Capitulo 31

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La doctora colocó el transductor sobre su vientre y sintió un escalofrió recorrerle el cuerpo. Valentina se puso alerta y cuando le iba a preguntar a su esposa que le había sucedido, la especialista hablo.

Lo siento, no te dije que estaba frió porque así de sorpresa lo sentirías menos

Sonrió la doctora.

Me lo imaginaba pero igual me agarro desprevenida

Sonriendo tímidamente Juliana.

Valentina suspiro de alivio. Estaba al lado de Juliana por si cualquier cosa sucediera y además quería ver a su bebé. El simple hecho la emocionaba pero también la aterraba. Tan solo quedaban seis meses mas y el bebé nacería. Cuando se relajaba pensaba que eran muchos pero cuando intentaba programar lo que quería hacer le parecían poquísimos! Y en momentos como ese deseaba salir corriendo. Bueno y eso que tan solo hacia dos días que sabia del embarazo. No quería imaginarse como serian los demás meses. Gracias a Dios, Valentina no parecía ser de esas mujeres que atosigaban a sus parejas con antojos. O al menos no le había dicho nada hasta ahora. Se quedo pensando en ello cuando a lo lejos oyó la voz de la doctora.

Y ahí esta! Mírenlo!

Valentina se sacudió al sentir un apretón en su mano. Miró a Juliana y pudo observar como las lágrimas le caían por toda la cara. Acerco la mano al pecoso rostro y le limpio algunas. Juliana la miró y le susurro:

¿Es precioso, verdad?

Dijo con un brillo incomparable en aquella mirada.

La chica de negros cabellos se quedo algo confundida. Juliana miró la pantalla nuevamente y ella siguió su mirada. Entonces sintió como su corazón se comprimía.

Miren ya esta succionándose el pulgar. Las piernas están mas largas que los brazos como pueden observar. Aquí pueden ver sus ojos

Dijo señalando dos manchas oscuras en la pantalla-.

Y escuchen su corazón...suena excelente!

Pero Valentina apenas oía todo aquello. Sus ojos y mente estaban fijos en aquel diminuto ser al que por primera vez podía ver. Como una cosita tan pequeña podía hacerla sentir tan feliz? No sabia como ni porque. Pero tampoco importaba. Podría parecer mentira pero podía sentir como su corazón estaba en perfecta sincronía con el del bebé. Sonrió como tonta y ni siquiera se dio cuenta como una lágrima resbalo por sus mejillas hasta que Juliana se la limpio.

¿Estas bien?

Juliana lo había preguntando con una mirada tan tierna que tuvo unas enormes ganas de besarla, abrazarla y llenarla de mimos. No tenía mucho control de sus sentimientos. Entonces tomó el rostro de su esposa con ambas manos y le dio un beso sumamente tierno. Tan tierno que hizo llorar a Juliana nuevamente. Fue un beso cálido pero con brotes de pasión.

Cuando el aire les hizo falta se separaron lentamente y abriendo los ojos lentamente se perdieron una en la mirada de la otra. Juliana le acaricio la mejilla y le dio un corto beso, le sonrió y le pregunto:

¿Es maravilloso, verdad?

Entonces Valentina recordó donde se encontraban. Se separo un poco de Juliana y busco a la doctora por la habitación sin encontrarla. Escucho unas risitas y se volvió a ver a Juliana.

Dijo que nos dejaría unos minutos a solas.

Las mejillas de la ojiazul se tiñeron de un rojo sumamente leve pero notorio a los ojos de su esposa, quien soltó otro par de risitas traviesas. Luego tomo la mano de Valentina con unas de sus manos y le señalo la pantalla con la otra.

Déjame Amarte  Adaptación Juliantina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora