- ¿Yibo?
El señor Xiao estaba llegando al colegio de su hijo, después de una larga jornada de trabajo y sólo al detenerse en el semáforo vio aquel rostro conocido. Habían pasado un par de años desde la última vez que le había visto. Xiao Zhan ya estaba en la secundaria, pero era una diferente a la del castaño.
-¿Wang Yibo? - Habló más fuerte y hizo que la bocina de su carro sonara al niño o más bien al hombrecito ya que estaba sentado en una pequeña banca cerca al semáforo, ya que alrededor habían varias zonas verdes.
- Señor Xiao. - El castaño finalmente se acercó.
- Muchacho, como has crecido!! - El mayor sonrió a la vez que abría la puerta de su carro. - Hace casi dos años que no te veo, pero ven. Súbete!. - Pensó que su hijo se iba a poner muy contento de verle.
- No, señor!, solo puede entregarle esta caja. - La sonrisa del menor que se había preocupado porque el año anterior no había podido estar, y ahora que había buscado encontrarse con el pelinegro, vio que el otro ya tenía otros amigos algunos demasiado cercanos, así que sólo intentó que el regalo llegará, porque ya no estaba seguro de que al otro le fuera a emocionar tanto su presencia.
- No, vamos y se lo entregas tu. A mi hijo le encantará verte.
Yibo sonrió tímidamente- ¿Podría solo entregarlo? - Ni siquiera sabía que era lo que estaba sintiendo después de haber visto como aquella compañerita y Zhan se abrazaban así en la salida, pero definitivamente no se sentía bien. En todo ese tiempo, Xiao Zhan le había olvidado... Al parecer.
-A proposito, ¿Cómo llegaste aquí?.- El señor Xiao insistía y además sabía que la madre de Yibo estaba trabajando en las afueras de la ciudad, mientras que el padre nunca fue muy partidario de la amistad de su hijo con Xiao Zhan, así que incluso se empezó a preocupar ya que no vio ningún adulto alrededor.
Al final, por supuesto el mayor no lo dejo ir al saber que había llegado ahí por su cuenta solamente para recordarte al pelinegro que se acordaba de el, de hecho lo tenia muy presente y sobretodo ... No quería que Zhan lo olvidara.
El señor Xiao entonces pensó que tal vez y solo tal vez había entre los dos adolescentes una especie de lazo o algo asi que siempre les haría volver al lado del otro.
El mayor, era un romántico que podría amar a las personas sin importar el género... Aunque en ese momento no se atrevería a admitir tal pensamiento. Era el adulto y debía mantener a su pequeño enfocado en las prioridades también.
Finalmente logró convencer al castaño y fueron advertidos, de que los compañeritos del pelinegro habían organizado algo en el salón.
Timidamente el castaño siguió al señor Xiao... Normalmente en su colegio con sus amigos era muy seguro e incluso podía ser un poco capullo con otros, pero ahora se le quería salir el corazón y el aliento le faltaba aunque su estado físico era perfecto... Hasta sus manos sudaban.
Así que estaba casi escondiéndose detrás de el, se sentía nervioso de encontrarse con su amiguito otra vez.
-A-Zhan!
- Papá! Mira todo lo que me trajeron. - Xiao Zhan sostenía varios regalos y desde donde estaba Yibo lo podía ver, pero no al revés por lo que pensó sin éxito en como deshacerse del regalo que había traído. Tan ansioso y tan inseguro, que se mordió su labio inferior.
- Te traje una sorpresa! ... - El señor Xiao sonrió.
- Tu también..- El niño se emocionó mas, estaba dichoso de sentirse tan querido pero ya se le había pasado por su mente un par de veces que sería un poquito más feliz si sólo tuviera aunque sea una llamada de su amiguito pero no se atrevió a comentarle a nadie, bueno a Yangzi si... Porque no se permitía ser desagradecido.