Capítulo 72

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Ambos miraron su mano, en la que aún chorreaba un poco de la semilla del contrario. Samuel lo miró a los ojos y volvió a mirar su mano.

-Sam no- lo reprendió al ver la sonrisita de satisfacción- no, no lo hagas- pidió viendo como el mayor llevaba sus dedos hasta su propia boca, probando la esencia de su novio- eso es asque...-.

-Eres tu- afirmó Samuel- y eres lo más delicioso que he probado en mi vida- le sonrió y beso su cuello.

-Samu... dímelo de nuevo... por favor- acomodó nuevamente su nuca en el hombro de su novio, su voz era pura súplica.

El mayor envolvió el cuerpo del menor en un abrazo- te amo- susurró en su oído- te amo muchísimo Rubén Doblas- acarició su cuello con la punta de su nariz subiendo y bajando lento.

Rubius se giró y se sentó a horcajadas sobre Vegetta que lo miró sorprendido, lo beso suave y lo fue empujando lentamente a la cama.

-También te amo Samuel De Luque- bajo por su cuello con aquellos besos húmedos.

-Chiqui, aquí no- pidió serio- no quiero hacértelo aquí-.

Rubius sonrió besando sus pectorales- descuida, no lo haremos hoy De Luque- susurró llegando al elástico del pantalón de dormir del mayor.

Vegetta volvió a erguirse cuando Rubén bajó su pantalón dejando su miembro a la vista y se acomodaba entre sus piernas.

-Rubius, no- trató de detenerlo cuando sintió sus labios besando aquella húmeda punta- mmhhg... Rub no- se aferró a su autocontrol sujetando al contrario con ambas manos- no es necesario que lo hagas... tu experiencia con las felaciones no es agra...-.

-Lo sé- lo interrumpió- lo sé y es por eso que quiero hacerlo, de verdad, quiero que me ayudes a crear un nuevo recuerdo para borrar el viejo- bajó sus labios hasta apoyarlos sobre el glande del contrario.

Vegetta trago fuertemente y se dejó caer de espalda nuevamente- soy tuyo chiqui- susurró tapando su cara con sus antebrazos escuchándolo reír suavemente. Siempre era tan débil ante él, siempre cedía tan rápido a todos sus caprichos.

Jodidamente placentero, Rubén había sido forzado varias veces por Bruno y sus amigos y ese recuerdo evitaba que quisiera hacerlo con otra persona, pero en ese momento se dio cuenta de que nada del pasado importaba y que, si bien era complicado porque debía tener mucho cuidado de no lastimar a su pareja, realmente estaba disfrutando escucharlo gemir e incluso maldecir. Ahora quería conocer la esencia del mayor, y ese deseo lo llevo a exprimir todo el conocimiento que había adquirido a través de aquellos vídeos para adultos, llevando al mayor al máximo.

-Chiqui, detente... me voy a correr- avisó para que Rubius sacará aquel miembro de su boca. Sus ojos quedaron en blanco, la oleada de placer no se detenía. Y podía sentir su miembro a punto de explotar.

El rubio negó y comenzó a chupar con más fuerza, aplicando más velocidad, él solo podía aferrarse a las cobijas de la cama cuando se dejó ir en aquella cálida boca, había intentado evitarle ese trago al menor, pero al final no pudo contra él.

Su respiración seguía entre cortada, continuaba jadeando tratando de recuperar el aire que se había escapado de él. Se sentó tan rápidamente que se mareo un poco y miró al menor que le sonreía. Acercó su mano hasta el mentón de Rubius y con su pulgar limpió una gota de su propio semen que caía de la boca de su novio.

-Es amargo- dijo haciendo cara de asco.

Samuel dejo escapar una risa- te dije que no lo hicieras- dijo poniéndose de pie para subir su pantalón, luego volvió a sentarse mientras el Rubén se sentaba en su regazo.

Mi trébol de cuatro hojasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora