Capítulo 7: Ciudad de Berlín - Ciudad de David

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Perfect Love 3: The Last Day

Capítulo 7: Ciudad de Berlín - ciudad de David

Tom podía sentir que su pelinegro todavía estaba atemorizado por la información que le dio, pero era mejor así, jamás podría mentirle apropósito, menos tratándose de algo tan grave como esto.

Cabalgaban en silencio y a paso lento, así que el lobo decidió tratar de distraerlo con una pregunta que lo molestaba desde que lo encontró todo mojado hace un rato.

—¿Bill?  —El aludido parpadeó y giró el rostro para verle—. ¿Pudiste ver algo en el riachuelo? ¿Algo que tuviera relación con el atentado contra Gustav?

El pelinegro tragó—. La verdad es que me quedé con más preguntas que respuestas. —Sonrió nerviosamente.

—¿Quieres hablar de ello? —El chico asintió—. Cuéntame… o si deseas, podemos esperar hasta la noche.

—No, no, está bien, Tomi, prefiero sacarlo de mi pecho. Además… tal vez pueda preguntarle algunas cosas a Sonja, ella tiene muchos libros ocultos.  —Tom arrugó el ceño al igual que Bill—. Hay tantas cosas que no logro entender. —El lobo notó como su pareja apretaba las manos en torno a las riendas—. ¿No se supone que soy un vidente, Tom? —Giró el rostro al trenzado y exclamó—. ¡¿Por qué entonces no me hablan claramente?!  Siempre dicen frases o muestran visiones que no puedo asimilar, todo es como un jodido acertijo o una broma retorcida.

—Bill… —Tom acercó su caballo y estiró la mano para tomar la de su pelinegro—. Te han escogido por una razón. Sé que podrás solucionar lo que quiera que hayas visto. Si algo me ha enseñado esta vida, es que puedo confiar en ti, sé que tú podrás con todo.

Los ojos del moreno se llenaron de lágrimas. ¿Cómo Tom podía confiar tan ciegamente en él, si él mismo no tenía la confianza en sus habilidades? La voz le dijo que llegaría el momento de hacer sacrificios. ¿Cómo estaría dispuesto a hacer sacrificios por Zion, si ni siquiera sabía lo que era Zion?

—Te amo… —dijo suave, pero firmemente el trenzado.

Con una leve sonrisa, Bill habló—. Y yo a ti.

Mientras continuaban su cabalgata al pueblo, Bill relató a su lobo, todo lo acontecido en el riachuelo. Desde que escuchó la voz diciendo que era un elegido, que Tom sería quien cumpliría una promesa, los sacrificios que tendría que hacer por Zion, hasta el ataque de la peligrosa sombra que quiso ahogarlo en el caudal del río.

El trenzado estaba tan desconcertado como él, pero recordó algo que le hizo arrugar el ceño—. ¿Crees que esa profecía a la que se refería, es la misma del pueblo indio y de los druidas?

—No lo sé.

—Odio decir esto, pero creo que tendremos que preguntar a Rolf. Quizás las voces que escucha en el viento puedan aclararnos algo sobre eso —dijo Tom, arrugando la nariz demostrando su fastidio. Bill sonrió.

—¿Crees que Zion aparezca en alguno de los libros de Sonja? Nunca en la vida había oído algo así.

—No lo sé.

Se quedaron un rato en silencio y cuando divisaron las primeras casas del pueblo, Bill giró el rostro un tanto nervioso—. ¿Y los niños?

—Se quedaron cortando leña en el albergue. El padre Tannen y Joseph estaban allí. Le pedí a Pepe que condujera la carreta de regreso. Seguramente llegarán a casa antes que nosotros.

—Bien. 

Vieron un grupo de gente—. ¿Qué ocurre ahí?

Al acercarse, pudieron escuchar algunas frases, entre los vítores de la multitud. “Por fin dejaremos de ser un pueblo apartado de la mano de Dios, para volvernos una ciudad evolucionada”

Perfect Love 3: The Last Day (Tokio Hotel Twc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora