Literalmente había dormido diez horas enteras, no podía creer que había descubierto a Joss, como tampoco el hecho de que tal vez me haya engañado, se sentía como la misma mierda, por el momento él no estaba en casa, al parecer una reunión de super emergencia lo hizo salir de la habitación en la que se encontraba velándome, esperando a que despierte, una vez que se fue salí por algo de comer, mi estómago rugía a más no poder, abrí el refrigerador encontrándome con helado, una botella de vino a la mitad un poco de postre de lo de ayer, así que opté por comer eso.
Estaba casi terminando la dichosa comida cuando de repente me vinieron náuseas, corrí hasta el baño a vomitar todo, mi estómago estaba demasiado revuelto, traté de tranquilizarme, pero el sentimiento de querer expulsar todo de mi anterior no cesaban, entre mi propio bullicio escucho como la puerta principal de abre, después pisadas apresuras hasta dónde me encontraba, siento como unas manos recogen mi cabello para que se me se más fácil realizar la acción, por cada arcada recibía una caricia en la espalda por parte de Joss, estuvimos en esas circunstancias uno minutos más hasta que logré expulsar todo.
— ¿Te encuentras bien? ¿Te duele algo? — me pregunta preocupado, alcanzándome papel.
— Me siento algo mal, pero no me duele nada, mi estómago debe estar revuelto, solo es eso — acabo de limpiarme parándome de vuelta a la cama
— Kathlyn — llama casi en un susurro — debemos de hablar.
— Sí — me siento en la cama con los ojos llorosos — sé de que va a tratar esto pero quiero escucharlo de tu boca, dime ¿Qué pasó?
— ¿Qué? — me mira confundido — ¿Quién te contó? — acercándose a mí
— Nadie, tengo mis medios — hice una pausa para tragar saliva — así qué, cuéntame
Empezó por describir como se sentía, que es lo que estaba pasando en su empresa y el como percibía nuestra relación, cómo estábamos estos días, según él no era de la misma manera desde hace tiempo, se cuestionaba mucho el hecho de los grandes cambios de emociones, por ello se tomó un tiempo para pensar en todo, fue ese día que dijo que se quedaría en la empresa por un trabajo, primera mentira, pensó toda la noche, analizó la situación, pero se le aclaró la mente con mi mensaje que ese día le había enviado "No te estreses mucho, tómalo con calma, te amo"
Lo que Kathlyn no sabía que ese mensaje solo hizo que saliera corriendo a la mañana siguiente hacia la primera joyería que estaba abierta para comprar un par de anillos, aquellos anillos que significaban el compromiso de los dos, dando un nuevo inicio a sus vidas, pensaba proponérselo horas después, pero el trabajo lo detuvo, pero pensaba dárselo sí o sí.
Después empezó a contarme, aclarando el hecho de que ese día había salido el solo, sus amigos no lo acompañaban, que mintieron para aclarar esto después pero que no pretendían seguir con eso, que no me molestara con ellos dos, solo a sentí, continúo que fue al bar, tomó algunas copas, cuando quería salir, una chica la agarra del brazo diciéndole que sí podía ayudarla, un hombre la estaba acosando, que se hiciera pasar por su novio para que deje de molestarla, dijo que le recordó a mí, su mirada de miedo, casi súplica, no mentiré, me pasaba seguido, a cualquier lugar que vaya, los hombres en la calle hacían comentarios de mis piernas o mi trasero, me miraban con deseo y yo con asco, siempre que pasaba eso, corría a Joss, el simplemente me prestaba su chaqueta o me abrazaba en señal de "posesión", solo así paraban y luego irnos del lugar; así que aceptar fue muy Joss de su parte, su gran sentido de ayuda lo hacía aceptar todo tipo de favores.
Le invitó un trago, luego otro y uno más, según la chica aún estaba aquel tipo en el bar pero él quería regresar a casa, así que le propuso a la chica que la acompañaría hasta la salida a tomar un taxi, la chica aceptó con la condición de que último trago y se iría, como no le veía malo, aceptó, pero lo que sucedió después es borroso, escenas cortas, apenas recuerda haberse subido al taxi, tampoco recuerda haber llegado a esa habitación, ni siquiera recuerda haber aceptado ir con ella.
Recuerdo ese día, yo no me preocupaba porqué no llegue, casi siempre continuaban la juerga en casa de uno de sus amigos, después de todo, no había porque preocuparme, solo que llame que no llegaría para no esperarlo y pueda dormir tranquila, era la única condición, yo no era de llamarlo preguntándole donde estaba o que hacía, lo conocía, confiaba en él, no tenía porqué hacerlo, él solito llegaba a casa a contarme dónde estaba o que hacía sin que lo pidiese, era un hábito hacerlo, al igual que yo le contaba mi día, todo parecía normal para mí, mientras que él se atormentaba por algo que no era consiente.
— Joss ¿Crees que debamos tomarnos un tiempo? — tenía mis lágrimas recorriendo mis mejillas.
— Sabes que si es tu decisión, nunca me opondría, quiero lo mejor para ti y tu bienestar, si eso incluye separarnos por un tiempo, lo aceptaré — toma mis manos — depende de ti, cariño.
No creía qué había sido capaz de decir esas palabras, me costaba mucho cuándo se iba de viaje por unas semanas por trabajo, estar separada de él por voluntad propia sería aún peor, no quería ni imaginarme, el dolor podría consumirme, de repente un deja vu atraviesa mi pecho, esto ya lo había vivido y joder, se sentía como el infierno.
Empecé a llorar mares, mis lágrimas caían cual cascada, no me gusta la idea de separarme de él, pero ambos teníamos que pensar en nuestra relación, que hemos hecho, que no hicimos, que nos falta hacer, reflexionar sobre lo bueno y malo, no podíamos construir nuestro hogar de esta manera, una cada hecha de cartas, que con un solo soplido podría derrumbarse.
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Our history of two
NouvellesUna pareja que se ha conocido desde la adolescencia, deciden comprometerse después de diez años, sin importar la gran diferencia de edad o los hablares de las demás personas, eran felices. Lo que Kathlyn no sabía era que la persona que tenía a lado...