Capitulo 5

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El frio está cada vez más fuerte y la ventisca hace que el cabello de ambas vuele y se desordene, Ryle mastica lentamente la barra de granola, cuando al fin la termina se guarda la envoltura en el bolsillo de su bata y aun con un poco de comida en boca y casi atragantándose, le pide a Saria que cuente la razón por la cual está en el hospital.

Saria empieza a toser y el aire le comienza a faltar e intenta respirar con normalidad, Ryle sin saber que hacer se levanta rápidamente, pero la pelinegra le hace de seña que todo está bien y le muestra su inhalador.

-¡Sabia que estaban aquí! – Exclama Janice y las chicas se levanta asustadas, Saria aun con el inhalador en la boca. – Te he dicho que no puedes subir aquí, es peligroso para ti – Dice dirigiéndose a Saria.

-¿Peligroso?, más peligroso es estar allá encerrada – contesta Ryle rodando los ojos.

-Ryle, no quiero ser grosera, pero el problema de salud que tiene Saria no lo conoces, así que no sabes lo que es o no peligroso para ella.

Ryle no dijo nada, quedo viendo a Saria, quien tenía la cabeza gacha y estaba jugando con los dedos, luego miró a la enfermera y le paso de lado y bajo de la azotea dirigiéndose a su habitación.

Se sentía ofendida, estaba harta de estar ahí y no había pasado ni siquiera una semana y quería salir corriendo. Cuando llegó a la habitación y se quedó sentada en la silla que estaba a un lado de la cama, mirando a un punto fijo teniendo la mente en blanco.

Minutos después Janice entró a la habitación con una bandeja de comida, Ryle la vio pero no dijo nada, solo observo como esta ponía la comida en la mesa y se sentaba al borde de la cama.

-Ryle, conmigo no vas a jugar, así que no me voy a ir de aquí hasta que te comas todo lo que he traído.

Ryle barrio con la mirada la bandeja y luego a Janice.

-ya comí, llévate eso.

-Sé que no has comido, no mientas – se cruzó de brazos – así que te comes todo o tendrás que verme aquí toda la noche.

-Bien. Entonces disfruta la habitación porque no pienso comer nada. -  Ryle sacó la envoltura de granola y se le dio – porque como ya dije, ya comí.

-¿Granola? ¿Te la dio Saria?

-Sí.

-¿Por qué a ella se le haces caso para comer?

-Porque es la única que ha sido amable conmigo y no me trata como alguien diferente y tampoco se aparece en mi cuarto con volcanes de comida forzándome a comer todo porque si no lo hago tendré un castigo.

-Está bien. Quizás no ha sido la mejor manera de hacer que comas, pero haber – busca la bandeja de comida y empieza a dividir por porciones. – intenta comer la mitad de cada cosa.

Ryle da un suspiro de cansancio y accede.

Esa noche Ryle durmió con una sonrisa en su rostro, no se despertó a mitad de la madrugada porque su estómago pedía comida y ella lo saciaba con agua, tampoco tuvo pesadillas, en conclusión fue una de sus mejores noches.
 
 
 
***
A Ryle le habían dado opciones para los desayunos, ya fuere que le entregaran la comida en su habitación o ir al comedor general, pero no estaba lista para comer con los demás, así que esperaba que se la entregaran en su habitación, estaba terminando de escribir, cuando tocaron la puerta con un ritmo inusual, sin prestarle importancia dejó que pasaran.   

-¡Buenos días, Ryle! – la voz aguda y alegre de Saria lleno la habitación, la chica volteo rápidamente al reconocer la dulce voz y le sonrió, vio que la otra chica tenía una bandeja de comida con dos porciones de cada cosa.

Un beso a una estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora