Mi hermano y sus matones se lucían a mi lado, como siempre era la intención de Draco Malfoy: ser notado por todos. Yo era algo más como un cero a la izquierda, sintiéndome excluida y sin encajar entre aquellos pertenecientes a Slytherin.
Las puertas de la sala común se abrieron ante nosotros y corrí rápidamente a descansar sobre un sillón, Draco y sus amigos se sentaron y comenzaron a charlar un poco, yo solo podía mirar el reloj entusiasmada, en algunos minutos esa manecilla se movería y daría paso a un mejor momento.
- Debo irme, olvidé mi libro de pociones en la biblioteca, volveré por el.- Me excuse levantándome rápidamente camino a la puerta.
- ¿A la biblioteca?, o más bien ¿Irás a encontrarte con esos bichos raros?.- Sus palabras se clavaron en mi estomago helándome por completo.- ¿Creíste que no lo descubriría?.- Preguntó Draco con un tono de agria malicia en su voz.
- ¿De que hablas?.- Intento evitarlo haciéndome la desentendida.
- De que ya me contaron que todas las noches sales con Potter y sus estúpidos amigos, ¡Que humillación!.- Exclama con repudio.
- ¡Eso no te concierna!.- Tome mi mochila y salí a paso apresurado de ahí ignorando por completo los hirientes insultos y amenazas que Draco me lanzaba por detrás.
Corría por los pasillos con extremo cuidado de no encontrarme con la molesta Sra. Norris y mucho menos con Filch. Los pasillos oscuros y fríos me recorrían con escalofríos la espalda pero seguía sin alivianar el paso hasta llegar a ese rincón donde una débil luz sobresalía sin llamar la atención, toque la puerta silenciosamente y una débil voz susurro mi permiso de entrada.
- ¡T/N!.- Grita la chica con emoción saltando sobre mi.
La abracé con cariño y pase mi mano por su espalda mientras ella besaba mi mejilla.
- ¿Tuviste problemas para venir?.- Quiso saber Luna.
- No, ninguno.- Mentí pensando en la riña que me esperaba al regresar a las mazmorras.
- Pequeña mentirosa.- Se ríe dulcemente Luna mientras se lanza sobre mi pecho seguramente esperando un beso.
Eso fue lo que le entregue, la tome de sus rosadas mejillas y la atraje hacia mis labios disfrutando cada segundo entre sus dulces y cálidos labios.
Ella se acurruco en mi pecho mientras yo acariciaba su suave cabello.
- ¿Qué pasaría si Draco nos descubre?.- Quiso saber mi Lunita.
- Tranquila, no voy a dejar que nos separe jamás.- Dije reconfortándola besando su frente tiernamente mientras reposábamos en el marco de la ventana apreciando el anochecer.