Cap. 1

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.....Esa tarde como siempre iba caminando hasta mi casa , debía atravesar un pequeño bosque pues mi padre había comprado una casa algo alejada de la ciudad, después de la muerte de mi madre quería disfrutar de su soledad, según sus propias palabras. 

A medida que caminaba con mi mano derecha acomodaba mi mochila, el día en la Universidad había sido tan duro y apenas soportaba su peso en mi hombro, al pasar la correa sentí que alguien me la quitaba suavemente.

- Pero ¿qué llevas dentro de tu mochila Isa?... -al reconocer su voz me dí vuelta para verlo, estaba sonriéndome, mientras el viento acariciaba nuestros rostros.

- ¡ Alex siempre asustándome!... -lanzó una carcajada.

- ¿Asustarte?, ¿hace cuanto nos conocemos ya?, 6 meses!... -era verdad nos habíamos conocido en la Universidad, en uno de los pasillos, él es mayor que yo, y a veces hace talleres de música en la facultad donde yo estudio, todas su alumnas lo idolatran, y yo al paso del tiempo, además de admirar su talento sentía una atracción muy fuerte por ese hombre, sus rasgos finos, tez blanca, poseedor de unos ojos abrumadoramente hermosos, de un color verde que no había visto nunca antes, y esa voz que siempre arrancaba suspiros por doquier con sólo decirte "hola", Alexander era su nombre, procedente de un país completamente desconocido para mí llamado Finlandia, pero del que hablaba a menudo cada vez que nos encontrábamos camino a casa, curiosamente él vivía en una casa alejada de la ciudad al igual que nosotros, y por eso entablamos una amistad desde el primer día que coincidimos en ese largo sendero de vuelta, él era diez o más años mayor que yo, pero estaba completamente ensimismada con él y hasta lo imaginaba como un caballero de las épocas antiguas, mi mente tenía muchas fantasías y siempre él estaba ahí presente.

- Ay Alex, ¡ pero siempre me asustas!...y parece que lo disfrutas!...-me abrazó sorpresivamente y me sentí en la gloria con sus brazos alrededor mío, tenerlo como amigo me hacía tan felíz.
- Mi bella niña ¡ eres una ternura!... -me levantó en el aire y comenzó a darme vueltas.
- Basta Alex ¡ tú sabes que me dan vertigo las alturas!...

- Perdona nena!...-me bajó de inmediato y me miró a los ojos como si quisiera leer mi interior, eso me dió miedo porque yo sabia que mis ojos podían delatar el inmenso amor que sentía por él, retrocedí pero tomó mi rostro con su dos manos y volvió a acercarse.

- Nunca te alejes de mí ...-me dió un tierno beso en la mejilla.
- ¿Por qué dices eso?...

- Sólo lo dije y ya!, te has convertido en mi niña preferida, me gusta tu compañía eso es todo, además me gusta tu voz... -me sonrojé.
- Sólo tú me has escuchado cantar y no quiero que nadie lo sepa, mi padre no quiere escuchar que deje el estudio por ser artista.
- Lo sé, es nuestro secreto, espero vayas mañana a mi casa para ensayar...-tomó mi mano y nos fuímos caminando hasta mi casa.

- Nos vemos entonces...-le dije para despedirme.
- Te espero mañana a la hora de siempre, descansa ahora y levantate tarde mañana... -sonreímos.
- No me trates como una niña, ya tengo un padre!...-sonrió y me abrazó.
- Para mí eres como mi hermanita pequeña!... -me aparté y le dí un golpe en el brazo.

- Deja de decirme así , tengo casi 19, me faltan unas semanas para cumplirlos!...-noté su bella sonrisa.
- Lo que tú digas cariño...-se acercó, volvió a besar mi mejilla y se marchó caminando mientras yo me quedé observando como se alejaba, adoraba su forma de caminar, hasta podía verlo flotar sobre las hojas caidas de los árboles que cubrían por completo el camino.

Al entrar a mi dormitorio lo único que hice fué suspirar pensado en Alex, abrí mi Diario de Vida para escribir lo sentía en ese instante, y lo ansiosa que estaba de ir a su casa nuevamente para ensayar una canción que habíamos escrito en conjunto.

The Sacrament is you & El sacramento eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora