisión que pudo tomar tan temprano.

Su mente no fue fácil con él cuando le recordó el hecho de que el dolor de cabeza palpitante, la fatiga y la garganta, que se sentía como un desierto del Sahara pidiendo cualquier tipo de líquido que apagara la sed insoportable, no eran síntomas tardíos de su dolor una conmoción cerebral bastante reciente, pero una vez más, otro resultado de su propia estupidez y la cantidad de alcohol que se vertió sin pensar en sí mismo anoche. La cantidad de vasos y botellas vacíos que aún estaban esparcidos por toda la habitación en la que se encontraba, ni mucho menos que pareciera que hubo algunos intentos de limpiarlos antes de ir a la cama, y ​​cuyo olor embriagador persistía en su sensible nariz por el profundo disgusto de su estómago irritable, estaba agregando otra dura bofetada de encuentro con la realidad a la palpitante cabeza de Lando.

Gimiendo de disgusto y agonía por la condición y el entorno en el que se despertó, el británico se frotó los ojos somnolientos que no estaban exactamente el doble de felices por la brillante luz del sol que entraba en la habitación a través de las cortinas abiertas, y finalmente cambió su mirada desorientada al objeto pesado, que estaba bloqueando el espacio para su rutina matutina habitual de estiramiento.

"Qué diablos ..." Exclamó con un tono de voz aturdido, que casi terriblemente le recordó su absurda pubertad por un momento, y parpadeó con incredulidad varias veces al ver la vista ubicada a su lado, que definitivamente no era una uno que esperaba como uno de los posibles escenarios ni estaba acostumbrado a ver a diario que lo dejara indiferente.

Carlos era el que ocupaba la segunda mitad de la cama en una condición, que algunos podrían confundir fácilmente con la muerte sin desconcertar a Lando con su suposición, ya que incluso él experimentó por un segundo el estado de falta de aliento cuando dudó si el español estaba respirando, lo que lo hizo puso ansiosamente la mano delante de la boca del mayor para saber si algo de aliento salía de él o no mientras mantenía una distancia decente al mismo tiempo que no tenía ninguna expectativa ingenua de que el aliento de Carlos oliera a chicle de menta después de lo que parecía una noche salvaje en cuanto al alcohol.

"Creo que sobreestimaste tus límites anoche, chili."

Comentó gravemente el más joven después de escudriñar al piloto de Ferrari, que yacía junto a él sin camisa, con los labios no exactamente separados de manera halagadora y el cabello negro despeinado en todas direcciones con tanta violencia que Lando dudaba que el español fuera capaz de volver a domesticarlos. una condición de apariencia representativa una vez que lo arrastraran al desayuno o almuerzo del equipo.

Solo la extraña realidad de que fue él quien se despertó primero en una condición decente, en la que aún era capaz de hablar con sensatez, percibir todo su entorno con mayor claridad y no correr al baño para dejar que el contenido líquido de su estómago con el agujero equivocado en su cuerpo le estaba diciendo claramente que tenía que estar controlando su ritmo o al menos qué combinaciones estaba vertiendo en sí mismo en comparación con el español, que parecía que no iba a estar despierto en las próximas horas de todos modos si nadie intentaba despertarlo a la fuerza con el uso de la violencia, que era una tarea que Lando no daría ni siquiera a su peor enemigo.

No Rain. No FlowersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora