« Sabes, se me ocurrió una forma de que ganes dinero rápido, y así puedas pagar todas tus deudas. Ya deja de mirarme así, siempre lo hiciste. Pero de verdad que hay una forma. ¿Te gustan las apuestas? ».
Jimin tiene deudas millonarias, Jeongguk tamb...
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lo abrazó por la espalda mientras agachaba un poco el rostro hacia su oreja. mordisqueaba su lóbulo con una respiración cálida causándole escalofríos placenteros de pies a cabeza, encantándolo poco a poco hasta dejarlo débil y tembloroso sobre la cama. las luces estaban apagadas y ellos dos estaban en el mismo colchón, provocando que los demás juzgasen lo que hacían, sobre todo trece... jeongguk, quien acariciaba lentamente la zona del ombligo de jimin. el más bajo podía sentir cómo sonreía altanero, y no podía estar más avergonzado de sí mismo por no ser capaz de contener sus ganas de someterse a él. con algo de suerte no estaba maullando de placer.
pero era inevitable no sentirse débil ante las grandes y tatuadas manos del más alto pasearse lentamente, bajando peligrosamente hacia los huesos de sus caderas y luego subiendo, tentándolo hasta volverlo loco, demente.
─── te voy a matar. ─── susurró en su oído, tan bajo y húmedo, tan caliente. tan... incitante. jimin tragó saliva en el silencio absoluto y tenso que se había formado una vez las luces estaban apagadas, deseando que el calor de su cuerpo lo estuviera quemando en serio, lo suficiente como para arder en ese extraño placer que lo poseía paulatinamente.─── eres como un cervatillo enojado, que intenta defenderse... pero los lobos siempre terminamos ganando, comiéndonos a nuestra presa. ─── esta vez su mano fue más directo a la entrepierna del muchacho, quien agarró la muñeca del más alto inútilmente con la suya temblando violentamente, sudando, sintiéndose en las nubes y queriendo defenderse tal y como su contrario lo espetaba.─── te voy a matar lentamente, voy a regodearme en tus entrañas, beberé tu sangre como si fuera el vino más delicioso del mundo. pero que quede claro, que tú no saldrás con vida de aquí.
─── no, no. ─── negó con la cabeza jimin como un niño pequeño que se siente amenazado. mordía sus carnosos y pequeños labios en forma de corazón y luego quería que la tierra se lo tragara porque lo había dicho en una voz lo suficientemente alta como para alertar a los demás. pero nadie se movió, nadie dió signos de haber escuchado la negativa del joven chico. jeongguk se reía entre dientes de él, se burlaba de su presencia, de su forma de ser. disfrutaba de verlo rindiéndose poco a poco bajo sus brazos que lo rodeaban, sometido a la mano que ahora terminaba de bajar y acariciaba por debajo de la ropa el indecoroso lugar.
no era capaz de jadear, mordía su labio, su lengua, se tragaba el aire hasta quedar sin respiración por largos segundos que a su vez transcurrían rápido. agua salada comenzó a salir de los pequeños y brillantes ojos pueriles, pues a falta de aire, solía lagrimear con fuerza y constancia. movía un poco sus caderas y agachaba la cabeza, sintiéndose mal y bien al mismo tiempo, pensando que todo aquello era algo incorrecto que a su vez era lo más glorioso que pudo sentir en el momento. jeongguk agarraba sin trabas, sin titubeos, la zona privada del más bajo, y la apretaba deliciosamente, como si estuviera exprimiendo el elixir más sabroso que hubiera inventado la humanidad. lamía el cuello, detrás de la oreja de jimin, soltaba una risa nasal, no decía nada. estaba volviendo loco al más bajo, el que ahora lloraba y sollozaba en silencio, el que cerraba sus ojos y luego negaba con la cabeza a pesar de que quería más, el peligroso juego del consentimiento siendo llevado a cabo sin reglas aparente. al tatuado parecía no importarle seguir el juego con tal de entretenerse un rato, y eso debería hacer surgir la duda, alejarse de él. pero eso sólo calentaba a jimin, quien hipaba ahora, sin escuchar nada aparte de sí mismo y jeongguk.
